Landaluce se sucederá a sí mismo

Landaluce se basta a sí mismo. Llega el período de las barriadas, la asignatura pendiente

Yo creo, francamente, que el equipo de José Ignacio Landaluce, tanto él y sobre todo él, pero sin dejarse atrás a una buena parte de los que han estado junto a él en los tres últimos períodos de Gobierno municipal, ha hecho un buen trabajo. Fue en las elecciones de 2007 cuando nuestro alcalde se erigió en primer actor. Estaba en el momento oportuno y en el lugar oportuno. Pues, mire usted por donde, este momento de ahora es todavía mejor que aquel. En el de antaño, el PSOE soportaba las presiones del vigoroso clan de Alcalá y mi estimado condiscípulo, Rafael España, cuya vocación política y filiación ideológica nos habían pasado desapercibidas a sus compis del Instituto, no era partidario de dejar hacer a mi admirado Tomás Herrera. Rafael había aparecido como hombre bueno en un partido que había perdido el norte y el sur, descompuesto a raíz de la espectacular irrupción del andalucismo político y de Antonio Patricio González, que a punto estuvo de ser un alcalde legendario.

El caso es que, cuatro años después, Landaluce apareció como el guerrero del antifaz en la mejor de sus aventuras contra los infieles. En las elecciones de 2011, el PP obtuvo casi el 52% de los votos emitidos. Ni el PSOE de los tiempos gloriosos había llegado tan lejos. Estamos ahora ante una más que probable mayoría absoluta, una vez que en el PSOE han decidido cuartearse. Vox está más por las generales. En las locales, a Landaluce le basta con sí mismo. Llega el período de las barriadas, la asignatura pendiente. Hay que poner en condiciones la franja urbana que va desde El Cobre hasta El Saladillo y Pescadores, mirar con buenos ojos a la Villa Vieja, a la Juliana, a Pajarete y a la Bajadilla y extender el horizonte de actuaciones hasta la Junquera y el Rinconcillo. Ya no falta mucho para que aquel joven médico que prefirió el bastón a la bata sea abuelo, tal vez entonces piense en el retiro. Con lo bien que ha dejado el parque, en una ejecutoria llena de misterio, no le faltará banco en que sentarse, aunque sea sin Forrest Gump. Porque visto lo visto, al alcalde Landaluce sólo le retirará el cansancio. La escena política en Algeciras, augura goleada. Aún así, no es tanto eso lo importante como la contemplación de un equipo en el que no son pocos los que pueden continuar en vanguardia. Personas valiosas han ido desapareciendo por diversas circunstancias, pero la cantera da de sí lo suficiente para mantenerse en candelero.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios