Problemas en el Centro de Protección Animal Bahía de Cádiz

Marcelino Laínez (Pacma): "Los perros no pueden estar encerrados tanto tiempo, acaban enloqueciendo"

Un perro encerrado en el Centro de Protección Animal Bahía de Cádiz.

Un perro encerrado en el Centro de Protección Animal Bahía de Cádiz.

Adoptar un perro del Centro de Protección Animal Bahía de Cádiz cuesta alrededor de 200 euros. Teniendo en cuenta que sus instalaciones sólo tienen sitio para 160 y que actualmente hay 165 no parece lógico primar el apartado económico a encontrarle una familia a animales que llevan mucho tiempo viviendo encerrados en una jaula sin poder salir ni para dar un paseo. Máxime cuando se trata de un servicio que se abona con dinero público por parte de la Mancomunidad de la Bahía de Cádiz, que tras sacarlo a licitación se lo adjudicó a la única empresa que presentó una oferta: Athisa Medioambiente S.A.U.

Tras la denuncia de varias voluntarias y la posterior inspección llevada a cabo por el Seprona, que constató que las condiciones de vida de estos perros no son las más idóneas y que podrían ir contra la Ley de Bienestar Animal, varias voces se han alzado pidiendo mejoras en el servicio. Los Ayuntamientos de Cádiz, San Fernando, Chiclana y Puerto Real abonan un dinero a la Mancomunidad para que adjudique la acogida de perros en este Centro de Protección Animal, que bajo ese bonito nombre no deja de ser una perrera al uso que, además, se encuentra situada en un enclave de Chiclana que no reúne las mejores condiciones de salubridad, por lo que “muchos animales enferman nada más llegar”, cuenta a este medio Marcelino Laínez, coordinador de Pacma en la provincia.

Según Laínez, llevan desde 2018 trabajando con la Mancomunidad y con el voluntariado intentando mejorar las condiciones de este centro de Athisa. “Los cuatro ayuntamientos se comprometieron a aumentar su presupuesto para ello. Pero uno de los problemas es que la empresa concesionaria no tiene centro propio, por lo que subcontrata las instalaciones de Cadicen en Chiclana, que se han quedado muy antiguas”.

Según aseguran desde Pacma, el nuevo presidente de la Mancomunidad, el portuense Millán Alegre, se comprometió a realizar una nueva licitación con mejoras que englobaran más personal y modernas instalaciones porque los animales “están saturados. Hay momentos en que se han dado situaciones lamentables, como que llegue alguien para dejar allí un perro al que han encontrado abandonado y le han dicho que no hay sitio, así que han tenido que dejarlo en la calle”.

Asegura Laínez que el centro no reúne las características adecuadas para que los perros puedan salir a pasear con los voluntarios. “Se pasan las 24 horas encerrados, así un día tras otro, y acaban enloqueciendo. Se vuelven violentos, y esto hace que las familias también tengan más dificultades para adoptarlos. Llega un momento que cuando los perros pasan tanto tiempo encerrados en jaulas pequeñas se vuelven difícilmente adaptables”.

Lo que plantean desde Pacma es abaratar las adopciones, “incluso que sea gratis, porque en el fondo se están llevando a un perro de allí y dejando sitio para otro. Lo ideal sería que ya se fueran con toda su documentación en regla”, reclama.

La Mancomunidad está buscando un terreno en Puerto Real donde construir un nuevo centro propio, más moderno, “pero luego hay que licitar el servicio complementario. Y estas cosas, y más en la administración pública, son extremadamente lentas”.

Marcelino Laínez reconoce que la situación “está enquistada” y que incluso ha habido momentos “en que se ha prohibido a las voluntarias acceder al recinto para evitar que estas publicaran sus quejas en redes sociales por la situación de los perros”.

Lamenta que hace meses se tenía que haber producido una nueva reunión con la Mancomunidad pero “hasta el momento no nos han citado. Yo no sólo culpo a Athisa de la situación, es la Mancomunidad quien debe estar vigilante para que el servicio por el que paga se cumpla, y si no es así pues que deje de pagar las facturas, como ya ha hecho en alguna ocasión. Pero también es verdad que si a Athisa la contratan para dar un servicio concreto no se le puede pedir que dé más. Tiene que haber voluntad de mejorar la situación, y la empresa debe comprometerse a cumplir con lo firmado. Me parece que todo esto es un problema de gestión de la Mancomunidad”, concluyó.

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