Cambio de sentido
Carmen Camacho
Zona de alcanfor
Alas puertas de un nuevo año y con las carpetas cargadas de casos, todavía sin resolver, esto parece un puzle. Pero me temo que cuando lleguen a encajar las piezas todo se vaya al garete. Hablamos de democracia y no queremos entender que la grandeza de la democracia está en gobernar desde la transparencia. Decimos que hay transparencia, pero todo es un túnel oscuro y lleno de gente que trata de aprovecharse y sacar la mejor tajada. Gente sin escrúpulos que hacen del poder su casa para mangonear.
Ojalá el próximo año nos traiga cordura y honradez, que el culpable lo pague y que el político dimita. Aprender a dimitir es un acto de conciencia limpia, que implica reconocer la culpa y dar paso a otros. Nadie es infalible, ni tan siquiera los políticos, que algunos se creen que son una casta superior de pueden hacer todo lo que se les antoje.
España necesita estructurar el gobierno, al menos eso opina la política Yolanda Díaz, pero ni caso por parte de este gobierno. Esta señora emite un juicio y luego se calla, para seguir con el puesto, que es importante tener un estatus y cobrar un dinero; y sus correligionarios dicen tres cuartos de lo mismo. Todos protestan y la casa sin barrer, porque está mejor dejar el polvo debajo de la alfombra y seguir adelante como si no ocurriera nada. Y por si fuera poco, se pasa a la ofensiva para tapar vergüenzas, que si bien son ajenas, también son compartidas.
La táctica del avestruz está a la orden del día. Pero qué pasa con la sociedad, la economía, el trabajo, la vivienda, la seguridad, el campo, la industria, todo el entramado que constituye un gobierno se ve afectado por la inoperancia de unos gobernantes que deciden no gobernar y dejar que las cosas vayan sucediendo hasta ver qué puede ocurrir. Los casos de corrupción se acumulan, pero por lo visto basta con mirar a otro lado y decir que el otro también tiene corrupción y que la justicia no está acertada en sus decisiones. Unas decisiones que son acatadas, pero censuradas. Vaya, que lo nunca visto se está viendo. A ver si cambia el rumbo y vuelve la coherencia. España se merece ser gobernada desde la sensatez y el respeto a las instituciones. No vale gobernar como si se estuviera en la oposición de forma continua. A veces, y llegado el momento es mejor darle la voz al pueblo y bajarse del pódium.
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