Flamenco

Rycardo Moreno, el guitarrista sin límites

El guitarrista Rycardo Moreno.

El guitarrista Rycardo Moreno. / Nene Moreno

Quienes hayan escuchado a Rycardo Moreno (Lebrija, 1981) saben que hablamos de un guitarrista flamenco, pero también de algo más. Un músico inquieto y pasional, que transita con pasmosa naturalidad por los terrenos del blues, la world music o los ritmos latinos, derrumbando esas divisiones entre géneros a la que nunca atienden los más grandes: "Me gustaría ser como la brisa, que viaja errante y refresca por donde va".

Compositor, arreglista y productor, al igual que sus icónicos sombreros, Moreno lleva siempre encima el soniquetazo lebrijano, que se deja sentir en una guitarra de profunda flamencura, pero repleta de matices asociados a otros estilos. Como si un jazzman se colara en una juerga por bulerías. Una versatilidad con la que trasciende el público jondo, y que lo ha llevado a colaborar con músicos tan dispares como Concha Buika, Jorge Pardo, Raimundo Amador o Yamandu Costa. Toda su singularidad musical se desarrolla ahora en Concierto nº1 (Satélite K, 2024), su cuarto álbum de estudio y quizás el más ambicioso hasta la fecha, en el que ha compuesto un concierto estructurado en tres movimientos "tal y como lo definió Vivaldi, con una orquesta en torno a un instrumento solista, mi guitarra, que es mi pájaro y mi raíz".

Aprovechando la fecha de su cumpleaños, el artista presentó el pasado jueves un adelanto de su nuevo trabajo en la Casa del Flamenco de Lebrija, en un acto en el que estuvo arropado por el concejal de Cultura de la localidad, Pepe Martínez, medios de comunicación, familiares y aficionados. "Ya tocaba hacerlo en mi tierra", bromeaba Moreno, al recordar que sus tres discos anteriores los presentó en Nueva York, Barcelona y Madrid respectivamente, lo que da buena cuenta del perfil internacional del lebrijano. Una ciudad, Nueva York, en la que Moreno desarrolló una importante etapa de su carrera, actuando con su cuarteto de flamenco jazz durante años, y a la que precisamente volverá en marzo dentro de la programación del Flamenco Festival, en un concierto en el que se unirá al guitarrista israelí Yotam Silberstein, anunciado en la sala Dizzy’s Club del mítico Lincoln Center.

El momento central del acto fue el estreno del videoclip del single Nebrissa, dirigido por Celia Flores, una de las voces que pueden escucharse en la grabación. Este tema resume en buena medida el concepto detrás del álbum, pues Nebrissa no es solamente el primitivo nombre de su pueblo, sino también el símbolo de "esa inocente sabiduría" con la que un Moreno adolescente abrió los ojos al flamenco, acompañando a pesos pesados del cante y toque gitanos, como Juan Peña El Lebrijano o Pedro Bacán "que me dieron siempre gloria bendita", tras lo cual "lo más importante ha sido y es siempre la búsqueda [...] y disfrutar de la suerte de poder decir olé". Una obra concebida con la mirada repartida entre la tradición y un horizonte musical infinito, un espíritu creativo para el que los lebrijanos parecen especialmente dotados, si atendemos a la trayectoria de Dorantes o el propio Juan Peña, sus paisanos y maestros. Una fórmula que Moreno resumió como "flamenco, música y búsqueda".

"Lo más importante ha sido y es siempre la búsqueda y disfrutar de la suerte de poder decir olé”, dice Rycardo Moreno

Cuenta Rycardo Moreno que, como tantos otros proyectos artísticos, Concierto nº 1 para guitarra y orquesta empezó a gestarse durante la pandemia en 2020, y ha requerido de cuatro años de intenso trabajo para conjugar la intimidad propia de la guitarra solista con la magnitud de los arreglos orquestales, grabados en su mayoría en Mallorca. Un reto "mastodóntico" en el que Moreno ha contado con la producción de Juan Medina y la orquestación de Tony Cuenca, y en el que destacó reiteradamente la labor de Antonio Maldonado en la mezcla, presente en el acto, quien ha lidiado con más de cien pistas por canción. Y es que, según expresaba el propio Maldonado en tono cómplice, no ha sido tarea fácil lograr que todo sonara "como tiene que sonar": violines, chelos, flautas, trompetas, decenas de pistas de percusión, coros… y hasta castañuelas. Más de una veintena de músicos y cientos de horas de grabación después, Concierto nº 1 para guitarra y orquesta estará disponible en todas las plataformas digitales el 2 de mayo, así como en formato vinilo.

Rycardo Moreno. Rycardo Moreno.

Rycardo Moreno. / Nene Moreno

Amplia y prolífica es la relación de los guitarristas flamencos con la música orquestal. Baste citar alguno de los trabajos más señeros del maestro Manolo Sanlúcar (Medea, Tauromagia) o recordar la estremecedora versión del Concierto de Aranjuez del propio Paco de Lucía. Referentes que preceden este Concierto nº1, del que Moreno viene interpretando algunas piezas en directo acompañado de orquesta en formato más reducido. Una simbiosis que le ha exigido al lebrijano exprimirse al máximo en la tarea de composición. No en vano Moreno comenzó el proceso de creación por idear nuevas afinaciones que le permitieran adaptar sus temas a las armonías propias del sonido flamenco: "Pasé muchas horas buscando técnicas, digitaciones, y siempre acabé en el mismo lugar, el lugar de los pellizcos".

Los temas de Concierto nº 1 siguen estructuras canónicas del género jondo, como se pudo apreciar en los otros tres cortes que presentó Moreno la semana pasada. Primero Azul, unos tientos con aire de nana, en los que la voz de Miguel Poveda respira sobre una atmósfera acolchada, hecha de elocuentes silencios y sutiles frases de violín que remiten al vaivén de las olas. Las bulerías Bordón gitano son un homenaje al maestro moronense Diego del Gastor –"a quien no valoramos lo suficiente"–, donde se deja sentir más el ímpetu expresivo del toque flamenco. Vibrantes y rítmicas, pero asentadas en el compás "arromanzao", como se denominan en la campiña sevillana (Morón, Utrera, Lebrija) a esas bulerías más sosegadas, de rotundos golpes de compás, y por tanto propicias para el desarrollo de deliciosas melodías.

Las alegrías Fruto Eterno despliegan una brillante energía. La conjunción de las voces de Celia Flores, Manuela del Moya, Ana Boheme y Noelia de los Ríos cobra especial protagonismo, y alcanza momentos de gran intensidad en un juego de timbres entrelazados, sin apartarse no obstante del ánimo intimista que recorre este Concierto nº 1.

Un álbum que refrenda a Rycardo Moreno como un referente de la guitarra flamenca, donde opera como una especie de catalizador de ideas y felices encuentros con otros músicos y disciplinas, de los que, para goce de la afición, siempre surge música original, esto es, nueva, flamenca y personal.

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