Patrimonio

De Ayuntamiento de San Roque a Centro de Arte Contemporáneo

La fachada del antiguo Ayuntamiento de San Roque, reconvertido en Centro de Arte Contemporáneo.

La fachada del antiguo Ayuntamiento de San Roque, reconvertido en Centro de Arte Contemporáneo. / Vanessa Pérez

El antiguo inmueble del Ayuntamiento de San Roque abre un nuevo capítulo de su larga historia. Convertido en Centro de Arte Contemporáneo, el edificio ya acoge la colección permanente dedicada a Andrés Vázquez de Sola a la que se sumará próximamente la del dibujante Carlos Pacheco; dos artistas sanroqueños de proyección internacional.

Transformada la finca para este fin cultural, la Casa Capitular concentró la actividad institucional y política durante dos centurias y los nueve primeros años del presente siglo. Entre sus paredes se vivieron hechos tan destacados como la proclamación de las distintas constituciones, de las dos repúblicas o del cantón de San Roque.

Vivió más cercanamente la restauración democrática con las elecciones municipales de 1979 y el intento de golpe de Estado de 1981. Desde su balcón se arengó al pueblo en sentidos diferentes y en épocas posteriores continuó siendo protagonista de la historia de la ciudad, hasta que en 2009 se instalara el Consistorio en uno de los edificios del antiguo cuartel Diego Salinas.

En la lejana fecha de 1792 se proyectaba su traspaso desde la calle Almoraima a la emblemática Plaza Mayor, la Plaza de Armas. Las reuniones municipales se alternaban en casas particulares y en edificios provisionales. Sin embargo, en el acta de la sesión de primero de enero de 1810 se sitúa la misma en “las Casas Consistoriales”.

Una de las escaleras del antiguo Ayuntamiento, hoy presidida por una obra de Vázquez de Sola. Una de las escaleras del antiguo Ayuntamiento, hoy presidida por una obra de Vázquez de Sola.

Una de las escaleras del antiguo Ayuntamiento, hoy presidida por una obra de Vázquez de Sola. / Vanessa Pérez

En 1824 se adquirió un solar de la calle Prevención -a espaldas de la Plaza Mayor- para agrandar lo que tan sólo era una sala. En 1839 se instruyó un expediente para llevar a cabo una importante reparación. El proyecto se incluyó en un paquete de obras que incluía también el arreglo de las calles Larga, Prevención y Gibraltar, así como de los puentes de Colmena y Madre Vieja. Como no había dinero suficiente en las arcas municipales para acometer esta iniciativa, el Ayuntamiento presidido por Cristóbal de Torres, acordó destinar el producto del arbitrio de un real en carga, impuesto a las mercancías que pasaban a Gibraltar a través de la barriada sanroqueña de La Línea.

Las obras pudieron culminarse en 1840, pero once años después, en 1851, el edificio había sufrido un considerable desplome. Los maestros de obras Juan Leal y Bernardo Fernández, el de carpintería Andrés González, y el de herrería Antonio Aracil fueron destinados para que informasen del estado del inmueble, coincidiendo todos en el lamentable estado del mismo.

La inexistencia de técnico arquitecto en el municipio hizo que el Ayuntamiento solicitase de Manuel Zayas, titulado profesor de arquitectura por la Academia de Nobles Artes de San Fernando y responsable de las obras de la Comandancia de Ingenieros de Algeciras, que reconociera el edificio y emitiera el correspondiente proyecto.

Zayas consideró que el arreglo costaría tanto como hacerlo de nuevo y adelantó que los gastos serían de 35.424 reales. Sin embargo, cuál no fue la sorpresa de los regidores sanroqueños cuando la Academia Provincial de Bellas Artes rechazó el plano presentado y anunció al Ayuntamiento que su redactor era maestro de obras y no contaba con la titulación de arquitecto.

El técnico en cuestión declaró que había desempeñado muchas veces el trabajo de arquitecto. No obstante, en cumplimiento de la legalidad, el alcalde Juan de los Santos remitió escritos a los ayuntamientos de Ceuta, Jimena, Castellar, Manilva, Los Barrios, Algeciras, Tarifa y Gaucín, solicitando información sobre algún arquitecto, pues en la ciudad no había.

La búsqueda fue negativa, por lo que el Ayuntamiento pidió a Zayas que rectificase el plano y convirtiese su proyecto en reforma o rehabilitación. Y aunque el maestro de obras insistió en que no era posible sin que se produjesen gastos elevados, finalmente accedió. La reforma sustituyó al derribo, importando la obra, culminada en 1852, la cantidad de 29.080 reales de vellón.

Posteriormente, en 1860, se mandó a los maestros de obras Juan Gamito y Bernardo Fernández el reconocimiento del edificio para la construcción de un nuevo cielo raso. A este último se le adjudicaría, en 1864, la construcción del pozo “de aguas claras” situado en el patio del jardín de la Casa Capitular, al objeto de que sirviese para la limpieza de la misma.

Aprovechando la estancia en San Roque del arquitecto gaditano Juan de la Vega, el alcalde Andrés Cano le encargó el proyecto. En los fundamentos del pozo se colocó una cadena de tablones de madera de roble provenientes del desguace de barcos. Costó cerca de cinco mil reales y ya no hubo que trasladar el agua desde las fuentes del municipio para abastecer al edificio.

Sin embargo, parecía que el principal centro municipal estaba condenado a sufrir un continuado deterioro. Así, en el inventario de bienes del municipio del año 1890 se describe de la siguiente forma: “Casa Ayuntamiento situada en la Plaza de la Constitución con fachada al poniente. Linda por su derecha entrando con casa de don Francisco y don Juan Rendón: por su izquierda con casa de calle Consuelo número 2, de don José Pavón, y por su espalda, con la calle de la Prevención y casa de capellanía que disfruta don Antonio Hernández Puerto: mide una superficie de 190 metros y se le considera de valor 20.000 pesetas: en mal estado”.

En el siglo XX

Y ya en el siglo siguiente, en 1921, debido al mal estado del edificio, se aprobó que el Ayuntamiento se trasladase a la calle Vista Hermosa nº1. Sin embargo, demostrando un especial apego al modesto, pero histórico Consistorio, los ediles continuaron reuniéndose en el mismo incluso con riesgo de su integridad física. En junio del siguiente año se discutió la posibilidad de instalarse provisionalmente en el Paseo de Luis Aldana, en Los Cañones, donde la Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro tenía una casa de su propiedad.

El Ayuntamiento de San Roque, en 1932. El Ayuntamiento de San Roque, en 1932.

El Ayuntamiento de San Roque, en 1932.

El concejal Castilla Delgado se opuso a dicho traslado, mientras que su compañero Salas informaba que la búsqueda de otro en mejor estado había resultado infructuosa. El 22 de septiembre se acordó el alquiler con abono de 75 pesetas mensuales y la obligación municipal de encalar la fachada.

La posibilidad del abandono total de las Casas Consistoriales motivó un debate el 6 de octubre de ese año. Andrés Cano se mostró contrario a ello, abogando por la reparación necesaria. El edil Joaquín Almagro compartió dicha opinión, añadiendo que se hiciesen gestiones con el vecino Manuel Rodríguez López para obtener la compra del solar situado al lado del Ayuntamiento, al objeto de incorporarlo al mismo.

En 1949 se produjo una nueva mudanza. En esta ocasión al Casino del Recreo, en la calle San Felipe. El traslado se hizo en septiembre y la rehabilitación no fue inaugurada hasta el mismo mes de 1954.

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