Tobalina recibe un tributo poético
Alejandro recuerda con templanza y emoción a su padre José Luis, homenajeado
El colaborador de 'Europa Sur' Nicolás Barroso dedica el reconocimiento a los periodistas
La poesía se coló ayer, en vísperas de la celebración de un nuevo año, entre el ambiente navideño. El homenaje al desaparecido periodista de Europa Sur José Luis Tobalina, organizado por el Ateneo José Román de Algeciras y su familia, volvió a reunir en torno a su recuerdo a numerosos amigos en una tarde en la que se hizo entrega del premio que lleva el nombre del añorado compañero de esta casa. El galardón, que recogió Nicolás Barroso, reconocía así también al colaborador de este diario por el artículo de opinión La habitación del hijo, publicado el 7 de octubre de 2016, en su columna semanal Cajón de sastre.
El VII Premio José Luis Tobalina de Artículos Periodísticos se convierte cada año en un gran homenaje a la vida y obra del que fuera redactor jefe de este periódico. De nuevo no faltó a la cita Alejandro Tobalina, que junto a su tía Paola, hermana del homenajeado, representó a la familia en una mesa compuesta por el presidente del Ateneo, Juan Emilio Ríos Vera; el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce; la concejal Juana Cid; y el premiado Nicolás Barroso.
Emotivas sin duda fueron las palabras del hijo, que cargado de madurez recordó a su padre con templanza y rememorando recuerdos de niño. Esta edición era la más especial para él, ya que "hablo como periodista", una vez alcanzado el título que le acredita. Indagó el joven Tobalina en su memoria para explorar momentos con su padre, esas mañanas y tardes en la redacción, ese olor a periódico a primera hora del día. Otro gran regalo le dieron los compañeros de Radio Algeciras al recuperar un archivo sonoro en su programa matinal con la voz del padre, lo que le invitó a la reflexión sobre la capacidad periodística de José Luis.
Tobalina tuvo palabras para Barroso y para su artículo, que versa sobre la pérdida de un hijo: "No sé lo que es perder a un hijo, pero sí sé lo que es perder a un padre", recordaba. Leyó un poema que José Luis le dedicó en un acto público cuando tenía 7 u 8 años y que entonces le abrumó. Su padre le preguntó qué le parecía y él respondió que no le había gustado. "Hoy leerlo me llena de orgullo", sostuvo el joven. La hermana Paola, en su intervención, extendió los agradecimientos de su familia tanto al alcalde como a Barroso y a Ríos Vera, recitando De las ausencias.
El acto lo cerró el premiado, que antes de recoger el distintivo que simboliza la libertad de expresión, leyó un soneto en memoria de Tobalina de su propia autoría. "Créanme si les digo, que nunca en mi vida pensé que obtendría un premio literario". Barroso se mostró muy agradecido por el reconocimiento recibido considerándose amateur en esto de escribir. Dedicó sus primeras palabras a la familia y al Ateneo José Román, por homenajear con este premio la memoria del periodista.
El gaditano dedicó el premio a los periodistas del Campo de Gibraltar, pero especialmente apuntó a Europa Sur: "A fin de cuentas, dispongo de una semana para escribir una columna y ellos solamente horas, para escribir un periódico entero. Su vocación de hacer la luz en las zonas oscuras de nuestra sociedad resulta indispensable". Quiso tener también un cariñoso recuerdo para sus compañeros del que definió como "patio de columnas".
Barroso tuvo palabras de afecto hacia el Ateneo, haciendo alusión a la "connotación sentimental" que para él tiene ese nombre, ya que nació en una habitación justo encima del Ateneo gaditano. "Ello marcó mi amor por la lectura", recordando además sus orígenes humildes: "Fui un niño y un adolescente frecuentador de las bibliotecas públicas".
El galardonado hizo una reflexión sobre los tiempos que corren y los cambios. Con este panorama, para un seguidor de la filosofía de Ortega y Gasset, "dedicarse a escribir una columna en prensa parece una osadía", confesó. Si bien Barroso tuvo palabras de agradecimiento por ello hacia el ex director de este diario, Alberto Grimaldi. "En un viaje en AVE, viniendo de Madrid una semana antes de mi jubilación, me pidió -Grimaldi- que escribiera para el periódico en una colaboración totalmente altruista. Como una de mis incapacidades genéticas es el no saber decir que no, aquí me veo ante ustedes".
Aprovechó el protagonismo para mostrar la trastienda de sus artículos. "Verán ustedes, no me creo que sea experto en nada, ni que mi opinión lidere absolutamente ningún debate". Explicó Barroso que ante el bombardeo de información actual sólo pretende que "ustedes y yo nos distanciamos de la rabiosa actualidad para enterarnos que hay detrás de la noticia y por qué se produce". Tituló su columna Cajón de sastre para que cupieran dentro de ella la crónica de viajes, las estampas costumbristas, la crítica social y los retratos de personas que tienen un gran valor para la comunidad y pasan desapercibidas. "El paisaje de fondo es esta bendita tierra, tan llena de parajes naturales incomparables como de buenas personas."
No se olvidó de confesar un secreto y es que sus artículos tienen "censura previa", refiriéndose a su mujer: "Villaescusa es tan excelente pediatra como cruel censora. Ella lee mis artículos antes de su publicación y otorga dos veredictos". Finalmente, reconoció que lo que más le gusta es cuando sus conocidos y amigos le paran por la calle y le dicen: "Eso que usted ha escrito ya lo había pensado yo y no sabía cómo decirlo". En ese momento, apuntó Barroso, "pienso que estoy haciendo lo más noble que puede hacer un columnista de opinión. Darle voz a los sin voz".
El alcalde, que presidió el acto, recordó de forma cariñosa a Tobalina, con el que compartió Granada, ciudad en la que ambos estudiaron y compartieron vivencias ya por aquel entonces. "Siempre tuvo aspecto de gran artista", apuntaba Landaluce. Hizo además una breve semblanza sobre Barroso, recordando que es ingeniero de profesión, además de un amante de la música y la literatura. Destacó su gestión como director de Comunicación de Cepsa y le agradeció que con sus artículos se ponga en la piel del lector.
Ríos Vera, que ejerció de presentador del acto, recordó la filosofía del premio y destacó que lo "más gratificante" es que no es un reconocimiento sólo del Ateneo, sino de su familia. En la tarde de ayer también estuvieron presentes Rafael Fenoy y Eduardo Sáenz de Varona, invitados a participar para leer sus artículos finalistas en el concurso, recordando igualmente en sus palabras al homenajeado.
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