Profesorado

Las características que definen a un buen docente

  • Enseñar no solo es transmitir conocimientos, también es crear las condiciones para que el alumno aprenda a pensar y construir su propia comprensión del mundo que le rodea

Para ser docente se ha de tener una verdadera vocación.

Para ser docente se ha de tener una verdadera vocación.

El docente es uno de los agentes fundamentales e insustituibles en una sociedad. Ser profesor es, sin duda, una profesión para la que se necesita una gran vocación. El día a día de estos pasa por soportar sobrecargas de trabajo, la rebeldía de los estudiantes y noches de desvelos calificando los trabajos del alumnado. Todo ello lo deben combatir con grandes dosis de paciencia.

Y es que enseñar no solo consiste en transferir conocimientos, es mucho más, radica en crear las oportunas condiciones para que el alumno aprenda a pensar y a construir su propio conocimiento sobre el mundo que le rodea.

Todo ello supone una gran responsabilidad: los docentes moldean y marcan las vidas de los jóvenes. Una parte de estos cumplen con creces sus objetivos y son recordados con el paso del tiempo. Son los buenos docentes. ¿Qué características tienen estos?

En primer lugar, y como se apuntaba más arriba, se ha de tener una verdadera vocación. Está comprobado que en cualquier profesión las personas que tienen vocación son las más eficientes. También implica que el profesor esté dispuesto a lidiar con clases de entre 20 y hasta 100 personas. 

Creatividad

Por otro lado, debe ser creativo, incentivar el conocimiento autodidacta, ir más allá de la explicación de conceptos y la tradicional clase magistral.

La plena formación y la renovación de conocimientos constantes es otra de las claves de un buen profesor. Hoy, las aulas virtuales y el uso de nuevas tecnologías se han incorporado al sistema educativo y estas herramientas y recursos deben saber integrarse y explicarse en las clases.

Un buen profesor siempre se encuentra en plena formación y renovación de conocimientos, también ha de ser resolutivo y carismático.

No es tarea fácil atraer la atención en un aula llena de alumnos y ser capaz de mantenerla por tiempo prolongado, por lo que es vital que el buen docente diseñe clases interesantes, frescas y actuales, promoviendo la curiosidad y el aprendizaje fuera de las instalaciones educativas.

El docente debe atraer la atención de un aula llena de alumnos. El docente debe atraer la atención de un aula llena de alumnos.

El docente debe atraer la atención de un aula llena de alumnos.

Al mismo tiempo, la empatía es otra de las cualidades que se necesitan para la docencia. El profesor debe intentar comprender al alumnado y la mejor forma de hacerlo es ponerse en su lugar. Ha de hacer el ejercicio de entenderlo  para poder hablar el mismo lenguaje.

Buena comunicación

Igual ocurre con una buena comunicación, no solamente se trata de transmitir conocimientos, sino de poder captar y mantener la atención del alumno.

Asimismo, el docente ha de tener la capacidad de observar e identificar situaciones en las que ha de intervenir. Debe ser capaz de advertir tanto la timidez de un alumno que le impide decir en clase que no entiende un tema, hasta la detección de problemas más graves de comportamiento o psicológicos.

Por otra parte, ser un buen profesor implica tener habilidades para reconocer diferencias individuales y, usarlas para adecuar su enseñanza de manera individualizada a cada alumno.

Por último, otra de las cualidades de un docente que marca la vida de sus alumnos es su capacidad para fomentar el amor por el aprendizaje.

Cuando un maestro ama su trabajo, transmite ese entusiasmo a sus alumnos. Además de presentar las lecciones de forma atractiva, de manera que los estudiantes disfruten aprendiendo, también despierta en ellos el interés por saber más. Los alumnos de este tipo de maestros aprenden a buscar soluciones creativas a los problemas y a usar el pensamiento crítico antes de tomar alguna información como cierta.

Responsabilidad y pasión

Para concluir, es importante señalar que la profesión del docente está llena de desafíos, días difíciles y no tantas vacaciones como se cree. Por ello, quienes decidan integrarse a las aulas deben ser conscientes de la gran responsabilidad que tienen y sentir pasión por su trabajo, pues los alumnos cuentan con su dedicación, esfuerzo y pasión.

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