Sin gaseros, sin esperanza y sin puente Carranza

La confirmación por parte de las propias navieras de que los cuatro gaseros reclamados por Gas Natural y Repsol se construirán en Asia y no en las factorías de Navantia provocó la desesperación en la plantilla del astilleros de Puerto Real, que ayer se lanzó una vez más a la calle para cortar el puente Carranza. La protesta se prolongó por espacio de apenas una hora y media pero las consecuencias para el resto de la sociedad gaditana duró bastante más. Los daños ocasionados en el puente dejaron inservible el carril reversible y provocaron que el corte en el carril de acceso a Cádiz se prolongara hasta la noche, viéndose obligados los conductores a dar la vuelta a la Bahía por San Fernando y originando retenciones de varios kilómetros en la A-4 por el nudo de Tres Caminos. La Subdelegación del Gobierno en Cádiz explicaba ayer que la Jefatura Provincial de Tráfico estaba intentando reparar el carril reversible, pero no había garantías de que pudiera volver a estar en uso para el día de hoy.

El corte -y los posteriores daños- en el puente Carranza tuvieron lugar después de que la plantilla del astillero de Puerto Real celebrara una asamblea en una de las márgenes de la carretera N-443 para analizar lo sucedido en los últimos días en torno a los gaseros que tantos meses venían prometiendo la dirección de Navantia y los dirigentes del Gobierno y del PP de Cádiz. "La compañía nos sigue mandando un mensaje de tranquilidad, nos dice que las negociaciones para conseguir los gaseros continúan y que todo esto no es más que una estrategia empresarial. Y aunque es verdad que tenemos que mantener un hilo de esperanza, lo cierto es que ni nos hemos fiado, ni nos fiamos de la gestión del Gobierno con los gaseros y creemos necesario iniciar una escalada de movilizaciones para que este Gobierno se entere de una vez de que sin los astilleros y sin carga de trabajo, Cádiz se muere", reflexionaba durante la asamblea Ramón Linares, presidente del comité de empresa de Navantia-PuertoReal.

Una de las novedades de la protesta de ayer estuvo en que durante la manifestación previa por el interior de la factoría la plantilla de Navantia convenció a los trabajadores de las empresas auxiliares que están reparando un buque para que se sumaran a la protesta. Linares justificaría después esta medida "porque la situación es de tal gravedad que era necesario que la actividad dentro del astillero se paralizara por completo", dijo.

La plantilla de Puerto Real dará una semana de plazo al Gobierno y a Navantia para que aclaren la realidad de los gaseros "y si siguen con la misma actitud, nosotros seguiremos con la misma", sentenció Ramón Linares.