La reconquista de Roma

Aún no ha caído el sol. Conforme avanzan los minutos y la ciudad gaditana se prepara para la metamorfosis de la noche, algo distinto se palpa en el ambiente. La brisa de verano que recorre el Campo del Sur es distinta en la calle Fray Félix en las noches de los viernes y sábados desde el pasado 20 de junio.

Guiados por la curiosidad, cientos de personas han acudido ya a las Cenas Romanas organizadas por el yacimiento arqueológico Casa del Obispo. El legado del Imperio Romano en Cádiz y su provincia es muy amplio y de gran relevancia. Gracias a las excavaciones llevadas a cabo, puede ser admirado tanto por los gaditanos como por turistas.

En el caso del Yacimiento Casa del Obispo, los visitantes pueden disfrutar de una forma diferente. Todos hemos visto a través de grandes producciones de Hollywood como discurría la vida en la antigua Roma. La espectacularidad de muchas películas nos aleja demasiado de la realidad y nos hace olvidar que los gaditanos del siglo I d. C. eran personas que vivían bajo el mismo sol que nosotros, ese sol que se torna rojizo al esconderse tras el horizonte de La Caleta.

Al entrar en el patio en el que se encuentra la puerta de la capilla de San Firmo de la Catedral, los invitados a la cena organizada por el médico Asklepeion Diophines Fabio en honor a los dioses Apolo, Higia y Asklepio, deben tapar su apariencia moderna con las túnicas que se vestían en Roma. La música, el olor, la luz de las velas…todo el ambiente nos transporta a la antigua Gades. Las mesas, dispuestas para unos siete comensales, están preparadas con grandes copas coloreadas, cuencos de barro y un lebrillo de fruta. Pronto, Lucio Moreno, siervo del anfitrión, da la bienvenida a los asistentes y ordena a los esclavos que sirvan el pan romano y el resto de la gustatio junto al vino para brindar por la buena salud. La aparición de las puellae gaditanae, bailarinas conocidas y admiradas por todo el imperio, es uno de los momentos más esperados. Las chicas de la Asociación Flamenca Carmen Guerrero sonríen pícaras al saberse centro de atención del espectáculo. A su alrededor están los sátiros, que desatan la risa del público al acercarse indistintamente a hombres y mujeres en busca de un compañero carnal.

Durante la cena se intercalan las intervenciones de Lucio Moreno y Diophines Fabio con el servicio de la comida por parte de los esclavos, que se acercan con la cabeza gacha, sin hablar. Un gran recipiente de barro contiene todas las especialidades de la summa comida: sardinas, mejillones, sepia… Alimentos del mar que no pueden faltar en un Gades que era igual de marinero que el Cádiz actual. Las aves de la sierra también está representada en la mesa con el pollo numidico de la caputcenae.

La velada continúa con los versos del Agamenón de Esquilo recitados por Lucio, los bailes de las esclavas egipcias de los ojos negros y la representación de la pantomima de Apolo y Corónides, junto con la insustituible patina de frutas que deja a los comensales con un dulce sabor de boca.

Se acerca la medianoche sin más referencia del siglo XXI que los flashes de las cámaras de fotos de los asistentes. Hay muchas imágenes que merece la pena conservar de este viaje en el tiempo.

Esta iniciativa de las empresas Monumentos Alavista y Descubre el Sur, ha logrado su objetivo: dar a conocer el vasto legado de la época romana que alberga Cádiz y su provincia.

En los próximos días tendrá lugar el I Mercado Romano, gestionado por las mismas empresas, con el fin de promover la artesanía y las miles tradiciones que una de las ciudades más antiguas de Europa ha acogido para llegar a ser lo que hoy es.