La imagen comentada: una representación única e inédita del Calvario en Algeciras (I)
Observatorio de La Trocha
Un documento conservado en el Archivo Histórico Militar de Madrid que representa la entrada norte a Algeciras desde San Roque ayuda a llenar el vacío cartográfico de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX
Iniciamos aquí una nueva serie del Observatorio de La Trocha a lo largo de la cual comentaremos imágenes importantes para Algeciras, ya sean grabados, planos antiguos, pinturas o fotografías. Sobre este aspecto de nuestra ciudad, queremos llamar la atención sobre la gran afición popular por los testimonios gráficos de su pasado, aspecto que no se registra con esa intensidad en otras poblaciones.
Ello obedece a dos causas. La primera es la ingente cantidad de fotografías existentes sobre Algeciras debido a su peculiar pasado reciente, dada la importancia geopolítica de nuestra población y, en segundo lugar, debido los brutales cambios sufridos, que han hecho desaparecer la mayor parte de la ciudad que conocimos de niños en los años 50 del siglo pasado, y que era en verdad mucho más bella e interesante estéticamente hablando, que la población actual. Esto causa asombro en los que no conocieron, para bien o para mal, aquel pasado y ello se traduce en un gran aprecio e interés por esos testimonios gráficos. Una muestra de esa valoración, es la cantidad de establecimientos públicos que exhiben orgullosamente fotografías antiguas de Algeciras, llegando algunas colecciones a ser tan ricas, que más que decoración, parecen pequeñas salas de un museo.
Entre los particulares, y según recordamos, la colección más antigua era la del farmacéutico D. José Rivera Aguirre, gran erudito local que desde 1963 fue presidente de la comisión organizadora del museo histórico-arqueológico de Algeciras, y que por su entregada labor fue nombrado delegado local de excavaciones arqueológicas. Desde entonces, se han multiplicado tanto los aficionados como las colecciones y hoy contamos con excelentes recopiladores-divulgadores sobre esta materia, cuya tarea destaca en medios digitales, como el blog Algesiras mare.
Los miembros de La Trocha queremos dejar constancia de nuestra admiración por una gigantesca labor, la que realiza la Asociación Cultural Memoria de Algeciras, que lleva años realizando una tarea tan discreta como incansable: la recopilación de todos los testimonios gráficos que van descubriendo sobre Algeciras. Según me informan, estos entusiastas han recopilado ya varios centenares de miles de imágenes sobre Algeciras, a los cuales les están sacando mucho partido, como demuestran las exposiciones que realizan periódicamente sobre sus fondos, la última de las cuales, acompañada de conferencias, se reparte entre el Centro Documental José Luis Cano y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Algeciras. A todos los amantes de nuestra ciudad recomendamos la visita a ese evento, que será posible hasta el 31 de diciembre.
Esto, en lo relativo a fotografías de valor histórico, que además son un testimonio insustituible de carácter etnológico y con una especial utilidad para los estudios de urbanismo histórico. Si retrocedemos a los tiempos previos a la fotografía, vemos que la cantidad de material gráfico disminuye ostensiblemente, pero aunque muy pocos, se conocen grabados de una importancia capital, como la vista de la Plaza Alta en 1807, sobre dibujo del coronel Joaquín Dolz y grabado a cargo del mejor especialista de la época, Tomás López Enguidanos o bien la escena costumbrista der bolero in Algesiras, de 1837, obra del alemán, Whilhem Gail, sin olvidar la excelente litografía, representando Algeciras desde las estribaciones de la sierra, a cargo del francés Alfred Guesdon, datada en 1854.
En la recopilación de grabados sobre la comarca, ha destacado el galerista Rafael Valdivia, respetado primer secretario general del Instituto de Estudios Campogibraltareños, que dotó a la institución de una excelente colección, pero en este aspecto los mejores fondos son los del Museo Municipal de Algeciras, a causa de una ejemplar donación particular, la riquísima colección de grabados de la familia Viñas de Roa, unos fondos tan nutridos que han necesitado un espacio museológico propio, en la Capilla del Santo Cristo de la Alameda.
Capítulo aparte lo constituyen los mapas y planos, que, siendo insustituibles documentos en todas las épocas, constituyen un aspecto prácticamente único en Algeciras, pues tiene el raro privilegio de que las más notables fases de su reconstrucción, entre 1721 y 1726 están documentadas por la planimetría generada por el más importante padre de la Algeciras moderna, el Ingeniero Militar Jorge Próspero de Verboom, que realizó muchas gestiones ante el gobierno de la nación para lograr el resurgimiento de Algeciras, llegando los trabajos topográficos de su equipo a ser útiles como base a planos posteriores, como uno de 1736, el primero que representa los nombres de las calles.
Fue el gran investigador Juan Carlos Pardo quien, hace décadas, publicó una monografía que recogía casi toda la documentación sobre Verboom y Algeciras, tanto escrita como gráfica y que fue editada, como no, por el Instituto de Estudios Campogibraltareños, esa institución modélica a la que tanto debe la comarca. Pero es tal la belleza e interés de los planos originales, que merece la pena una segunda edición de la obra, en color, con formatos mayores y el lujo editorial que el tema merece.
Tras la espectacular serie Verboom y tras el citado plano de 1736, decae mucho la representación cartográfica de Algeciras, que curiosamente se centra en la zona sur, incluida la actual Villa Vieja, sin prácticamente ninguna representación de la zona norte del casco antiguo y ese problema no se solucionará hasta bien avanzado el siglo XIX, con otra sucesión de planos, muchos de ellos a causa de los proyectos sobre el puerto o a causa de la renovada importancia geoestratégica de la ciudad, como ha estudiado en este último caso el citado Juan Carlos Pardo, por ejemplo en una de sus últimas obras, editada como se merece el tema y en la que se reproduce el ámbito de la bahía, tal como estaba en 1894, hace 131años. El plano original tiene muchas hojas, ocupando una gran superficie, y su exactitud y minuciosidad es tal, que dada su escala se representa teóricamente “hasta el último árbol”. Afortunadamente, ha sido objeto de un excelente tratamiento editorial, el mismo que desde aquí solicitamos para los citados planos de Verboom, que serían el orgullo de cualquier otra ciudad.
Si tenemos esas excelentes representaciones a fines del siglo XX, no era la misma situación un siglo antes, a fines del XVIII, con su problema de vacío cartográfico, por lo que es muy oportuno el plano que hemos descubierto y que contribuye a paliar, aunque muy poco y solo simbólicamente esa carencia. El documento que damos a conocer es un plano inédito, conservado en el Archivo Histórico Militar de Madrid, representando el norte de Algeciras y su título es largo: “Plano de una porción de terreno que representa la entrada en Algeciras viniendo de San Roque, en donde se manifiesta la cituacion (sic) que deveria (sic) tener el cuartel que se proyecta construir para las cuerdas de presidiarios que pasan a Ceuta”.
Está firmado por Juan ¿Pirez?, con el visto bueno de Juan Francisco Mendez, la fecha es 1799 y tiene formato apaisado, siendo este-oeste la orientación, pues en aquella época aún no se había popularizado del todo la contemporánea y universal norte-sur. La escala gráfica se expresa en varas, que, si son las habituales castellanas, equivaldrían a 1vara = 0,836m. Dispone asimismo de una cartela o “explicación” resuelta por medio de letras, que sirven para nombrar, definir y posicionar a 17 de los elementos representados. La ejecución es a tinta, con lavados muy correctos en tres colores, para representar el campo, con dos tonos de verde y las edificaciones existentes con un rosa oscuro. El citado cuartel propuesto va en amarillo intenso, mientras que un amarillo muy suave y desvaído se utiliza para los caminos. El pavimento de las calles y la tierra bajo la vegetación se confía al blanco cremoso del soporte.
A pesar de la apariencia de rigor que se pretende dar con la escala, el colorido y la rotulación, la representación es bastante convencional, presentando distorsiones en tamaños y trazados, que se sintetizan en un ancho excesivo de las calles principales, por ejemplo, en relación con el nuevo cuartel, el trazado del camino a San Roque o la excesiva cercanía de edificios castrenses y recinto del fuerte de Santiago. Este documento gráfico nos proporciona bastante información, que resumimos así:
- La brusca transición campo-ciudad sin la transición de una verdadera periferia se representa con toda claridad.
- Dos caminos parten de la calle Convento, el principal es el de San Roque-Gibraltar, una antigua vía romana hacia el estuario del río de la Miel, una pequeña paleoensenada hoy colmatada y cuya ribera norte estaba en la actual calle de Santa María. No olvidemos que la calle más antigua de Algeciras era la actual Alfonso XI o del Convento. El camino del plano, en la realidad era más recto, como prolongación de la calle Convento, y corresponde a la actual avenida del Capitán Ontañón. El otro camino, más secundario, es el ramal que conectaba con el de Algeciras-Los Barrios, en ese tramo completamente desaparecido a crearse décadas después el Parque María Cristina.
- Hay tres calles, la actual Alferez Villalta Medina, que en aquellos tiempos se llamaba “de la Cruz Blanca” siendo ésta posiblemente un elemento del Calvario. Se representa recta, como hoy, pero más estrecha que en la realidad. Discurría por el límite superior de la muralla. La Calle Ancha no tenía la importancia que tuvo después y al parecer entonces no se continuaba en el campo por ningún camino, al contrario que la calle Convento, nombre que aquí ya sustituye al de calle Imperial, oficial en el siglo XVIII.
- La manzana sobre las actuales ruinas es muy interesante, demuestra que, cuando se abandonó la idea de fortificar “a la moderna” Algeciras, no solo se reutilizaron los materiales de construcción, sino que se edificó sobre las mismas ruinas, como sucedió en todo el resto de la ciudad, con la excepción, no sabemos la razón, del antiguo Calvario, actual avenida de Blas Infante, permaneciendo las ruinas soterradas en la mediana de dicha vía. La citada manzana era estrecha y larga, adaptándose a la cimentación proporcionada por la muralla. En su extremo oeste aparece ya un pequeño cuartel, marcado con la letra D, que sería previo al que se levantó más tarde y que acogió durante muchos años al conocido regimiento de Infanteria “Extremadura n 15”.
En nuestra siguiente entrega continuaremos con el análisis de este documento gráfico y trataremos el cuartel de caballería de la calle Convento, el recinto del fuerte de Santiago y el proyectado cuartel de presidiarios, que, junto al cercano hospital militar, el cuartel de escopeteros y la batería de San Antonio entonces ya desfasada y sustituida por el fuerte de Santiago, pero siendo todavía su solar de propiedad militar y albergando ciertos servicios en fecha tan avanzada como 1863. Con todo ese conjunto, se define un barrio castrense al norte de la ciudad, que también trataremos en su conjunto y funcionalidad próximamente.
Pero lo que más nos interesa exponer es todo lo relativo al Calvario de Algeciras, del cual apenas se sabía nada hasta la modesta luz aportada por este documento gráfico. De nuestras primeras conclusiones informaremos cumplidamente.
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