Tribuna | Los efectos de la Covid en las empresas

Tomás Herrera Suárez

¿Y esto, quién lo paga?

"Abrir un negocio no es levantar una persiana. Si a los 3 días te cierran de nuevo porque se han equivocado, tienes que ir al día siguiente para limpiar, tirar o regalar todo el género perecedero, pagar los gastos de la gestión laboral de volver al ERTE". 

Unas terrazas, cerradas en Los Barrios por las restricciones del coronavirus.

Unas terrazas, cerradas en Los Barrios por las restricciones del coronavirus. / Erasmo Fenoy

El 1 de febrero, las autoridades competentes decretaron que en Los Barrios se podían volver a abrir los negocios de hostelería y pequeño comercio porque los datos epidemiológicos así lo establecían. La apertura se podía hacer a partir del miércoles 3. El 4 de febrero, los datos de incidencia de enfermos a 14 días por la Covid-19 sufrieron un aumento a casi el doble, con lo que ese mismo día se decretó que esos mismos comercios debían cerrar el 5 de febrero.

Fuentes oficiales dicen que hubo un error en el volcado de datos, una incidencia informática... pero ¿no son los mismos a los que les encanta un titular sobre digitalización y en Andalucía estamos poniéndonos a la cabeza? Nuestras autoridades dicen que vamos a generar una gran riqueza y empleo mediante la transformación digital y resulta que se equivocan en un recuento que no parece que sea muy difícil de hacer. Lo peor son las consecuencias que eso conlleva.

Lo publicado en el BOJA del martes 2 de febrero sobre que Los Barrios pasaba al riesgo de incidencia 4 modulado en su fase 1 provocó que todos los negocios tuvieran que abrir, ya que el ERTE que se aplica cuando no te permiten abrir un negocio es diferente al que aplicas cuando te limitan la actividad, por ejemplo en horario. La gran diferencia es que si no te dejan abrir te condonan los seguros sociales y si tú decides no abrir, aun permitiéndotelo la autoridad, tienes que pagarlos al 100%.

"¡Qué fácil es decir “te tienes que reinventar”, no queda otra! Cuando no te toca a ti, con qué alegría se habla de “el grifo de la economía”, cuando tu sueldo pagado por los impuestos no sufre ningún tipo de variación"

Para que nos hagamos una idea, los seguros sociales son la mayor carga que tiene una empresa ya que son los impuestos que se pagan todos los meses por tener empleados y que son alrededor del 40% de la suma total de las nóminas, así que si decidías seguir cerrado ese miércoles en Los Barrios, tenías que afrontar el pago de los seguros sociales de toda la plantilla en ERTE, pero sin ingresar ni un euro. A esto, hay que sumarle todos los gastos del día a día, aunque estés cerrado.

Abrir un negocio no es levantar una persiana. Es ir un día antes a prepararlo todo, organizar al personal, comprar el género o material necesario y ponerlo todo en marcha, limpiar, asesorías laboral y fiscal, llamar a los proveedores, comunicar que abres a tu clientela y un montón de tareas que se traducen en euros y en mucho esfuerzo. Si a los 3 días te cierran de nuevo porque se han equivocado, tienes que ir al día siguiente para limpiar y reorganizarlo todo y tirar o regalar todo el género perecedero que acababas de comprar, además de pagar todos los gastos de la gestión laboral de volver al ERTE, más todos los gastos indirectos que conlleva una apertura. Sin olvidarnos que los fijos los tienes que seguir pagando. No nos podemos olvidar que los comerciantes y empresarios son personas, no máquinas.

Tomás Herrera Tomás Herrera

Tomás Herrera

Me pregunto yo… ¿Y esto, quién lo paga? El 20 de enero empezó el primer cierre de negocios en Los Barrios, pero el día 1 y puntuales llegaron el IVA del cuarto trimestre, los seguros sociales del mes anterior y todos los recibos que se cargan a primero de mes, pero sin ingresar un euro. Eso sí, un cuarto trimestre lleno de restricciones y aunque esos impuestos son de la actividad ya disfrutada, llévenselo a sus casas. ¿Qué ocurre si en el mes corriente no te ingresan la nómina como les ha pasado a muchas personas? Pues lo mismo que a las pequeñas empresas, que los ahorros ya no se pueden estirar más. Quien los tenga.

La indignación de los comerciantes y empresarios no se cura con unas simples disculpas. Los afectados son empresarios que son parte de las plantillas de las empresas, que si quiebran lo pierden todo, empleados de esas empresas que están sufriendo las consecuencias de los errores de gestión de las autoridades con reducciones de salarios vía ERTE y con una sensación de indefensión que se suma al temor de enfermar.

¡Qué fácil es decir “te tienes que reinventar”, no queda otra! Cuando no te toca a ti, con qué alegría se habla de “el grifo de la economía”, cuando tu sueldo pagado por los impuestos de los ciudadanos no sufre ningún tipo de variación o está en peligro. ¡Qué desesperante es escuchar a tantos pequeños empresarios como oigo decir que no saben qué van a hacer para poder abrir o que se plantean de qué van a vivir porque el banco ya no puede ayudarlos más! En el otro extremo están nuestros alcaldes, que sacan toda su artillería, escasísima, tratando de aliviar en lo que tienen competencias que es casi nada. Ellos están en primera línea, sufriendo las críticas de los errores de otros e impotentes y desesperados.

¿Y esto, quién lo paga? Pues evidentemente lo pagamos las personas como tú y como yo… nosotros. Con más deuda, pidiendo ayuda a quien pueda prestárnosla, solicitando aplazamientos.... Porque hay algo con lo que las negligencias de los que nos gobiernan no pueden: la ilusión, las ganas de luchar, la motivación de salir adelante y con el coraje de las personas que han decidido que por mucho que las golpeen y las hagan culpables indirectos de una pandemia, no van a permitir mientras les queden fuerzas que otro destruya sus sueños.

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