Jaime Urrutia, artista 'Al natural'

De bailar y de divertirse se trataba. El interés lo puso el rock, el entusiasmo el público y el talento, como no, el mismísimo Jaime Urrutia en persona, o mejor entendido Al natural, como se llama la gira en acústico que en la madrugada del sábado al domingo le trajo hasta la sala Gramola de Algeciras. No venía solo, detrás del micrófono y su guitarra eléctrica estaba él, pero la compañía era perfecta a ambos lados.

A su izquierda un genial Juan Carlos Sotos, que de riguroso negro no dejaba de imponer el ritmo con ese vaivén de rodillas arropando a su guitarra acústica. Y en la parte derecha del escenario, por posicionarlo ya que no dejaba de merodear por cada espacio del escenario, Esteban Hirschfeld, encargado de la dirección musical y los teclados, y como prueba ese cinturón que dibujaban las perfectas teclas de un piano, y contra los focos unas gafas de sol.

Sobre las doce y cuarto de la noche dio comienzo el espectáculo que tenía preparado con gran mimo el cantante madrileño, que en los años 80 cosechó un gran éxito de la mano de Gabinete Caligari. Ya lo dijo en días pasados a este diario, sus seguidores son coetáneos de la mítica banda de rock, y así se dejó constar en la Gramola. Los maravillosos ochenta desafiaron al tiempo retomando por una noche el espíritu musical y el sentido de un estilo puro.

La mayor parte del público disfrutaba de cada melodía de Urrutia como lo harían hoy las adolescentes al escuchar a su ídolo. Aunque hay que ser realistas, sin tantos gritos pero con una ilusión intacta . Apoyados sobre el escenario miraban expectantes cada movimiento del cantante, que se asomaba a cada canción bajo una tormenta de flashes.

Clásicos como Castillosen el aire hicieron que el público rozara más si cabe el cielo, ya que Urrutia disfrutó de la entrega de la gente, que alcanzó una gran entrada que colmó sin duda las expectativas. Entre bailes y saltos fueron cayendo una a una las canciones, "siete rosas" pedía alguien. Al poco el propio Urrutia dijo: "cuatro, cinco o seis rosas", y es que él sabe que hay temas que marcan y Cuatro rosas es uno de ellos.

Con el final de cada canción venía ese contacto directo con los seguidores que hizo que la velada fuera más cercana y divertida. Vestido cómodo, con vaqueros y camisa, y ese sello auténtico con su cabello ondulado, Urrutia en sí mismo se dejó ver. Suite nupcial fue otro de los temazos, o mejor dicho momentazos de la noche. El madrileño ya lo advertía: "la canción está dedicada a la gente que comete ese gran error". Cuando empezó a sonar Qué barbaridad la parálisis musical ante la generosidad artística del trío liderado por Urrutia dio paso a una gran fiesta: "que borrachera, que grande es el mar, que no me quieras, que barbaridad".

Hizo un repaso por los grandes éxitos de Gabinete Caligari, e incluso se atrevió a rescatar el primer tema que grabó con ellos, el llamado Golpes. Sin duda fue una gran noche para todos aquellos románticos de los ochenta. No se quedó sin que corearan su nombre, y le pidieron algún que otro tema más. Urrutia, auténtico, salió con el cuello de la camisa levantado, dispuesto a revolucionar hasta el punto y final.

En mayo la Gramola volverá a programar grandes noches musicales en Algeciras, desde la cita con Iván Ferreiro el próximo 25 de mayo, hasta la llegada de Siniestro Total, el sábado 26.