La música que nace del alma de un pueblo
Bandera y El Amir estrenan 'Canción andaluza', la obra póstuma de Paco de Lucía, en un parque María Cristina que se emociona también con el cante de Arcángel
Con la publicación de Tablao, un directo grabado en 2015, el onubense Arcángel se confirmó como un cantaor de éxito. Sobre todo porque muestra el dominio de diferentes estilos con soltura y personalidad. Ahí, creemos, radica su éxito. Su particular forma de decir el cante, su originalidad, huye de excentricidades y ofrece un discurso limpio y fresco que gusta a la mayoría al alejarse, dicho sea de paso, del universo salvaje propio de otras escuelas. No se valora cuál es mejor, pero sí es cierto que el público agradece sus modos expresivos y el que escribe estas líneas disfruta de cada tercio.
Ayer en Algeciras realizó un recital de corte clásico con el acompañamiento extraordinario de Dani de Morón. Su guitarra es el mejor timón para dejarse guiar. El compás estuvo representado por dos de sus paisanos, Los Mellis. Un grupo acostumbrado a trabajar junto que sabe compenetrarse a la perfección. Inició por malagueñas al estilo del Mellizo, más abandolaos. En los tangos sacó lo mejor de sí, se rebuscó en los tarantos, profundizó con acierto en la seguiriya de Tomás Pavón. Corroboramos la grandeza de Dani de Morón, animando al público por alegrías y alargándose rematando por fandangos "de mi tierra".
En la historia del flamenco podríamos enumerar a determinados artistas que se han acercado a la copla en etapas de su trayectoria asimilando, así, la influencia de una música que nace del pueblo, quizás en términos más amplios que la cultura jonda. Al fin y al cabo, tanto un género como el otro, se convierte en herencia musical a través de la tradición oral. Por ello numerosos artistas flamencos han tenido tendencia a interpretar creaciones de los grandes letristas copleros creando un sub-estilo conocido popularmente como el cuplé. Como ejemplos, Bernarda de Utrera o La Paquera de Jerez. El propio Paco de Lucía bebió de la fuente musical de sus ancestros en torno a este lenguaje folclórico de la baja Andalucía.
No pudo ver estrenada su última obra musical, Canción andaluza, que vio la luz tras su inesperado adiós. Ahora, que la intención es seguir dando vida al legado de Paco, su sobrino José María Bandera ensalzó esta creación poniéndola en el escenario junto al músico hispano-alemán Amir John Haddad El-Amir, consiguiendo remover las sensaciones de genialidad que desprendía su tío. Ambos comenzaron en solitario. El nivel técnico de Bandera es indudable pero en él es preciso valorar su exclusiva visión sobre el arte de la guitarra de concierto al haber compartido ratos impagables, además de genes, con el hijo de la portuguesa. De ahí que la emoción vivida en la noche de ayer en el Parque María Cristina fuese especial. Desde la valorada madurez, el trabajo recoge temas tan clásicos como María de la O y Ojos verdes. El público entendió perfectamente la comunicación entre los músicos de escena. Josemi Garzón mostró precisión con el contrabajo, Israel Katumba acompañó a compás de percusión las mágicas notas de Bandera y El-Amir.
Pudieron componer la banda sonora de muchas vidas al interpretar temas de León y Quiroga, Romance de Valentía o La Chiquitita Piconera. Recordamos a Manolo Caracol cuando introducen la Zambra Gitana o los aires más flamencos en unas bulerías. Un estreno mundial que Algeciras vio nacer con especial entusiasmo. Después, Arcángel volvió a sorprender con su presencia acompañando a Bandera, a El-Ami y al resto del grupo en la interpretación coral de Te he de querer mientras viva y Señorita en un momento que ya guardamos como majestuoso.
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