Duna de Valdevaqueros

Tarifa reclama a la Junta avances en la nueva carretera de Paloma Baja, pendiente desde 2017

  • Decenas de vehículos quedan bloqueados con el levante y el Ayuntamiento lamenta la falta de avances en el proyecto anunciado por la Junta para construir un nuevo acceso

  • Los vecinos advierten de la peligrosidad por los coches aparcados en el arcén y la gente que se tira por los taludes de la duna

Las señales de la carretera de acceso a Paloma Baja, sepultadas por la arena

Las señales de la carretera de acceso a Paloma Baja, sepultadas por la arena / Jorge del Águila

Vuelven los quebraderos de cabeza para los vecinos del poblado de Paloma Baja, en Tarifa. El avance de la duna de Valdevaqueros, empujada por los últimos temporales de levante, ha vuelto a sepultar la carretera de acceso a esta zona costera del término municipal, la A-2325, durante el pasado fin de semana.

El Ayuntamiento de Tarifa ha mostrado su preocupación por la falta de avances tangibles de los proyectos de la Junta de Andalucía para construir una carretera alternativa que se concretaron en el año 2017. Los vecinos, por su parte, están descontentos con el desempeño de la contrata a la que se le ha encomendado la retirada de la arena

Los problemas se han agudizado desde el pasado 19 de marzo, cuando se produjo el primer bloqueo de la temporada. Y en la recta final de la Semana Santa se ha puesto de nuevo en evidencia con el atasco de decenas de vehículos entre la arena. La afluencia de turistas, unido a la acumulación sobre la calzada, dejó a varios coches atrapados y el acceso a las viviendas quedó temporalmente bloqueado hasta que la brigada de carreteras de la Junta de Andalucía retiró la capa que cubría el asfalto. 

"Estamos indignados y es vergonzosa la falta de actuación ante el estado del camino. Llevamos diez años con la duna encima de la carretera. Es todo una dejadez absoluta", ha lamentado Paqui Beneroso, de la asociación vecinal de Paloma Baja. 

El colectivo vecinal insiste en que desde marzo, cuando se han desencadenado varios temporales de levante, la carretera se encuentra impracticable. "Además, tenemos un problema añadido. Cuando vienen los turistas, por desconocimiento, aparcan en el lateral ya que las señales de tráfico que lo prohíben están sepultadas. Y se tiran por los taludes como si fuera la nieve, con plásticos y tablas, alcanzando velocidad y acabando en medio de la calzada. Algún día puede producirse un fatal accidente", ha advertido Beneroso.  

Desde el Ayuntamiento tarifeño comparten la preocupación. "Estamos bastante preocupados. En su día hubo movimientos, se anunció la construcción de una carretera alternativa pero ahora no hay avances. Hemos solicitado una reunión de urgencia con la subdelegada del Gobierno de la Junta en la comarca, Eva Pajares, y con la delegada territorial de Fomento, Mercedes Colombo, para interesarnos por el estado del proyecto o sus posibles alternativas y para pedir que se reactiven", ha explicado a Europa Sur el alcalde, Francisco Ruiz. 

La Junta de Andalucía puso en marcha el pasado diciembre un contrato para la retirada de la arena por 100.000 euros y una duración de cinco meses. Y entonces anunció la previsión de licitar un nuevo contrato, ya por cuatro años, para la retirada periódica. "Es cierto que la excavadora actúa cuando es necesario. Pero vamos a solicitar que además de retirar la arena de la calzada, se perfilen también los taludes y se retranquee un poco más la duna para que los temporales no cubran la carretera en tan poco espacio de tiempo", ha planteado Ruiz.

El Ayuntamiento de Tarifa va a solicitar además a la Guardia Civil que se refuerce la vigilancia en la zona para evitar que los turismos aparquen en la zona que sería el arcén de la carretera. "Durante el verano, ante la afluencia de turistas, muchos dejan el coche en el lateral. Cuando avanza la duna, se quedan sepultados y reducen mucho la anchura de la zona transitable", comenta el alcalde tarifeño. 

La nueva carretera

La solución diseñada en su día pasa por una mejora del acceso a Paloma Baja a través de una variante de la A-2325 construida hacia el norte para desplazar la carretera lo suficiente para evitar el avance dunar. La propuesta consiste en la mejora del trazado en los aledaños de la duna mediante la construcción de una vía orientada al norte. El vial se planteó con seis metros de anchura -dos carriles de tres metros- además de arcenes de un metro y bermas de medio metro y firme flexible.

La solución planteada por la Junta estaba fundamentada en las propuestas del estudio de la Universidad de Granada y a principios de 2018 se elevó a la junta rectora del parque natural del Estrecho, que dio su visto bueno.

Sin embargo, los vecinos advierten que la duna también está ya por esas inmediaciones, por lo que reclaman una solución a futuro. 

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