El Ayuntamiento de Algeciras comienza el nuevo año con una homérica tarea entre manos: volver a levantar un templo. El monumento dedicado al dios Apolo y que celebra los solsticios de verano e invierno ha sufrido un desafortunado accidente. A diferencia del contratiempo acaecido en el año 2006, el cual se relata más adelante, esta vez ha sido por causas naturales. O eso dicen.

Los temporales de lluvia y viento que se sucedieron a las puertas de la Navidad han derribado "El Templo al Sol", que así se llama, inaugurado en 1999 en la rotonda de la autovía a El Rinconcillo, en su intersección con la avenida de Bruselas, frente a la barriada de San José Artesano. El huracán ha dejado columnas, pilares y vigas desperdigados por el suelo de la circunferencia, como si de una endeble baraja de naipes de tratara.

Los restos del "Templo al Sol", frente al cementerio antiguo. Los restos del "Templo al Sol", frente al cementerio antiguo.

Los restos del "Templo al Sol", frente al cementerio antiguo. / Erasmo Fenoy

Dice su artífice, el escultor Evaristo Bellotti, que parece obra de la fatalidad. En 2006, apenas siete años después de su construcción, un profesor de matemáticas empotró su coche contra la rotonda, echando abajo toda la columnata de inspiración griega. Como si alguna fuerza maligna tratara de impedir a toda costa que Apolo tenga un templo al borde de la bahía.

En medio del caos, el alcalde, José Ignacio Landaluce, ya se ha puesto en contacto con la familia Bellotti para ofrecer su ayuda a la hora de reconstruir el monumento. "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré", reza el Evangelio según San Juan. Una tarea más que cumplir, como si no fueran pocas ya, en este año de elecciones municipales. Ningún Mesías tuvo que lidiar con tanto.

El Ayuntamiento debería, no obstante, barajar la posibilidad de dejarlo todo tal y como está. No son pocos los monolitos en honor a Apolo, dios de las artes y la belleza, que se mantienen semiderruidos en el entorno mediterráneo. El de Delfos, sin ir más lejos, y crear así una especie de Parnaso algecireño en el montículo del cementerio antiguo.

"Hay belleza en las ruinas", escribió Susan Sontag. Por estos lares, sabemos mucho de eso.

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