La DMAE exige una respuesta coordinada
Contenido ofrecido con la colaboración de Roche
La degeneración macular asociada a la edad en su forma neovascular (DMAEn) condiciona la autonomía de miles de personas.
La DMAE es una patología que afecta a la mácula, una pequeña zona de la retina responsable de la visión central. Su forma neovascular, también conocida como DMAE húmeda, se caracteriza por el crecimiento anómalo de vasos sanguíneos que deterioran la capacidad visual(1) (2). La oftalmóloga Marta Medina Baena, especialista en retina médico-quirúrgica en el Hospital Universitario Puerta del Mar, ha atendido a numerosos pacientes a lo largo de más de diez años y ha sido testigo de cómo ha cambiado el abordaje clínico. “El enfoque terapéutico se ha vuelto más efectivo y personalizado. También hemos pasado de pautas fijas a esquemas ‘treat-and-extend’, lo que ha mejorado la adherencia y los resultados visuales a largo plazo”, explica.
La enfermedad suele manifestarse con síntomas sutiles. “En fases tempranas, los pacientes suelen acudir por visión borrosa, distorsión de las líneas rectas (metamorfopsias) o dificultad para leer (4). Algunos notan zonas oscuras o una disminución en la nitidez central. Lamentablemente, muchas veces estos síntomas no se identifican de inmediato como signos de DMAE, por lo que el diagnóstico puede retrasarse”, señala Medina. A su juicio, “siendo una de las principales causas de ceguera legal en mayores de 65 años(3), muchas personas desconocen la enfermedad hasta que la padecen; y existe una falta de conciencia general sobre la importancia de revisiones periódicas”.
Pero incluso tras el diagnóstico, el abordaje plantea desafíos importantes. “Una de las principales necesidades no cubiertas es la adherencia al tratamiento, que muchas veces se ve afectada por barreras logísticas (frecuencia de inyecciones, desplazamientos al hospital). También detecto falta de apoyo psicológico y educativo, ya que el impacto emocional del diagnóstico puede ser significativo. Finalmente, algunos pacientes requieren ayudas visuales o rehabilitación, recursos que no siempre están accesibles”, añade.
En algunos hospitales, el tratamiento de la DMAEn se ha integrado en lo que se denomina “acto único”, que concentra diagnóstico y tratamiento en una misma jornada. El papel del farmacéutico hospitalario, aunque no visible para el paciente, es clave para garantizar la continuidad del proceso.
José Carlos Roldán, responsable del área de mezcla intravenosa del Hospital Universitario Puerta del Mar, explica que “con pacientes con DMAE no tenemos contacto directo, ya que todo el proceso: consulta, pruebas diagnósticas y administración de tratamientos intravítreos se realiza por parte del personal del Servicio de Oftalmología en lo que se llama ‘acto único’, ya que todo se realiza en el mismo día, evitando visitas innecesarias al hospital por parte del paciente”. En este marco, el farmacéutico se encarga de que el material terapéutico esté disponible a tiempo: “El Servicio de Oftalmología envía semanalmente al Servicio de Farmacia Hospitalaria la previsión de pacientes y tratamientos que tienen previstos la siguiente semana, así el Servicio de Farmacia puede elaborar y dispensar los tratamientos necesarios para que se administren cuando están programados”.
Esta coordinación quedó formalizada hace un año en un procedimiento conjunto entre Oftalmología, Farmacia Hospitalaria y Medicina Preventiva. Gracias a él, también se contempla un “stock de urgencia para cubrir la aparición de nuevos pacientes que necesiten estos tratamientos”. Esta colaboración permite además realizar seguimiento de resultados clínicos reales. “Al trabajar coordinados, siguiendo un documento consensuado por ambos servicios, se pueden realizar estudios de resultados en salud”, afirma Roldán. “Estos estudios nos sirven para ver los resultados de los tratamientos ‘en vida real’”.
Servicios implicados
En este contexto, el proyecto “La mejor vista posible”, impulsado por Roche, busca visibilizar esta patología y recoger las necesidades no cubiertas en las distintas comunidades autónomas, al tiempo que pone en valor el trabajo coordinado entre los equipos sanitarios (5). “Estas iniciativas son una oportunidad para poner de manifiesto y mostrar la coordinación y las buenas relaciones que existen entre los distintos servicios implicados en los procesos que afectan a los pacientes, también muestran a la sociedad una patología poco conocida como es la DMAE, que en la sociedad actual, en la que cada vez vivimos más años, hace que la incidencia sea mayor cada vez, pues se trata de una patología asociada a la edad”, concluye Roldán.
La tecnología, además, representa una vía de mejora en la detección y seguimiento. “La telemedicina y el uso de dispositivos de OCT portátil permitirán una monitorización más frecuente y cómoda para el paciente. Además, los algoritmos de inteligencia artificial ya están demostrando utilidad en la detección precoz a partir de imágenes retinianas, lo que podría facilitar diagnósticos más rápidos y precisos en atención primaria u ópticas. También veo un gran potencial en apps para el autocontrol de la visión que empoderen al paciente”, afirma Medina.
- Gallego Pinazo R. Eye News. 2018. https://medium.com/eye-news/clinical-relevance-of-the-anatomic-classification-of-neovascular-age-related-macular-degeneration-fda01a436cf1
- National Eye Institute. Facts about age related macular degeneration
- Wong WL, et al. Lancet Glob Health. 2014;2:e106 16;
- NHS. Symptoms: Age-related macular degeneration.
- Barquet Arias L. Objetivo DMAE: situación actual y propuestas de mejora para la atención sociosanitaria de la DMAE. 2020.
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