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San Roque expresa con flamenco su recuerdo al ilustre Agustín Delgado

Las tablas del teatro Juan Luis Galiardo se llenan de artistas que muestran su arte y devoción a través del cante, toque y baile

Imagen del homenaje a Delgado, anoche en el teatro Galiardo.
Redacción San Roque

15 de noviembre 2015 - 05:00

El teatro Juan Luis Galiardo se engalanó anoche de flamenco, expresando a través del cante y el baile la rabia contenida por los tiempos convulsos que se están viviendo, pero con un solo nombre en el corazón: Agustín Delgado. El público arropó al grupo de artistas que anoche abrazaron el recuerdo del flamencólogo, recientemente fallecido.

La comunidad flamenca campogibraltareña le rindió un homenaje con un espectáculo solidario, cuya recaudación fue destinada íntegramente a las campañas de Navidad de Cáritas y del Programa de Garantía Alimentaria que gestiona Protección Civil.

Entre los artistas que se subieron anoche a las tablas del teatro sanroqueño, según estaba previsto, acompañaron al cante Juan Delgado -hermano del fallecido-, Antonio Aparecida, Ana Fargas, Perico Cortés y Manuel Peralta. Al toque, Antonio 'el Kuko', Juan 'el Porrúo', Juan Martín y Paco Javier Jimeno. Al baile se contó con la actuación especial del linense David Morales, así como con la bailaora sanroqueña Carmen Moncada. También estuvo representada la canción española, con las voces de Yolanda Figueroa y Miguel Gerena. La presentación corrió a cargo del profesional Salvador Serrano.

Se vivió en el Galiardo el tercer homenaje que la tierra le brinda a Agustín Delgado Gálvez, que nació en Puente Mayorga en 1948 y falleció el pasado 1 de junio. Fue un ciudadano popular y vinculado estrechamente a la cultura sanroqueña desde hace muchos años. Aunque llevó el flamenco en la sangre desde que nació, su vocación se fortalecería a raíz del servicio militar que compartió, en 1968, con los cantaores sanroqueños Juan Flores y Alejandro Segovia Canela de San Roque.

Con ellos inició su andadura flamenca, actuando en fiestas particulares organizadas en la Costa del Sol, Almoraima y la urbanización sanroqueña de Sotogrande. El "veneno" del arte andaluz más antiguo le llevó a conocer los tablaos madrileños de renombre: Los Canasteros, Las Brujas, Pepe Moreno o La Pagoda Gitana. Allí conoció a los grandes del cante y aprendió profundamente cada palo y su historia.

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