El Limbo, un refugio diverso en el corazón de Algeciras
Gastronomía
Abre todos los días y se encuentra en una amplia plazoleta en el centro de la ciudad
Este rinconcito en Cádiz es un homenaje al poeta de Granada más grande de todos los tiempos

En Algeciras hay un rinconcito muy acogedor que a todo el mundo le gusta para tomar algo, comer, desayunar o presenciar un espectáculo en cualquier época del año. Se trata del Limbo, un establecimiento que marca la diferencia por su peculiar estilo y carisma, además de ser un lugar abierto e inclusivo, donde se trata a la clientela como parte de la familia.
Quien va al Limbo repite, algo que no resulta difícil cuando se conoce a Felipe y Kevin, la pareja que hace 10 años decidió emprender este negocio en el que lo han dado todo, donde se han propuesto prestar un servicio necesario en el ocio de la ciudad, y lo han conseguido.
Resulta sencillo volver a Limbo ya que este amplio local ubicado en la plaza de la calle Coronel Ceballos abre de lunes a domingo desde las 7:30 hasta las 2:00 de domingo a jueves y hasta las 3:00 los fines de semana. Es por ello que es un lugar estupendo para tomar algo, merendar, picotear, comer o desayunar. Cada día elaboran un plato estrella y además tienen tapas y una carta con platos elaborados con cariño. La terraza es uno de los puntos fuertes de este local, que se llena en cualquier época y a cualquier hora. Ya sea para el tardeo de otoño, durante las noches de verano o en alguno de los espectáculos que organizan, el buen ambiente está asegurado tanto en las mesas de afuera, donde caben hasta 100 personas, como en el salón interior, un lugar estupendo para charlar o leer.
La historia del Limbo comienza lejos del Campo de Gibraltar, aunque íntimamente ligada a la comarca. Kevin, que es escocés y Felipe, natural de Algeciras, se conocieron en Londres, donde Felipe trabajaba llevando a cabo espectáculos flamencos. Tras casi 18 años en la capital británica, regentando juntos varios negocios relacionados con la hostelería y la cultura, decidieron regresar a Andalucía con la idea de tomarse un descanso, pero rápidamente construyeron un sueño juntos: abrir un negocio propio.
Tras años de búsqueda encontraron el local ideal, y después de mucho trabajo, abrieron el Limbo. Según nos cuenta Kevin “Al día siguiente de abrir, se me salían las lágrimas de ver todo lo que me gustaba lo que habíamos montado. Toda la inversión, todo el esfuerzo, se habían hecho realidad.” Ese momento marcó el inicio de una etapa que dura hasta nuestros días, en la que Limbo se convirtió en un punto de encuentro donde conviven vecinos, turistas, familias y grupos de amigos. Felipe, bailaor flamenco de larga trayectoria, no esconde la emoción ni el esfuerzo que supone mantener vivo un espacio como este.
Según nos cuenta la pareja, antes la plaza estaba muy abandonada. Gracias a este negocio, ahora se encuentra llena de alegría y se ha transformado en un punto de encuentro frecuentado por personas de toda la comarca y también gente de paso. Felipe nos comenta que Limbo es un sitio diferente, y lo que identifica a este bar es "la diversidad, eso es lo más importante." Además, el amplio horario permite abarcar varios servicios, y que cualquiera encuentre el momento perfecto para pasar por allí.
Lo que distingue a Limbo no es solo su oferta cultural, sino su firme compromiso con la diversidad y su sensibilidad por el arte. Desde actuaciones flamencas hasta cenas temáticas, desde tertulias hasta noches de disfraces, Limbo es un motor de vida alternativa en Algeciras, desafiando la rutina del ocio a secas. Además organizan eventos ligados a las festividades locales, como el carnaval, la feria, la Navidad o el Día del Orgullo. Limbo es un lugar en el que nunca te sientes solo, es un espacio protagonizado por lo diferente y la alegría, donde se respira una energía única, la de quienes confían en el arte como una particular y necesaria forma de resistencia.
Kevin había vivido en el Campo de Gibraltar, por lo que cuando se instalaron en Algeciras, ya conocía la comarca. Felipe compagina su faceta artística, vinculada al flamenco, con el negocio. Ambos se encargan de la gestión y cuentan con un equipo formado por 11 personas comprometidas, imprescindibles para que el Limbo sea un lugar en el que pasar el tiempo en solitario o en compañía, pero siempre a gusto.
Limbo acaba de cumplir 10 años y a Felipe y Kevin les parece mentira lo rápido que ha pasado el tiempo desde que comenzaran a darle forma a este sueño hecho realidad. Según nos cuentan, lo que más les costó elegir fue el nombre, ya que no se decidían. Finalmente aceptaron la propuesta de Paqui, amiga de la pareja, que les propuso esta palabra de dos sílabas y bonita al oído que en Algeciras tiene otro significado añadido al que aparece en el diccionario.
Además de elegir un nombre que les gustara, también se han preocupado por buscar una imagen que les represente, por lo que en el logotipo del bar aparecen las banderas de Escocia y la andaluza y también lunares, muchos lunares.
En Limbo se preocupan por dar un buen servicio, se preocupan por su clientela, que es su gente. Cada día preparan un plato diferente, entre los que se encuentran lentejas, puchero, arroz, cuscus o lasaña, platos saludables y elaborados con cariño. Se enorgullecen de no tener nada frito y que quien coma de su cocina se quede a gusto.
Felipe y Kevin han conseguido ser parte de la familia de toda persona que pasa por allí, ya que Limbo es una casa acogedora en la que todo el mundo en bienvenido. "Nosotros somos así", reconocen, y no podrían hacer las cosas de otra manera.
Cuando les preguntamos cómo definen el Limbo, no lo dudan: "Limbo es un refugio", y se enorgullecen de haber creado un espacio que ha marcado la diferencia en Algeciras, un bar al que todo el mundo quiere ir.
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