La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

A Rodríguez le viene grande

La polémica de la número dos de Igualdad es un síntoma de prejuicio ideológico, inmadurez y frivolidad para la política

Finalmente se ha disculpado la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, por sus expresiones irónicas en una tertulia feminista sobre los violadores que están saliendo en libertad por la aplicación de la Ley de Garantía de la Libertad Sexual elaborada por su Ministerio y aprobada por el Congreso de los Diputados. Polémica zanjada, pues, por más que a su disculpa se le nota demasiado la insinceridad de haber tardado tanto y de responder a las presiones del Gobierno y del PSOE.

Pero el incidente es grave por lo que tiene de síntoma. De síntoma de inmadurez, frivolidad y prejuicio ideológico. Nadie en ninguna circunstancia debería banalizar, ni en broma ni en serio, ni desde la ironía ni desde la solemnidad, con la violencia machista, que es una de las lacras más espantosas de nuestra sociedad y una fuente terrible de sufrimiento humano. Y menos que nadie la número dos del Ministerio que trabaja para combatirla. Con todo esfuerzo, pasión y dedicación, aunque con suerte desigual debido a la complejidad del problema. Ningún chiste es aceptable.

Lo que pasa es que el esfuerzo, la pasión y la dedicación de las altos cargos de este departamento no les da, al parecer, para promover políticas de igualdad correctas, inclusivas y efectivas. Básicamente están lastradas por una concepción especialmente ideologizada del feminismo, rehén de la polarización y el pensamiento binario. En la misma mesa redonda de la que hablamos se dijeron cosas como "todos los hombres son machistas" y "el sacramento del matrimonio institucionaliza la violación", de ésas que a uno le hacen exclamar "¡Cómo están las cabezas!".

En ese ambiente se desenvuelve el trabajo de buena parte de la cúpula de Igualdad, que aparenta pasárselo muy bien incluso cuando mete la pata -nunca rectifica-, se reconforta en la conciencia de estar sirviendo a una causa noble y justa y disfruta jugando con la idea de que los que le ponen pegas a su salvífica labor sólo pueden ser los fascistas y derechistas enemigos de los avances de la mujer. En este ambiente se mueve como pez en el agua Ángela Rodríguez Pam, secretaria de Estado de Igualdad, licenciada en Filosofía y con un máster de Creatividad en Arte Contemporáneo. ¡Qué arte! Tiene 33 años y nunca ha trabajado en nada que no sea la militancia política y los cargos públicos. Eso lastra a cualquiera para conocer la vida real de las mujeres y los hombres. Malo para cualquier político.

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