Aceras como los chorros del oro
Numerosos vecinos de Los Barrios limpian todos los días las calles como una parte más de sus casasl costumbres La zona centro y las barriadas son los lugares de la Villa donde más se produce esta práctica, especialmente por parte de personas mayores.
En Los Barrios hay aceras que parecen nuevas a pesar de llevar décadas colocadas porque se friegan a diario. La imagen se repite casi todas las mañanas en numerosos rincones del casco urbano, Palmones, Guadacorte o Los Cortijillos. Fregona en ristre, los vecinos se afanan en mantener el acerado como si fuera una parte más de sus viviendas. Se trata de una costumbre muy extendida en la localidad que procede, sin lugar a dudas, de cuando en Los Barrios todo el mundo podía llamarse por su nombre o apodo, cuando el tamaño de la localidad permitía conocer a cada habitante como a los miembros de la familia.
Bien es cierto que es una tarea de la que se encargan más las mujeres que los hombres, principalmente de edad avanzada. "La acera puede ser la puerta de mi casa. No me cuesta ningún trabajo darle un agua cuando puedo. Mis vecinas también lo hacen. Eso sí, uso productos algo más baratos que para del resto de la casa", comenta María mientras escurre el agua delante de una vivienda en la céntrica calle Reina.
Otra razón para este proceder se encuentra en la fisonomía de las casas del centro. En muchos casos, la puerta de entrada da acceso directo al salón -presidido por una mesa camilla- por lo que mantener limpia la acera es una forma de evitar que la suciedad se cuele en casa, especialmente cuando se mezcla con la lluvia.
En el extrarradio, donde los chalés son el tipo de vivienda más prodigado, la limpieza se usa fundamentalmente para recoger los restos del jardín y se realiza con mangueras, a pesar de que conlleva un gasto de agua muy superior.
La mayoría cuenta incluso con una fregona y cubo específicos para pasar la fregona por las losetas blancas y rosadas tan características de la localidad. La imagen también se repite en las calles de la aldea marinera de Palmones o Los Cortijillos. "Para mi es algo habitual, limpio antes de ir a por el pan y la compra. De paso, hablas con las vecinas y te enteras de algo", bromea Manuela en una calle no muy lejana de la Plaza de la Iglesia. Es también un acto social. Otros vecinos consultados manifestaron que la limpieza de las calles debe corresponder al Ayuntamiento. Así es, pero sólo se barre y en algunos sitios parece que las rutas son poco frecuentadas. Tampoco ayudan los cada vez más numerosos incívicos que arrojan a la calle la propaganda de los hipermercados.
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