Novia ¿guapa? del sol
urbanismo El aprecio y el desprecio se percibe en las redes sociales
Una encuesta de un diario nacional en internet sitúa a la ciudad como la sexta menos atractiva de España · Colectivos como La Trocha llevan años denunciando la destrucción del patrimonio
Allá por 1950, Emilio Burgos y Ángel Silva compusieron un pasodoble que se hizo muy popular en la zona en el que bautizaron a Algeciras como la novia del sol. La novia guapa del sol. Ahora, 62 años después, no todo el mundo está de acuerdo con ese piropo. De hecho, muy poca gente lo está, a la luz de una encuesta realizada por el diario 20minutos a través de internet en la que Algeciras aparece como la sexta en un ranking de las ciudades menos atractivas de España.
Encabeza está clasificación Vigo y le siguen, por este orden, Éibar, Fuenlabrada, Murcia y Parla. El siguiente puesto es para Algeciras, con 11.184 puntos. La encuesta, abierta desde finales de junio del año pasado, no tiene por supuesto ningún valor científico, pero sí puede servir como reflejo de la imagen que desprende la localidad dentro y fuera de ella. Permite votar a cinco candidatas, concediéndole una puntuación del 5 al 1 a conveniencia del internauta. Otra localidad campogibraltareña, La Línea de la Concepción, también aparece en la lista, pero en el puesto 42º.
"Algeciras, ciudad portuaria, la Puerta de España por el Sur. Con mala planificación urbana, edificaciones de baja calidad arquitectónica (barriadas)", define la web a la sexta fea del país, que todavía hoy sigue recibiendo votos instigados, muchos de ellos, desde las redes sociales. En sitios como Twitter, todavía en estas fechas, muchos jóvenes invitan a sus seguidores a votar a Algeciras por algo tan subjetivo como su supuesta fealdad, aunque también hay voces que surgen para defender sus rincones favoritos.
Los que critican a Algeciras suelen vincular su escaso atractivo arquitectónico con las escasas posibilidades de ocio que entienden que ofrece, mientras que los defensores lo relacionan con la necesidad de reencontrarse con amigos y familiares. Porque el aprecio y el desprecio, al menos en las redes sociales, aparece a menudo en personas, casi siempre jóvenes, que por motivos de estudio o trabajo viven fuera y regresan por vacaciones o de fin de semana. Según un estudio realizado por La Trocha, la Asociación para la Defensa, Estudio y Divulgación del Patrimonio Histórico-Natural Algecireño, "Algeciras es una ciudad que se ha distinguido especialmente por la destrucción de su patrimonio arqueológico y arquitectónico. Ello ha sido más virulento en las últimas décadas, pero venía de antiguo". "Han desaparecido en las últimas décadas un gran número de edificios de arquitectura barroca popular de base clásica del XVIII y otros que en la segunda mitad del XIX incorporaron estilos historicistas y eclécticos", explica el colectivo que preside Manuel Correro y que entiende que la localidad ha perdido más del setenta por ciento del patrimonio arquitectónico y artístico en las últimas décadas. Algunos de ellos, lugares emblemáticos como la plaza de toros de La Perseverancia o la célebre Escalinata. Muchos edificios catalogados que están medio en ruínas, descuidados, sin vigilancia. Monumentos estropeados que pierden trozos, calles sin alumbrar.
Algeciras se ha ocupado en crecer de forma descontrolada sin cuidar su imagen. En 1940 la población estimada de Algeciras era de 25.671 según el Instituto Nacional de Estadística, que en 2011 la cifraba en 117.810 habitantes. En este crecimiento constante y en la incapacidad o dejajez de sus dirigentes políticos se esconde el motivo de un hecho incontestable: para el viajero de paso Algeciras es una ciudad fea.
Si uno pasa por la autovía lo que ve a un lado son barrios de casas bajas sin estética, construidas a retazos a menudo con los propietarios como albañiles, algunas sin acabar, otras sin pintar, como si estuvieran en constante remodelación. De otro aparecen hileras de adosados de nuevo cuño, urbanizaciones en las que prima la comodidad de los vecinos antes que el valor arquitectónico. En el Paseo Marítimo un muro de grandes edificios impide la visión del puerto, que además se ve separado del resto de la ciudad por una gran extensión de terreno (el Llano Amarillo) que apenas se usa como aparcamiento. Esto es lo único que atisba de Algeciras el que pasa por la ciudad para tomar un barco en la Estación Marítima. Ocurre lo mismo en otros lugares, al pasar por Los Pastores, por Sagrado Corazón, por el Saladillo... El viajero se lleva la sensación de que toda Algeciras es así. Una ciudad fea. La sexta de España.
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