Entrevista | Bernardo Velázquez, consejero delegado de Acerinox

“Entre todos tenemos que impulsar una Andalucía importante en innovación”

  • El consejero delegado de Acerinox destaca su apuesta sostenible y el trabajo de la factoría de Los Barrios: "Se están haciendo las cosas muy bien" 

  • Considera que "las propuestas del hidrógeno verde deberían concentrarse en un gran proyecto para el Campo de Gibraltar"

Bernardo Velázquez, consejero delegado de Acerinox, en la sede de la empresa en Madrid

Bernardo Velázquez, consejero delegado de Acerinox, en la sede de la empresa en Madrid / José Ramón Ladra

Acerinox cerró el año 2021 con unos resultados de récord e inició 2022 con unas buenas perspectivas que se están cumpliendo. Incluso tras un turbulento tercer mes del año, en el que ha afrontado una escalada de precios de la energía que le obligó a parar la acería durante varios días, la huelga del transporte y la inestabilidad derivada del conflicto en Ucrania. Pese a todo, su consejero delegado, Bernardo Velázquez, asegura que “el primer semestre lo vemos bien” y remarca la apuesta que se está realizando en materia de sostenibilidad en todo el grupo y, en especial, en su planta de Los Barrios.

–¿Cómo valoran las propuestas que está formulando el Gobierno para reducir el precio de la energía?

–El Gobierno está trabajando con muchas ganas intentando resolver la situación, muy mala para la industria española. ¿Es suficiente lo que se ha propuesto o no? Depende de con qué perspectiva lo miremos. Hace un año teníamos unos precios del megavatio por debajo de 60 euros y protestábamos porque el coste era el doble que en Alemania. Se trata es de que para competir en Europa necesitamos unas reglas parecidas a las del resto de los fabricantes europeos. AEGE y Unesid hicieron una propuesta, desacoplar el precio del gas de la formación del precio de la energía eléctrica, pero parece que no va a prosperar. La alternativa siguiente es topar el precio del gas y conseguir tener electricidad a 67 o 70 euros, que para la situación actual es admisible. El Gobierno está luchando por la industria española y en continuo contacto con las empresas. Esperemos que salga bien y consiga la autorización de Bruselas.

–No obstante es una medida coyuntural, pero ustedes demandaban una reorganización del mercado eléctrico. ¿Se retomará esa idea?

–Esperemos que no, porque creo que hay un consenso de la industria y también de las organizaciones sindicales, que apoyan ese cambio. El sistema de precios marginalista ha funcionado muy bien, pero ha servido mientras ha servido. En estos momentos la electricidad de origen renovable está por encima del 40% en España, pero es que va a llegar un momento en el que tendremos el 90%, y cuando se encienda una central de ciclo combinado tendremos energía renovable al precio del gas. No tiene sentido. Con el mix de energía que tenemos ahora deberíamos buscar nuevas fórmulas. La creación del mercado ibérico del gas y la electricidad sí tiene sentido. Siempre nos hemos quejado de la falta de interconexiones con Francia, donde la electricidad es mucho más barata, somos una isla energética. No como ocurre en el centro de Europa, donde las interconexiones son tantas que al final el precio se compensa, se equilibra entre unos países y otros.

"El año 2021 no fue fácil de gestionar y 2022 ha comenzado con retos importantes, pero el primer semestre lo vemos bien"

–En 2021 lograron unos resultados récord y su previsión era que el primer trimestre de este año fuese aún mejor que el cuarto del pasado. ¿Se están cumpliendo las previsiones pese a la situación excepcional?

–El 2021, siendo un año muy bueno, no fue fácil de gestionar. Tuvimos huelgas en España, inundaciones en Alemania, un tornado muy cerca de la fábrica de Kentucky, problemas de materiales por las disrupciones de la cadena de suministro. Lo hicimos bien y ahí estamos. Y si el año 2021 fue difícil de gestionar, 2022 ha empezado poniendo retos importantes. La huelga del transporte ha sido dura para nosotros, los picos de precios de la energía, las consecuencias de la guerra. Pero el primer semestre lo vemos bien, luego Dios dirá. Con las incertidumbres que tenemos no se puede pensar a largo plazo.

–Hay un concepto que ustedes utilizan mucho para definir la situación de la economía, volatilidad, cada vez más. ¿Se está produciendo un cambio completo de los ciclos económicos?

–Eso es muy difícil de contestar. Antes de 2020 ya decíamos que los ciclos se habían vuelto más cortos, más rápidos, vivíamos ciclos dentro de un mismo año. Ahora los ciclos se han ampliado mucho, este año es comparable al 2006-2007 y recuerde lo que ocurrió después. Esperemos que no sea así en esta ocasión, no creo que haya tantas burbujas como había entonces. Hay una volatilidad distinta, mucho más difícil de predecir. En este caso, veníamos de un par de años no muy buenos para la industria, en los que rebajamos existencias, y teníamos la esperanza de que en 2020 la situación mejorase, pero llegó la pandemia y el mundo se paró. En noviembre todos pulsamos el botón de arranque al mismo tiempo y había unas existencias muy bajas, falta de todo. Se creó una sensación de demanda ficticia en cierto modo. Eso llevó a la sensación de que no había acero y subieron los precios. En 2022 la situación está más estabilizada porque las existencias están más compensadas, pero tenemos unas características distintas a las de antes. El transporte marítimo se ha multiplicado y ya no es tan competitivo, la reducción de CO2 obliga además a buscar suministradores regionales. Y ha habido tantas disrupciones en las cadenas de suministro que al final todos buscan suministros más cercanos. El mundo está cambiando, estamos aumentando la regionalización, habrá un modelo mixto. Y si a este mundo le incorporas la guerra de Ucrania pues nos cerramos más. Se ve una Europa como bloque, Estados Unidos como bloque a su manera. En este mundo Acerinox como grupo, con la diversificación que tenemos geográfica, de suministradores y una base amplia de clientes, está en una buena posición.

–Pese a los resultados récord, la fábrica de Los Barrios vio lastrados sus resultados por los costes energéticos. ¿Hasta que punto se vieron perjudicados?

–Muchísimo. El 80% del sobrecoste energético que habíamos tenido en el grupo fue en Acerinox Europa, mientras que supone un 30% de la producción. El año pasado la subida de precios de la energía nos costó 80 millones de euros en los resultados y este año vamos a más: sobre los costes de enero y febrero de 2021 llevamos ya acumulados 30 millones. Ha llegado un momento de locura, se dispararon tanto los precios que no tuvimos más remedio que parar la fábrica.

"El acero es un material sostenible y que puede ayudar a la descarbonización y sostenibilidad de la sociedad"

–Y negociaron un expediente de regulación temporal de empleo en Acerinox y Roldán.

–En Roldán ha sido más por la posible falta de palanquilla, previendo que hubiera que parar Acerinox. Y en Los Barrios porque eran precios insostenibles a los que no se podía fabricar, que nos obligaron a parar no solo a nosotros, sino a muchísimas industrias electrointensivas del país. Llegamos a un acuerdo muy rápido para el ERTE, pero a nosotros lo que menos nos interesa es aplicarlo; lo que queremos es trabajar, pero un ERTE nos aporta la flexibilidad que no tendríamos de otra manera en caso necesario. Y por otro lado para la plantilla es una garantía de empleo, supone no reducir personal, un compromiso de mantenerlo. Es una medida preventiva. En estas condiciones, con los precios de la energía de los que se está hablando, estaremos trabajando y trabajando muy bien.

–Mientras que en Estados Unidos el mercado está pujante y la fábrica de NAS es motor del grupo, en el caso de Europa la evolución ha sido diferente. ¿Cuáles son las perspectivas de Acerinox Europa a medio y largo plazo?

–El mercado americano ha ido mucho mejor que el europeo y la posición de liderazgo que tenemos allí nos ha permitido tirar de este mercado y aprovechar la situación. Para Europa tenemos muchos planes, como el cambio de estructura que hicimos, nombrando un consejero delegado y un chief operating officer para coordinar todo el acero inoxidable y un nuevo director de fábrica, no porque el anterior fuera malo. Tenemos mucha experiencia y eso se refleja, por ejemplo, en cuestiones como la energía necesaria por tonelada para fundir el acero. Nos ha estado perjudicando la situación en Europa, hay peores precios, hemos sufrido los precios de la energía eléctrica, la huelga del metal, del transporte. A Acerinox Europa le ha ocurrido de todo últimamente. Pero estamos avanzando muchísimo, se están haciendo muy bien las cosas, integrando además los planes de sostenibilidad dentro de la estrategia.

El consejero delegado de Acerinox, Bernardo Velázquez, en la sede de la empresa en Madrid El consejero delegado de Acerinox, Bernardo Velázquez, en la sede de la empresa en Madrid

El consejero delegado de Acerinox, Bernardo Velázquez, en la sede de la empresa en Madrid / José Ramón Ladra

–¿Hacia dónde van esos planes?

–Creo que los planes del acero verde van a ser diferenciadores. En Acerinox Europa tenemos una ventaja tremenda, porque partimos de casi un 90% de chatarra, somos recicladores. Hacemos un producto que es duradero pero que además se puede reciclar sin perder calidad del material en el proceso. Y ese ciclo se puede reproducir infinitamente. Es un material sostenible y que puede ayudar a la descarbonización y sostenibilidad de la sociedad. Y digo descarbonización porque, si bien la producción de acero emite CO2, como es un producto que te dura toda la vida al final del ciclo el CO2 que has emitido es mucho menor. Ahora estamos trabajando mucho en proyectos para valorizar nuestros residuos, sobre todo las escorias, para poder utilizarlas en productos como prefabricados de hormigón, cemento, relleno paisajístico. Estamos muy activos en esto trabajando con la Junta de Andalucía, intentando conseguir las homologaciones y los sellos de calidad necesarios. Tenemos una fábrica para que esté orgullosa toda la comarca de ella.

–También están trabajando en la posible incorporación del hidrógeno verde a su proceso productivo. ¿Cómo avanza ese proyecto?

–Estamos siendo muy activos en esta materia por muchos motivos. El primero porque somos fabricantes de hidrógeno a partir de amoníaco, lo necesitamos para las líneas de recocido brillante. Ahora con el hidrógeno verde tenemos una oportunidad ahí. También estamos analizando hasta qué punto se puede mezclar el hidrógeno con el gas natural, de forma que disminuya el consumo de gas y por tanto las emisiones sin alterar las propiedades del acero y las condiciones de los hornos. Por otra parte, para que el hidrógeno esté en estado líquido es necesaria mucha presión o muy baja temperatura y los recipientes para contenerlo en esas condiciones necesitan el acero inoxidable y las aleaciones especiales que fabricamos. No obstante hay que tenerlo todo en cuenta, parece que hablamos en la sociedad de que mañana enchufamos hidrógeno y ya, y no es así. La descarbonización es un reto que la industria está afrontando, pero en el que hay que seguir el ritmo de la tecnología, no se puede hacer el cambio así como así. El hidrógeno es muy importante y puede jugar un papel muy importante, pero también hay biogases, que a lo mejor los tenemos más cercanos. Estamos abiertos a todas las tecnologías.

–¿Participan en algunos de los múltiples proyectos de hidrógeno verde propuestos para el Campo de Gibraltar?

–Son muchos y no podemos participar en todos, pero además creo que no pueden tener éxito todos. Considero que se deberían de aunar esfuerzos y concentrarse en un gran proyecto para el Campo de Gibraltar. Puede ser fabricado por Cepsa o para Cepsa, o unir a la refinería y Acerinox, las industrias locales y al Puerto de Algeciras. Ojalá algún día el Puerto sea una gran hidrogenera donde vayan los buques a repostar. Habría que buscar ese gran proyecto para la comarca.

–¿Se han planteado ser productores?

–Creo que hay sumar esfuerzos. Nosotros no somos especialistas en la fabricación de hidrógeno. Tenemos que invertir en lo que sabemos hacer bien y contar con la confianza y colaboración de quien quiera dedicarse a la producción.

"El mundo se está regionalizando y Acerinox como grupo, con la diversificación que tenemos geográfica, de suministradores y una base amplia de clientes, está en una buena posición"

–Están inmersos en un proceso de innovación, digitalización y automatización. ¿Qué papel juega el laboratorio de Acerinox Europa en él?

–Un papel muy importante, tenemos un laboratorio que es una joya y un equipo de investigación y desarrollo muy potente. La I+D del grupo ya decidimos que se concentraba en España y desde aquí se coordinaban todas las actividades. Con VDM hemos adquirido una empresa que también es muy potente en I+D, en campos que son complementarios. Tenemos muchos proyectos de nuevos aceros, el uso de las escorias, cómo mejorar los procesos de fabricación. Tenemos que seguir potenciando a nuestra gente y ampliando la red de colaboraciones, porque es fundamental trabajar con las universidades, el CSIC, los centros tecnológicos. Creo que Acerinox Europa es un impulsor del I+D en Andalucía y hay otros importantes con los que estamos colaborando. Tenemos que usar las sinergias entre las industrias para entre todos hacer de Andalucía una región importante en cuanto a la innovación y la generación de ideas.

–El sector del acero se marcó un objetivo muy ambicioso, cero emisiones netas en 2050.

–Dijimos que alcanzaríamos emisiones netas cero siempre que la tecnología lo permita. En la parte del consumo eléctrico, el mix español ha mejorado y nosotros ya hemos comprado energía renovable para el 18% de nuestra producción. Cuando haya capacidad y más PPA (contratos de compraventa de energía) en el mercado seguiremos ampliando el porcentaje de energía renovable que utilizamos y certificaremos nuestro acero como producido con energía renovable, en la línea del acero sostenible que queremos lanzar. El gran reto sobre todo son los hornos, el CO2 que emitimos en nuestro proceso y ahí todavía queda, hay que buscar las tecnologías. La captura de CO2 y el hidrógeno todavía no están maduros. Y no se trata de plantar árboles para compensar emisiones.

–¿Por dónde van entonces?

–Tenemos que trabajar en la primera fase que es mejorar nuestra eficiencia como la forma más rápida de disminuir nuestras emisiones, tenemos multitud de proyectos en este sentido. Y un apunte a este respecto, porque parece que estamos dispuestos a ser sostenibles a toda costa, incluso a costa de la empresa. Y creo que es lo contrario: lo que tratamos de comunicar es que somos sostenibles, nuestro proceso es sostenible y que todo lo que hacemos por mejorar la competitividad es sostenible, si eres eficiente eres sostenible y viceversa.

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