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Nacho Arjona, un algecireño que triunfa en la animación digital

Cultura

El artista recibió el pasado marzo dos Biznagas de plata en la 27 edición del Festival de Cine de Málaga con su corto 'Homework'

"Siempre digo que si fuera por lo que trae mi mano no me habría ido muy bien. El mensaje sí importa"

Nacho Arjona en su estudio de animación / Naolito
Fernando Silva

Algeciras, 04 de abril 2024 - 02:00

Nacho Arjona es Naolito y viceversa. Cineasta, animador e ilustrador nacido en Algeciras, Arjona trabaja en Naolito como su proyecto principal desde 2009 y esa marca da nombre a su estudio de animación, ubicado en el Polo de Contenidos Digitales de Málaga. El pasado marzo recibió con su corto Homework dos Biznagas de plata en la 27 edición del Festival de Cine de Málaga, dentro de la sección de cortometrajes Animazine, la del público y la de mejor cortometraje de animación.

Su éxito no solo viene de su mano, sino de las ideas que dotan de contenido a sus creaciones. Dejó los estudios de enfermería en Ceuta porque quería intentar su sueño y su realidad hoy es una empresa que desarrolla proyectos de animación y de videojuegos que trabaja para grandes como Netflix, Amazon o PlayStation e incluso para gobiernos.

"Al principio era una cuestión de ver cómo me iba a ganar la vida con esto -afirma-. Lo primero fue ver que había concursos online de ilustración. El enfoque que hice fue bastante metódico. Primero, tratar de entender al público para ganar esos concursos. Eso me ayudó mucho... Empecé a publicar en paralelo en redes sociales y, desde el principio, fue bien. La gente se sentía representada por las ilustraciones. Esa conexión, utilizando también personajes que son universales, permitía que no había género, raza, nada. Ahí creció la cosa muchísimo. Fue el origen de todo. En seis meses ya tenía 100.000 seguidores".

¿Cuándo decide dedicarse profesionalmente a la ilustración?

Estuve en Algeciras hasta que terminé el Bachillerato. Lo suyo era continuar por Bellas Artes, pero es verdad que en la familia daba algo de miedo. Me fui a Ceuta a estudiar Enfermería, pero una vez que uno pasa por la obligación termina haciendo lo que le pide el cuerpo y empecé a dibujar, por lo menos a intentarlo, que no me quedara la espinita. Al final todo es muy difícil, pero si te gusta es menos difícil. Todo fue bien desde el principio.

¿Cómo y dónde se ha formado?

Soy un autodidacta nato. Lo que entendí pronto era que ilustrar era solo parte del trabajo. Hay que crear un producto que la gente quiera consumir, bien sea como entretenimiento o como producto. Estudié por mi cuenta sobre todo el enfoque empresarial, cómo hacerlo realidad, que se sostuviera, más allá del dinero que conseguía con los trabajos de verano que hacía. He estudiado mucho para formarme a media que iban surgiendo los retos.

Las dos Biznagas conseguidas por el cortometraje Homework / Naolito

¿Por cuáles colegios pasó?

Desde pequeñito soy cambiante. Pasé por tres colegios de Algeciras. En los primeros años, hasta 1º ESO, estuve en Los Pinos, luego pasé por Montecalpe y terminé en La Inmaculada. He pasado por muchos sitios y en cada uno te quedas con algo.

¿Qué leía?

Era muy de Tintín, ese estilo investigador. Pero desde pequeño era peculiar. No era tanto de leer cómic y sí de leer libros y, sobre todo, de ver cine. Desde pequeño estuve viendo películas, algunas que no correspondían tanto a mi edad. Al final es el mismo lenguaje. De hecho, estoy utilizando fórmulas en ilustración o en videojuegos que son las mismas.

"Estamos en un tiempo que no hay paciencia. Tienes que captar la atención sin permiso"

¿El sanroqueño Carlos Pacheco, por proximidad, siempre fue una referencia?

A nivel de industria va por otros caminos, pero sí es verdad que desde pequeños nos dicen que con esto no te vas a ganar la vida, o que es imposible. Y Carlos no solo se ganó la vida, sino que era un referente mundial. Me pasó en Barcelona. Al final, tener referentes que te demuestren que lo que estás soñando hacer es posible, es esencial, porque si no te pueden llevar a no intentarlo.

Abandona Algeciras en 2016.

Fui a Barcelona. Ahí descubrí otro mundo, otros artistas que se atrevían a hacer sus cosas, sus tiendas. Lo que descubrí es que no les iban tan bien como a mí en online. Abrí tiendas de Naolito en Barcelona que fueron genial. Llegué a abrir cuatro en dos años. Eso me dio la oportunidad de estudiar bien la empresa, flujos de stock y de dinero.

¿El trazo, la mano, le ha llevado rápido al crecimiento?

Bueno, a ver. Hay momentos muy, muy puntuales de suerte indudable. Generaba mucha ilustración y te das cuenta que hay alguna en concreto que encaja muy bien con el público. Te das cuenta que, de repente, la están viendo medio millón de personas. Esa ilustración que llega a tanta gente te da un salto enorme. Había gente que venía expresamente a Barcelona a conseguir mi autógrafo. Yo lo encontraba un poco absuerdo pero pasaba. Lo que he procurado es generar los cambios yo. Una vez que esté dominado ese campo, saltas a otro, y a otro. Vas dominando situaciones cambiantes en las que yo me siento cómodo.

"Desde pequeñito soy cambiante. Pasé por tres colegios de Algeciras"

Trabaja para grandes compañías

Esas empresas han trabajado conmigo. Son ellas las que detectan que hay una marca que conecta bien con su audiencia. Incluso han buscado que hagamos campañas creativas fuera de Naolito. Estamos en un tiempo que no hay paciencia. Tienes que captar la atención sin permiso, hacer que la gente pare para ver tu contenido. Eso las marcas lo han valorado mucho y eso es lo que nos ha permitido crecer. Cuando empecé, la calidad técnica no estaba ahí, pero las marcas querían estar ahí porque el mensaje sí importa y sí conectaba. Siempre digo que si fuera solo por lo que trae mi mano no me habría ido muy bien. Hay gente que es muchísimo mejor que yo. Es esa otra parte, que pasa en excel, la que estudia el mercado, estudiar el comportamiento en redes, es la que me ha permitido destacar.

¿Mucha competencia para conseguir sus dos Biznagas con 'Homework'?

Ví un nivel buenísimo. Cuando terminamos el corte solo aspirábamos a que nos seleccionaran para verlo en pantalla grande. El nivel era increíble. Incluso uno de los participantes acababa de ganar el Goya. Que hayamos ganado se siente un poco como irreal. Estamos muy agradecidos al Festival de Málaga y al Polo Digital, que nos ha permitido crear nuestra estructura muy bien

¿'Homework' funciona porque todos compartimos nuestra infancia?

Hay que buscar los lugares comunes. Todos hemos pasado por ahí, todos nos sentimos representados. Dentro de eso, los personajes tienen una roles que también están en nuestra experiencia. Por ejemplo, en este corto el personaje principal es el lápiz, que es capaz de dibujar.

Sala de Naolito Studios, en el Polo de Contenidos Digitales de Málaga / Naolito

¿Qué recorrido puede seguir 'Homework'?

Lo trato como una marca. Tenemos un distribuidor que nos permitirá pasar por unos 400 festivales. Pero, paralelamente al corto, vamos a lanzar un videojuego basado en el universo de Homework. Creas contenido para que la gente pueda consumir la experiencia de otras formas. Monetizar contenido audiovisual corto es muy difícil, pero si creas algo único puedes crear subproductos que están generando otros ingresos.

¿Más proyectos?

Sí que hay. Somos ahora un equipo grande. Ahora estamos trabajando en una serie de animación para ser distribuida online. Son episodios cortitos con ese mismo enfoque de conectar rápido, con personajes universales que te dejen un buen sabor de boca. Tenemos el estudio animación dividido en animación y videojuegos. Se hablan muy bien esas divisiones.

¿El ecosistema creado en Málaga ayuda?

Sin esa apuesta que está haciendo la ciudad de Málaga no sería posible. En el equipo antes trabajábamos en remoto. Ahora, cuando hemos apostado por un estudio físico, en el momento que hemos llegado aquí hemos ganado mucho. No eres tú solo, sino que estás rodeado de otras oficinas creativas.

¿Se plantea tomar escenarios campogibraltareños como base de sus historias?

De la manera que enfoco los personajes no voy a decir que tengo el Peñón de fondo, pero lo quiera o no, me he criado allí y cuando ves la clase de Homework ves dónde he estado, por ejemplo.

El lápiz y la goma de borrar

Cuenta Nacho Arjona que en su infancia en Algeciras, el hecho de dibujar era un reclamo para ser popular entre los de su edad. 'Homework', el cortometraje con el que ha obtenido dos Biznagas de plata, parte de ese liderazgo. Todos admiran al lápiz que recorre el papel, posado sobre una mesa, en una clase que Arjona dice que es muy reconocible, como en la que estudió en el colegio La Inmaculada. Pero nadie es único, y ahí está la goma de borrar, juguetona, feliz, para interrumpir el paseo del lápiz. Ahí arranca una historia de amistad.

Todo tipo de público puede sentirse atraído por el cortometraje, la penúltima creación de Naolito, un estudio de animación que, a poco que se recorra su web, se descubre como un universo de luz, con ojos grandes. "Llevo catorce años haciendo esto y he hecho cosas grandes, incluso con gobiernos, pero es verdad que estas dos Biznagas tienen una visibilidad diferente. Así entiende mejor la familia a lo que te dedicas", dice Nacho Arjona.

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