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La lluvia se cuela en las vacaciones de Navidad

Ortega Cano, Ponce y Morenito pasean una oreja en el festival benéfico de Córdoba

La lluvia desluce el festejo en el que se lidia una novillada de Torrestrella de juego desigual

El matador de toros Enrique Ponce toreando con la mano derecha al novillo de Torrestrella.
Fidel Arroyo / Córdoba

30 de marzo 2009 - 05:00

La lluvia deslució ayer en gran parte el festival celebrado en la plaza de toros de Córdoba a beneficio de la Asociación Contra el Cáncer, en la que la mejor noticia fue la buena acogida por parte del público, que casi llenó la plaza, y la entrega de los toreros para sacar adelante el festejo a pesar del mal estado del ruedo.

Con todo ello, hubo momento de interés y el resultado artístico podría haber sido más abultado de haber estado más acertados los diestros con la espada. Lo más importante del festejo ha sido lo realizado por Morenito de Aranda con su novillo de Torrestrella, al que toreó con mucho gusto tanto con el capote como con la muleta. Sin embargo, no lo rubricó con los aceros.

También una oreja paseó Ortega Cano, templado con un buen animal de Torrestrella. Enrique Ponce estuvo técnico, seguro y poderoso con un novillo complicado mientras que el cordobés Reyes Mendoza perdió los dos trofeos tras una faena de arrojo y entrega, en la que puso toda la carne en el asador y buscó siempre conectar con los tendidos.

Por su parte, Julio Benítez lo intentó con su Torrestrella, llegando más a los tendidos con el 'salto de la rana' que con los muletazos mientras que el novillero Israel de Córdoba se gustó toreando por ambos pitones. La espada, esta vez, le jugó una mala pasada. El peor novillo fue a parar a manos de El Cid, que apenas tuvo opciones y se la jugó en todo momento.

Se lidió una novillada de Torrestrella, justos de trapío y manejables en conjunto. Ortega Cano, oreja. Enrique Ponce, oreja con petición de la segunda. El Cid, silencio. Reyes Mendoza, que sustituía a Espartaco, ovación con saludos tras aviso. Morenito de Aranda, oreja. El Cordobés hijo, ovación con saludos. El novillero Israel de Córdoba, ovación tras aviso.La plaza casi se llenó en una tarde en la que estuvo lloviendo durante todo el festejo.

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