El acuerdo entre Reino Unido y la UE, un caballo de Troya para Gibraltar
Tribuna de opinión
El autor defiende que el tratado sobre Gibraltar debe ser una oportunidad para saldar la deuda histórica con La Línea y emplaza al alcade a encabezar la reivindicación
Gibraltar, la deuda histórica de La Línea y la vivienda
Analicemos primero por qué hay tanto interés en Reino Unido y Gibraltar para que unas negociaciones iniciadas con el estatus jurídico de acuerdo internacional se conviertan en un tratado internacional. ¿Cuál es la diferencia en Derecho Internacional entre acuerdo y tratado?
Sin entrar en disquisiciones jurídicas, que las podría haber y muchas, podríamos convenir que un tratado es un acuerdo internacional regido por el Derecho Internacional con la intención de crear derechos y obligaciones para las partes. En contraste, un acuerdo es un término más genérico que puede referirse a pactos menos formales o con objetivos más limitados, como los acuerdos administrativos que desarrollan un tratado o las declaraciones jurídicas que no crean obligaciones jurídicas.
En resumen, el tratado es más formal; se celebra entre estados u otras entidades con capacidad jurídica internacional y en la jerarquía de las normas jurídicas pertenecen a la parte más alta de la pirámide, colocándose después de las diferentes constituciones de los países firmantes.
Reino Unido y Gibraltar quieren dar el mayor peso jurídico posible al acuerdo, elevándolo a tratado. Para una mayor comprensión, pondremos ejemplos de tratados que nos van a aclarar su importancia: la Carta de las Naciones Unidas, el Tratado de Roma (el documento fundacional de la Comunidad Europea), el Tratado de Maastricht, el Tratado de Lisboa, y podríamos seguir. No obstante, quiero acabar esta relación de tratados con uno que les resultará familiar, el Tratado de Utrecht. Este tratado puso fin a la Guerra de Sucesión española, reconociendo a Felipe V como rey de España, pero a cambio cediendo territorios, derechos y la propiedad de Gibraltar y Menorca, entre otros. Menorca se recuperó y Gibraltar, al menos por ahora, no se ha devuelto. Mi conclusión es que Reino Unido y Gibraltar quieren equiparar el estatus jurídico del futuro tratado entre Reino Unido y la Unión Europea al del Tratado del Utrecht.
Podríamos buscar razones más allá de las cuestiones prácticas para Reino Unido, que sería la de ubicar a Gibraltar en un marco internacional propicio para evitar problemas con la colonia y que su economía pueda sucumbir. Eso sería pernicioso para Reino Unido, además de un coste de imagen. No vamos a especular con más razones.
Tanto Reino Unido como España han dejado claro que el pacto no altera el estatus jurídico de Gibraltar en cuanto a la disputa de la soberanía y que cada parte mantiene su posición. ¿Esta neutralidad de soberanía se mantendría si la necesidad, en vez de ser de Reino Unido y Gibraltar, fuera de España? ¿Reino Unido aprovecharía la oportunidad de sacar algo importante a cambio? ¿Esas compensaciones podrían llegar a ser de algo concerniente a la soberanía si hubiera una parte en el lado de España, con la misma necesidad desesperada que tiene Gibraltar para firmar el acuerdo? Yo considero que sí. Sin lugar a dudas. Reino Unido sería un negociador implacable para sacarle todo lo posible y, si pudiera ser, lo imposible a la parte Europea. El negociador de la UE tiene que tomar buena nota de ello. Hay que conseguir todo lo que sea posible para los intereses españoles y especialmente los de La Línea de la Concepción.
De esta negociación hay que conseguir que se pague la deuda histórica que se tiene con La Línea. Sin falta y sin disculpa alguna. Sobre este asunto he reflexionado y considero que la persona adecuada para la solicitud de dicha deuda es el alcalde. Es quien puede encabezar la solicitud sin que haya tensiones políticas. Ofrezco al alcalde toda mi disponibilidad, si la necesitara.
Pongamos ahora encima de la mesa una reflexión que tiene sentido en este momento: ¿Y si el tratado entre Reino Unido y la Unión Europea fuera un caballo de Troya para Gibraltar?
Si Reino Unido y España quisieran en algún momento encontrar una solución definitiva para Gibraltar en un acuerdo de cosoberanía del Peñón -incluida la base militar-, el instrumento jurídico que ahora se está creando sería un instrumento adecuado. El tratado de futuro a convenir estaría firmado entre Reino Unido, España y la UE, adecuando al mismo los clausulados que recogieran dicho entendimiento.
Esto que parece ahora ciencia ficción, sobre todo para Gibraltar, en la difícil situación geoestratégica en la que se encuentran la Unión Europea y Reino Unido, las presiones de Estados Unidos a los socios para incrementar la aportación a la OTAN, la fortaleza económica y militar del bloque no occidental (China, Rusia, India, Brasil…), el desplazamiento del eje mundial y su importancia político-económica hacia Asia; en fin, todo esto y mucho más, está haciendo recapacitar a la Unión Europea y a Reino Unido sobre su situación. Ambos están pensando cómo poder enfrentar el futuro con garantías. Se habla de una unión federal de países de la Unión Europea en una Europa a dos velocidades (hay países de la Unión Europea que no estarían preparados para estar en una primera fase). En ese caso, sería perfectamente posible que Reino Unido formara parte de esos países que se unieran políticamente.
Mientras tanto, como paso lógico previo, Reino Unido puede, en cualquier momento, solicitar el reingreso en la Unión Europea. Habrá una presión popular creciente por parte de la población para que eso ocurra. De los que votaron a favor del Brexit, el 52% considera que no ha funcionado como esperaba. El 57% de la población quiere volver a la Unión Europea. Estos son datos del 2025. Sería algo que tendría todo el sentido geoestratégico, tanto en lo económico, como en lo militar. Ambas partes saldrían enormemente beneficiadas.
En cualquiera de los casos y a la vista de la muy preocupante situación en la que están quedando Reino Unido y la Unión Europea en el conjunto mundial, en el caso de que se tuviere que hacer cualquier movimiento político de gran alcance, Gibraltar sería una cuestión menor, que además se resolvería entre Reino Unido, Unión Europea y España de forma definitiva para su población, para su economía y, en definitiva, se acabaría con una anomalía histórica que cada vez tiene menos sentido.
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