El juez Calatayud cuestiona que se confunda un cachete con maltrato
El referente en las sentencias a jóvenes insta al Gobierno a alcanzar un pacto de estado por el menor
La habilidad para inyectar sentido común y arrojar racionalidad a lo cotidiano fue lo que marcó el inicio de la cuarta edición de las Jornadas de Ciencia Policial, que dieron comienzo ayer en la sede de la UNED en Algeciras, con la presencia del juez Emilio Calatayud con su conferencia inaugural. El director del centro asociado, Octavio Ariza, y el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, presentaron al protagonista, recordando que hacía ocho años de su última ponencia ofrecida en la UNED de la localidad.
El conocido juez de menores de Granada aclaró que, en base a la temática de las jornadas -Protección integral de la víctima-, sus palabras irían sobre las relacionadas con menores, sin hablar en nombre de los jueces sino de él mismo. Señaló que se mueve por tres leyes fundamentales: la Constitución Española, la Ley de Protección Jurídica del Menor y la Ley de Responsabilidad Penal del Menor.
A pocos minutos de arrancar ya dijo lo que repitió durante toda la conferencia y es que quiere que se llegue a un "pacto por el menor", apuntando que "tenemos edades intermedias que nos están complicando la vida". Si bien, se mostró poco esperanzado si no se ha podido llegar a un pacto de gobierno ni en 30 años a una ley de Educación.
Advirtió que los menores "gozan de todos los derechos", apelando a los artículos 154 y 155 del Código Civil y al "famoso" punto del "cachete", que fue suprimido por José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), llevando a los padres a educar a sus hijos "sin atentar sobre su integridad física o psíquica". Calatayud ironizó diciendo "que me digan a mi cómo se hace eso", puso ejemplos prácticos que no sólo ayudaban a entender su posición sino que arrancaban las risas entre los asistentes. "Cada vez es más frecuente no me toques que te denuncio, no entres en mi cuarto que te denuncio [...] y están los padres encogidos que no saben hasta dónde pueden llegar".
También tuvo palabras sobre el Gobierno del PP de Mariano Rajoy. Señaló que tampoco se logró introducir en el Código Civil el derecho de corrección que deben tener los padres. "Hemos pasado de padre autoritario a padre colega. Empezamos a pegar al padre, al maestro y al presidente del Gobierno". Apuntó el juez que "confundir en este país un cachete con un maltrato me parece que estamos perdiendo el norte".
Defendió que antes era mucho más fácil ser padre que ahora, advirtiendo que se están disparando los casos de maltrato de hijos a padres. "Si me convierto en amigo de mis hijos los dejo huérfanos", valoró. Recordó que lleva años condenando a niños por delito de atentado -por pegar a maestros-, preguntando "¿Qué es eso de que un niñato agreda a un maestro?".
Confesó el juez de Granada que condena a 250 chavales al año a sacarse la enseñanza obligatoria, siendo la sentencia que más le duele. E incluso apuntó que no le hace falta el informe PISA de educación para saber que Andalucía es la comunidad "más bruta de España o sino la penúltima". Subrayó que los niños tienen que estar en los colegios, no ser expulsados.
Afirmó que la sociedad plantea un problema que es el alcohol, que calificó de droga. Elevó su móvil y también lo tachó de "droga", señaló que es "de vergüenza" que se regalen a los niños y recomendó a los padres como primer castigo quitárselos a los menores. Advirtió de hecho que ahora mismo dentro de la casa, teniendo móvil, aún estando con los padres pueden estar "sufriendo" los niños. Apuntando igualmente Calatayud al aumento de casos de acoso escolar.
Sostuvo así que los padres son víctimas de los niños, por lo que insistió a que se les devuelva el derecho de corrección o que se les exima de responsabilidad civil. Pidió a los ciudadanos que no sean "hipócritas y a los políticos sentido común". A los maestros le indicó que "luchen" y recuperen su autoridad, exigiendo a los centros educativos que no "tapen" los casos de bullying, ya que la mayoría de los casos se denuncia al final cuando hay agresión.
Puntualizo así que las víctimas son los niños, pero también los padres. "Es muy difícil ser padre, pero también ser menor", apelando al compromiso social y personal.
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