Dorantes, estrella de la nueva edición del festival San Roque Suena

Una nueva edición del festival San Roque Suena llega este fin de semana a la localidad. El viernes 3 de noviembre y el sábado 4, la Plaza Espartero y el Teatro Juan Luis Galiardo de San Roque serán el escenario de distintas actuaciones gratuitas para todos los públicos. Además, el viernes 10 de noviembre actuará sobre las tablas del coliseo sanroqueño el pianista flamenco Dorantes.

La programación del viernes 3 de noviembre se centra en la Plaza Espartero. A las 22:00, Los Mammys Daddys deleitarán al público con temas propios y versiones de canciones de rock y beat. Tras ellos llegan Los Desbarajustes, una banda sanroqueña que interpreta versiones de pop y rock de los años 90. Los encargados de cerrar la noche serán Rockola Circus, un grupo albaceteño que interpreta un tributo al pop-rock español de los años 80 y 90.

Ya el sábado 4 de noviembre continúa el fin de semana con la actuación de la formación Ad Libitum Aeternam, con el programa Lo que el viento nos dejó, en el Teatro Juan Luis Galiardo. El grupo está compuesto por músicos profesionales de instrumentos de viento que se juntan para disfrutar de su pasión y ofrecer una actuación elegante, fresca, original y llena de energía que podrá verse de forma gratuita a partir de las 20:00.

La última cita de la octava edición del festival será el viernes 10 de noviembre. El telón del Teatro Juan Luis Galiardo se levanta para recibir al pianista flamenco Dorantes, la única actuación del programa que requiere entrada. Esta tiene un precio de 10 euros y puede conseguirse en la plataforma Giglon.

A partir de las 20:00 tendrá lugar el recital de piano flamenco titulado Identidad. Dorantes, conocido como “La joya del piano flamenco” no se le puede homologar musicalmente con facilidad. Pertenece al mundo flamenco por cuna y vivencias, pero sus creaciones son absolutamente personales. No tiene nada que ver con los experimentos de fusión más habituales.

Ha dotado al piano de una enriquecedora dimensión, es un virtuoso instrumentista que denota su paso por el conservatorio y, además, suena jondo de verdad. El contacto de Dorantes con los teclados fue una coincidencia: en casa de su abuela paterna, La Perrata, había un piano, y él empezó a tocarlo de chiquillo.