Vivir el sur

La Plaza de Toros de Tarifa, un coso singular con más de 130 años de historia

La Plaza de Toros de Tarifa.

La Plaza de Toros de Tarifa. / Jorge del Águila

Para llegar hasta la actual plaza de toros de Tarifa, la fiesta taurina ha recorrido distintas localizaciones a lo largo de la historia. El coso se ha situado en la Plaza de Santa María y en el mercado de abastos, entre otros lugares, construyéndolo, finalmente, a pocos metros de la playa de Los Lances.

Con más de 130 años de vida, la Plaza de Toros de Tarifa comenzó a construirse por la empresa Constructora Urbana en 1888. La idea surgió con la intención de rentabilizar el festejo taurino que se llevaba realizando durante siglos en la localidad, unida a la necesidad de crear un nuevo matadero municipal. Aprovechando esto último, la sociedad anónima propuso hacerse cargo de la obra añadiéndole un "corral capaz para Circo, Picadero o Plaza para corrida de novillos", como explica Andrés Sarria Muñoz.

El coso fue inaugurado un año después, en 1889, durante la feria de septiembre. No obstante, no estaba acabada la obra, faltando, precisamente, el matadero. Dos novilladas de las ganaderías tarifeñas de Joaquín Abreu y Núñez y de Lorenza Reinoso, fueron las encargadas de la primera corrida sobre el albero. Constructora Urbana también se encargaría de gestionar los festejos.

La Plaza de Toros de Tarifa no tiene interés artístico o arquitectónico, aunque si cuenta con una peculiaridad, pues está construida en ladera aprovechando el desnivel para situar los tendidos. No es muy alta, tampoco muy grande, ya que su graderío solo puede albergar unos 3.000 espectadores, aunque no es de las más pequeñas de España.

Tan solo dos años después del primer espectáculo, tuvieron que intervenir en las instalaciones para hacerle trabajos de consolidación, una reforma que añadió ladrillos en lo más alto del edificio. En ese momento, el matadero se situó al sur, en la parte baja, en la zona de sombra donde se sitúa el palco de presidencia, sobre las puertas de toriles y de salida de los toreros y picadores, lo que implica que las cuadrillas salen al ruedo de espaldas al presidente.

En 1948, la empresa cedió la plaza y el matadero al Ayuntamiento, por lo que este debía hacerse cargo de la gestión de los festejos taurinos y de su mantenimiento. En 1957 se inauguraría un nuevo matadero en un solar apartado de la plaza.

El coso tarifeño lleva siete años de inactividad, desde la feria de 2016, recuperando las fiestas el domingo 27 de agosto de este mismo año, tal y como ha anunciado el Consistorio, con un espectacular cartel.

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