La Línea

La plaza de toros de La Línea recupera su aspecto original

  • La reforma del coso rescatará el graderío superior de madera, que fue derribado en 1973

  • Protección Histórica Linense avala la reforma del inmueble, calificada como "muy respetuosa"

El aspecto que lucirá la plaza de toros de La Línea tras su reforma.

El aspecto que lucirá la plaza de toros de La Línea tras su reforma. / IngenioArte Arquitectura

La plaza de toros de La Línea se está somentiendo a una profunda remodelación con la que volverá a lucir como en sus años de mayor esplendor. El edificio, diseñado por el arquitecto Adolfo del Castillo e inaugurado en 1883, constaba de un graderío superior de madera con una cubierta que fue derribado en 1973. Esa actuación dejó huérfano al coso, que dentro de unos meses presentará un aspecto radiante convertido en el centro multiusos El Arenal -nombre original de la plaza- que llenará de vida todo su entorno, ya que la intención es que albergue una distinta variedad de actividades durante todo el año.

Las obras, cuya finalización está prevista para el primer trimestre de 2021, las lleva a cabo Contratas y Obras San Gregorio SL e IngenioArte Arquitectura y ya han avanzado de modo que se puede observar la nueva estructura que soportará la parte de la plaza que no fue consolidada en la anterior reforma, en 2009, y la destinada a apoyar el graderío superior que será recuperado. El arquitecto José Carlos Galán, director de la obra, ha compartido en Facebook las imágenes del estado de las obras y recreaciones de su resultado final. 

Protección Histórica Linense, entidad presidida por José Martínez Téllez que nació para proteger la plaza de toros de su demolición, pretendida en torno al año 2005 por el equipo de gobierno, entonces liderado por el GIL, sigue muy de cerca la actuación que se lleva a cabo en la plaza de toros y ha dado el visto bueno a los trabajos que se están llevando a cabo.

La estructura que soportará el graderío, ya instalada. La estructura que soportará el graderío, ya instalada.

La estructura que soportará el graderío, ya instalada. / Erasmo Fenoy

La entidad recuerda en su perfil de Facebook cómo era el aspecto del coso. “La planta superior del edificio albergaba un graderío cubierto. Hasta la década de los setenta, la estructura de la cubierta era de madera, apoyada en unos pilares de los que solo se conserva el basamento de hormigón situado sobre el muro de piedra de la planta baja. Sobre el entarimado de madera existía una cubrición de cerámica curva. Hacía el exterior había una sencilla cornisa y hacia el interior, el vuelo de la teja apoyada en una viga de madera que hacía de frente al entarimado”, destaca PHL.

El colectivo indica que la reconstrucción de la cubierta tiene contemplada su recuperación geométrica y materiales de acabado exterior similares a los que tenía en su estado original de 1883, con un acabado liso y color blanco mate. “Se irán reconstruyendo las cornisas de la cubierta, ya que existe documentación gráfica suficiente para ello”, explica la asociación.

El acabado del techo de la andanada superior de original, indica Protección Histórica Linense, era una cubierta formada por una estructura de madera aserrada y barnizada. Ahora se está instalando una nueva estructura de acero, con vigas, correas y panel de soporte, “que quedarán también vistos en un acabado lacado marrón óxido”.

“De esta forma se apuesta por una recuperación estética y muy respetuosa con la diseñada por Adolfo del Castillo en 1883, y por otro lado, se evita caer en confusiones con los elementos originales”, da el visto bueno PHL.

La fachada exterior

Además del graderío cubierto, la plaza de toros recuperará el aspecto de su fachada exterior, que ha cambiado su fisonomía durante los más de 100 años con los que cuenta el inmueble. Protección Histórica Linense explica cómo quedará: “La planta inferior del año 1883 conserva la composición formal original de zócalo y recercados, a pesar del cegado de huecos (puertas y ventanas). La planta alta y la cubierta fue demolida en 1973. Es posible la reconstrucción de estos elementos formales, gracias a la documentación gráfica (fotografías y planimetría real) y gracias a que la composición del edificio es repetitiva (49 lados)”.

“La opción para recuperar la planta demolida ha sido la de la reconstrucción volumétrica reproduciendo los elementos compositivos originales y manteniendo ejes, proporciones y líneas compositivas (diacronía armónica), respetando así el proyecto trazado en su día por el ecijano, arquitecto provincial, Adolfo del Castillo Escribano en el año 1880”, destaca la entidad.

El interior de la plaza de toros, durante las obras. El interior de la plaza de toros, durante las obras.

El interior de la plaza de toros, durante las obras. / IngenioArte Arquitectura

PHL indica que la ampliación se está realizando con fábrica de ladrillo respetando los recercados y huecos preexistentes con enfoscado acabado liso y pintado en color mate, lo que contrasta con el grano grueso del revestimiento de la fachada original (planta baja), que mantendrá sus colores. “Se plantea, como ya se ha expuesto, una diacronía armónica, es decir, el diálogo de los materiales originales y los nuevos, evitando explícitamente las confusiones”.

El edificio está declarado monumento y es Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que “las medidas adaptadas de conservación, restauración y ampliación son las que marcan la legislación: La ley 14/2007, de 26 de noviembre, del patrimonio histórico andaluz y la ley 16/1985 de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español”.

“La recuperación está siendo muy respetuosa, recuperándose la fisonomía del proyecto del célebre arquitecto ecijano, Adolfo del Castillo Escribano, cuando en el año 1880 presentaba su diseño, patrocinado por Luis Ramírez Galuzo, el hombre más poderoso de la entonces Villa, referente de la Burguesía industrial. Muchos solo conocíamos esta imagen de la plaza de toros a través de planos y fotografías. En cambio, nuestros mayores si la conocieron (grada alta, muro con 49 ventanas, cubierta a dos aguas con tejas de cerámica)... Todo ello que lamentablemente fue derribado en los años setenta por falta de mantenimiento. Cincuenta años después, muchos conoceremos la verdadera altura y estética de la plaza de toros del Arenal”, resalta Protección Histórica Linense.

El derribo del graderío superior, en 1973. El derribo del graderío superior, en 1973.

El derribo del graderío superior, en 1973.

El proyecto

La reforma de la plaza de toros fue adjudicada a la empresa Contratas y Obras San Gregorio en septiembre de 2019. La adjudicataria rebajó el plazo de ejecución en cuatro meses –estaba previsto en 18– y la oferta económica a 1.809.498,29 euros, cuando el importe previsto era de 2.007.428,77. También rebajaba de cuatro a tres meses el plazo de redacción del proyecto de ejecución y el estudio de seguridad y salud. Las obras tuvieron que paralizarse durante el estado de alarma durante un mes y se retomaron el 18 de abril.

El 80% de la inversión está financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) dentro de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (DUSI). El Consistorio corre con el 20% restante del gasto. El objeto del contrato es convertir la plaza de todos en el centro multiusos El Arenal, para que sea un referente cultural, artístico y deportivo, aunque también seguirán acogiendo corridas de toros en Feria. Además, la intención es que sea el motor para revitalizar todo el entorno, que también se verá favorecido por la reforma del entorno de La Velada dentro de la ITI.

La parte constructiva consistirá en la consolidación de un cuarto de la plaza con un anillo metálico perimetral. En 2009 se realizaron unas obras para consolidar la estructura y resolver la presencia de humedades, pero solo se ejecutaron al 77%. Ahora se terminará al completo. Además, se llevará a cabo la reposición a su estado original del graderío, en el que volverá a verse la piedra caliza de los asientos, y la reconstrucción de la segunda andanada de gradas, que contará con una cubierta a dos aguas terminada en tejas. Este elemento fue demolido en los años 70 por su mal estado y le restó una capacidad para 2.000 personas.

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