Por un acuerdo sobre Gibraltar

Sería deseable que el acuerdo se cerrara lo antes posible y fuera aprobado por un Gobierno estable en España

Las elecciones generales celebradas el pasado domingo en España tienen muchas lecturas y han dejado bastantes mensajes, algunos muy claros y otros más difusos desde el electorado. Se abre ahora una etapa de negociación cargada de incertidumbres, pero tal vez se ha contribuido a generar estabilidad institucional en nuestro país en cuanto que pocos podrán negar que, en general, se ha aprobado la política del Gobierno de coalición y la necesidad de pactos y dialogo hacia el avance de políticas sociales y de un desarrollo más justo, equitativo y sostenible de nuestro país. La alternativa de vuelta a la España gris en blanco y negro que tanto aireaban y aplaudían ciertos sectores mediáticos está muy lejos de ser la opción preferida por los españoles. Con todo, la aritmética parlamentaria está cargada de dinamita y no debe darse nunca nada por supuesto.

Es muy difícil prever si en los próximos meses se habrán podido cerrar los acuerdos que permitan un nuevo Gobierno con una mayoría plural que garantice estabilidad. En consecuencia, durante algún tiempo el Gobierno habrá de realizar en funciones cuestiones claves de nuestra política exterior. No obstante, lo cierto es que el Gobierno ha recibido un fuerte aval para continuar en funciones una de las responsabilidades más importantes que le han correspondido en los últimos tiempos, la presidencia del Consejo de la Unión Europea. Sin embargo, en mi opinión, cerrar un acuerdo sobre Gibraltar es un tema de tal importancia que requiere un Gobierno en plena facultad de sus competencias y no en funciones. Como he tenido oportunidad de escribir anteriormente la crisis de la salida del Reino Unido de la UE y, en consecuencia, del territorio de Gibraltar, ha posibilitado una ventana de oportunidad única para buscar un nuevo marco de relaciones transfronterizas entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar. Se trata de un momento tal vez histórico que podría permitir cambios sustanciales de gran alcance que modernicen nuestras relaciones para el beneficio mutuo entre las dos comunidades separadas por la Verja/frontera y una larga historia de desencuentros y errores por ambas partes. La Comisión y el Reino Unido llevan mucho tiempo negociando un posible acuerdo sobre las bases y principios del Acuerdo de Nochevieja. Es cierto que quedan flecos, pero sería deseable que ese acuerdo se cerrara lo antes posible y fuera aprobado por un Gobierno estable en España, cualquiera que sea la opción ideológica sobre la que se encuentren sus apoyos. La necesidad de una reordenación de nuestras relaciones con Gibraltar sobre unas bases más justas y equitativas, adaptadas a la realidad y a las nuevas circunstancias internacionales debe ser una razón de Estado, compartida por la derecha y la izquierda.

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