Las lágrimas corrieron ayer por las mejillas de nazarenos y costaleros de la Hermandad del Perdón y la Salud en la parroquia de San Pedro.

El cielo amenazaba lluvia a las ocho de la tarde, hora en la que la cofradía tenía prevista su salida. La hermana mayor, Inmaculada Anillo, tuvo que afrontar el mal trago y con las palabras entrecortadas por la emoción se dirigió al cortejo y a las cuadrillas del Perdón y la Salud que esperaban en la iglesia la decisión de la junta de gobierno. Aseguró que fue una decisión "dura" no salir a la calle "por todos vosotros que un año más habéis sacado vuestra papeleta de sitio y por segundo año consecutivo no podemos hacer nuestra estación de Penitencia". Anillo añadió que la climatología "no está en nuestras manos pero sí lo estaba que La Línea tuviera Semana Santa y por eso nos unimos todas las hermandades".

Antes de la intervención de la hermana mayor, el director espiritual de la cofradía, José Enrique Sánchez, dirigió una oración en la que pidió a Dios "ayuda para superar la crisis" y se acordó de "tantas familias de nuestro pueblo que lo están pasando mal, especialmente los trabajadores municipales".

La hermandad de San Pedro tenía que haber realizado su estación de Penitencia por las calles Siete Revueltas, López de Ayala, Isabel la Católica, Cervantes, Sol, Clavel y la plaza de la Constitución, tras lo cual estaba previsto su entrada en la calle Real y su paso por carrera oficial. Un vez cumplido este trámite, el cortejo tenía marcado seguir por la plaza de la Iglesia, Padre Rodríguez Cantizano, Aurora, López de Ayala, San Pedro y Siete Revueltas para regresar a su iglesia a las 2:15 aproximadamente.

En cuanto a las novedades, la cofradía iba a estrenar este año la última fase de la candelería y las bambalinas laterales del paso de palio, además de una cotilla, un broche y un via crucis de mano. El paso de misterio finalizó la cuarta fase de los respiraderos para esta estación de Penitencia.