Envejecer es doloroso, pero la mejor de las alternativas. Gracias a los avances de la medicina, higiene y alimentación, la esperanza de vida está aumentando, y en consecuencia una las pocas certezas que el futuro ofrece es la de que será más viejuno que nunca. Entre 2015 y 2050 el porcentaje de los habitantes del planeta mayores de 65 años pasará del 12 al 22%. El 2020 el número de personas de más de 60 años superó al de niños menores de cinco. El INE estima que, de mantenerse la tendencia demográfica actual, el porcentaje de población de 65 años o más, que actualmente representa el 20,1% de la población, llegará a suponer el 30% de la población en el año 2030 y el 30,4% en el 2050.

Todos estos datos tienen una incidencia directa en los usos y costumbres de nuestra sociedad. Veamos por ejemplo que está pasando con el consumo televisivo. En lo que llevamos de temporada, la edad media de los telespectadores de la televisión en abierto es de 58 años según Kantar Media. En 2013 fue de 47 años, es decir, en poco más de una década, el público de la televisión lineal ha envejecido 10 años. Alguien podría argumentar que se trata de un dato lógico porque también ha envejecido el total de la sociedad, y es cierto, pero mientras que en 2012 la edad media de los españoles era de 40,8 años, en 2022, la media fue de 45,1 años, por lo que la edad media de los españoles ha subido más de cuatro años en la última década, pero el crecimiento de la edad media de los telespectadores ha sido en el mismo tiempo muy superior. ¿Y esto que supone? Pues que si hace una década se ofrecían contenidos dirigidos a atraer al público más joven y consumista, mientras se consideraba a los mayores de 45 años target de escaso valor comercial; ahora las cadenas van como locas por conseguir llegar a la audiencia de más de 65 años ya que es la que más minutos de televisión consume cada día y la que menos se ha ido a las plataformas. En la temporada 2012-2013 la audiencia media de TVE tenía 55 años; Telecinco 53 y Antena 3 que era la más joven de 50. Hoy es de 61 en la cadena pública; de 59 en la de Mediaset y en la de Atresmedia de 62 años. Es decir, en la última década quien tenía el público más joven se ha convertido en la cadena más vista al haber sabido transformarse en la que tiene la audiencia de más edad. El futuro hoy pasa por fidelizar a los mayores , síntoma inequívoco de que el mundo está envejeciendo.