'Jondura' a la altura de Paco
Encuentro internacional Paco de Lucía
Grandes del flamenco protagonizan cuatro horas en las que se viven momentos de gran nivel artístico. 'Duquende' y 'El Farru' producen un momento emotivo en honor al maestro
La Crítica
Paco, los flamencos te cantan. Cante: Manuel Moneo, Duquende, Antonio Reyes, Vicente Soto, La Macanita, Luis de Mateo, Sandra Rincón, Gema la Cantarota, Ana de los Reyes y Tamara de Tañé. Baile: El Farru. Guitarra: Diego del Morao, Manuel Valencia, Miguel Salado y José Andrés Cortés. Palmas: Javier Peña, Manuel Soto 'Manunu' y El Macano. Lugar: Parque María Cristina. Fecha: Sábado, 23 de julio. Aforo: Lleno.
La obra de Paco es tan amplia que sería injusto catalogarlo dentro de sólo un estilo musical. El de Algeciras ha dejado mucho dicho y hecho en el jazz, en la fusión, en estilos creados por él mismo… pero sobre todo, revolucionó el flamenco. Eso sí, nunca debemos olvidar sus valores y el respeto tan profundo que sentía al acompañar al cante grande. Es por ello que no podía faltar, dentro de esta tercera edición de la muestra dedicada su figura, la presencia del flamenco en su expresión más ancestral y clásica.
El parque María Cristina vio vibrar a un público numeroso con un festival flamenco tradicional y de bastante sabor en el que se reúne el aficionado que sabe escuchar y discernir entre lo bueno y lo que no lo es tanto. Pero anoche, hasta Algeciras, se acercaron los duendes. Esos momentos en los que se da la prefecta armonía entre artista y público, ese justo instante en el que no hay más que un mensaje subliminal e hiriente que hace sentir la grandeza de esta cultura musical.
El primero en salir fue Antonio Reyes, Giraldillo al Cante de la Bienal de Sevilla que ha grabado un disco en directo en el Círculo Flamenco de Madrid junto a Diego del Morao y que lo está situando en lo más alto del panorama flamenco. Éste, que hacía doblete en la noche y por eso tenía cierta prisa, destaca tanto en estilos libres como en los de compás. En la soleá dice mucho, y en los tangos te introduce en las entrañas de lo jondo. Su repertorio es largo y dulce. Se recoge por fandangos y bulerías. Diego del Morao, de bien para arriba. Seguidamente sale un grupo de mujeres de Jerez, que cantan por bulerías de una tierra que siempre ha mantenido una estrecha relación con Algeciras. No olvidemos que Paco de Lucía iba con Camarón al barrio de San Miguel, para ver a "la hermana guapa de Parrilla". El compás y el soniquete llegaron con las voces de Gema la Cantarota, Tamara de Tañé, Ana de los Reyes y Sandra Rincón. En ellas comprobamos la evolución de este estilo tan jerezano que va desde las bulerías cortas hasta el cuplé o la canción aflamencada.
El patriarca del cante jerezano, Manuel Moneo, nos trajo toda la esencia exprimida de lo que resulta esta música. La expresión del Bronce de la Plazuela resulta inquietante por su verdad, por su transmisión, por lo que vale su presencia. Cierto es, como dejó claro, que acaba de salir de un problema de salud, pero aún así no quiso perderse esta histórica cita. Sus seguiriyas y soleares no dejaron indiferente a un público que respiraba pureza y que disfrutó del manantial de su hijo Barullo, que también subió al escenario. Por bulerías, dio una clase magistral de conocimiento enciclopédico. Único. Miguel Salado puso la guitarra, de manera grandiosa, clásica y en su sitio, a una actuación antológica de una institución en la cultura flamenca, de uno de los más grandes que nos quedan en el cante y que, por suerte, visitó la tierra del genio algecireño para recuerdo de todos.
De la campana sonora de Moneo llegamos hasta el mágico timbre de Tomasa Guerrero La Macanita, sin duda, una de las mejores cantaoras de la actualidad, de las más completas y de las de mejor trayectoria. Su eco por soleá, con la impresionante ejecución de la guitarra de Manuel Valencia, remueve toda la historia trayendo el pasado al presente y acordándose siempre de los estilos de Utrera y Jerez. Defiende a ultranza los cantes de su barrio de Santiago, en los que el compás forma parte de lo más fundamental. De sus soníos negros brotaron ilusiones cuando deleitó al asistente por bulerías. Y domina los tientos tangos, la malagueña, la seguiriya… todo lo que le echen, porque para eso es una cantaora de nativitate. A todo esto, las palmas de Macano, Javier Peña y Manuel Soto 'Manunu', impulsaron el ritmo de la noche de forma sensacional. Sin ellos nada sería igual, eso está claro.
El más joven de la terna cantaora fue Luis de Mateo, algecireño que escala puestos de gloria en el difícil escalafón actual. Con la guitarra de Diego del Morao, se dejó el alma exponiendo todo su arsenal de estilos y formas. Expresivo y con un fuerte potencial, fue muy aplaudido y gustó bastante. Aprovechó la oportunidad de oro que tenía para corroborar que nos encontramos ante una de las figuras con más futuro del cante del Campo de Gibraltar. ¡Hay cante para rato!
Casi llegando al final nos encontramos con Vicente Soto, el heredero de la casa Sordera, también con el estilo nativo de Santiago. Su eco limpio y claro nos dejó pasear por los aromas de los estilos jerezanos. Pero él va mucho más allá. Versiona a grandes clásicos de la literatura, explora distintos estilos de alegrías, seguiriyas o soleá. Por bulerías tiene compás y personalidad. En el escenario es un maestro de la profesionalidad y la conciencia. Erudito de lo jondo, estuvo acompañado perfectamente por Manuel Valencia.
Para poner el colofón salieron unidos Duquende y El Farru. Dos testigos de las mejores noches de Paco de Lucía. La fuerza sonora del cantaor catalán nos tradujo el idioma del maestro con sus potentes dotes cantaores. No en vano, Duquende fue cantaor en los espectáculos de Paco durante más de una década y según dijo el maestro, es "un monstruo que posee la magia del cante, inspiración y técnica".
Y quien mejor para representar el baile en la noche que El Farru, bailaor que acompañó al hijo de la portuguesa en su última gira mundial. Precisión en los pies, buenas hechuras, fuerza y coraje, mirada al cielo, historia viva de una saga y, sobre todo, emoción, fuego y viveza.
Ambos produjeron un momento para el recuerdo, junto a la guitarra extraordinaria de José Andrés Cortés y la percusión del siempre admirado Piraña.
El público no parecía haberse saciado de flamenco, incluso algunos recordaron aquellas míticas noches de Fista de la Bulería algecireñas en las que participaban otros grandes como Luis de la Pica, Juan Moneo 'El Torta' o la gran Paquera de Jerez.
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