La Línea

San Bernardo, un año de abandono tras el cierre del antiguo hospital

  • Vecinos y comerciantes de la barriada lamentan que el edificio aún no tiene actividad

  • Los trámites para cambiar el uso del edificio y la devolución de la titularidad, atascados

El antiguo hospital de La Línea, en la actualidad

El antiguo hospital de La Línea, en la actualidad / Erasmo Fenoy

La puesta en marcha del nuevo hospital de La Línea a pleno rendimiento el 23 de junio de 2018 venía a paliar un importante déficit en materia sanitaria en la ciudad. El antiguo centro hospitalario se había quedado obsoleto y durante los últimos años se sucedieron los episodios de aparición de roedores e insectos en distintas dependencias. Con unas instalaciones completamente nuevas, parecía que la ciudad daba un carpetazo a uno de sus problemas más acuciantes, pero de un día para otro se presentó otro: el abandono de la barriada de San Bernardo. De repente, los comercios de alrededor del antiguo hospital se encontraron sin una importante clientela que generaba la presencia de este servicio. Desde hace tiempo se ha planteado que el enorme edificio tenga un nuevo uso, pero los trámites burocráticos son lentos y más de un año después no hay ningún proyecto a corto plazo.

La opción que ha encontrado más consenso es la instalación en este edificio de un centro integral de seguridad para agrupar los juzgados, la comisaría de la Policía Nacional y la jefatura de la Policía Local, aunque el Ayuntamiento se mantiene abierto a otros usos. Ya intentó contactos con universidades privadas, pero las conversaciones no fructificaron. Para ello, la Junta de Andalucía se apresuró a elaborar un informe favorable dentro del proceso de evaluación ambiental que autorizaba el cambio de usos del antiguo hospital en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). El documento estaba listo en febrero, pero después de requerir documentación al Ayuntamiento, el trámite se ha quedado estancado.

También sigue pendiente la devolución del edificio a su propietario, la Tesorería General de la Seguridad Social. El hospital estaba cedido al la Junta, que a su vez pasó su gestión al Servicio Andaluz de Salud. En este caso tampoco han finalizado los trámites necesarios. 

Además de estos asuntos, aún tampoco hay un proyecto definido (ni presupuesto) para el traslado de los juzgados, la Comisaría y la Jefatura.

La entrada a la zona de Urgencias, en el antiguo edificio La entrada a la zona de Urgencias, en el antiguo edificio

La entrada a la zona de Urgencias, en el antiguo edificio / Erasmo Fenoy

Antes de que el antiguo hospital dejara de funcionar, ya lo hizo la residencia de ancianos de Diputación en marzo de 2017. Y ahora también se ha quedado sin actividad la oficina del Instituto Nacional de la Seguridad Social.

Los vecinos y comerciantes lamentan que más de un año después no se haya puesto remedio a esta situación y que la decadencia del barrio va a más. “El alcalde se comprometió tanto con los vecinos como con los comercios, en realizar todos los trámites oportunos tanto con la delegación del gobierno en Cádiz como con la Junta de Andalucía para tramitar lo antes posible los cambios de uso de los edificios. Más de un año ha pasado y nadie nos escucha. Han cerrado comercios porque el hospital era un medio de economía súper importante para la zona, teníamos más facturación con la fluidez de personas que transitaban por la zona, era nuestro gran pulmón y ahora estamos asfixiados, no podemos más, reitero, muchos han cerrado”, señala Luz María García, portavoz de los comerciantes del barrio.

A todo ello se suma la lucha contra el narcotráfico, para el que los comerciantes señalan que el Gobierno tenía que haber previsto un plan B para la economía de la comarca. “No ha sido así, han ido a por lo fácil, sabiendo de más que el problema se eliminará de la zona, pero que sin embargo se buscarán las maneras de hacerlo desde otros puntos. No hay un plan de economía y empleo, esto ha sido una basura completa y absoluta, así no resurge una ciudad, así no sale del pozo”, lamenta.

Ante esta situación, los comerciantes temen que entren okupas en el edificio, hace unas semanas se quedó sin vigilancia. “Después de más de un año del cierre del hospital y de más de 10 años que se empezó a hacer el nuevo, nadie, absolutamente nadie ha pensado en los que vivimos y trabajamos aquí”, señalan los afectados.

La preocupación de los vecinos de barriada no es nueva. En junio de 2018, antes de cerrara el centro sanitario, iniciaron una campaña de recogidas de firmas para solicitar a las distintas administraciones que el edificio estuviera vacío el menor tiempo posible. También iniciaron una ronda de contactos, pero hasta el momento no han fructificado porque el Ayuntamiento tiene poco margen de maniobra, ya que la recuperación del edificio depende del Gobierno central y de la Junta de Andalucía.

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