La Real y Venerable Archicofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Paz vio ayer noche truncada sus anhelos por procesionar en la Semana Santa tarifeña como consecuencia del fuerte aguacero que se dejó caer a la caída de la tarde.

Así, y por segundo año consecutivo -en cinco años no ha procesionado tres veces- el tradicional Encuentro entre el Señor de Tarifa y María Santísima de la Paz que desde hace años caracteriza a esta estación de penitencia, y en el que la Calzada vuelve a convertirse en escenario de esta escénica liturgia, quedó desierto.

Los hermanos de la hermandad señera de la localidad no se llevaron a engaño durante el día, y eran conscientes de que el desfile, casi con total seguridad, no podría realizarse. A las nueve y media de la noche, en un abarrotado templo de San Francisco de Asís, sede canónica de la Paz, el secretario de la Junta de Gobierno publicaba la decisión de que, ante la inclemencia del tiempo, quedarse en el templo y llevar a cabo una oración.

Sin aspavientos exagerados, con humildad cofradiera, los hermanos de la Paz dieron una lección del sentir semanasantero y tras la oración del reverendo, Pedro Durán el capataz del paso hizo la levantá del precioso encarnado paso de la Virgen y al ritmo de la banda municipal de música tarifeña, Manuel Reiné la Paz desfiló en el interior del templo ante alguna resbaladiza lágrima de los hermanos. Y la potente voz de Manuel Garrido entonó saetas que sonaron a consuelo por no poder salir. Tras el acto, la Junta de Gobierno, los hermanos y los fieles devotos se dirigieron a San Mateo para hacer lo propio en el templo del Nazareno reluciente en su trono dorado y con su túnica morada. Los sinelabes de representación de cada imagen se encontraron en el templo de San Mateo, donde el Señor de Tarifa esperaba a los fieles.

Resignación y pena, pero lección de cofradía y buen hacer de la hermandad matriz de Tarifa, el génesis de la Semana de Pasión local que mañana Viernes Santo toca a su fin con el Vía Crucis de la Salud y la procesión del Santo Sepulcro.