La Línea llora la muerte de Juan Lorenzo, el entrañable presidente del CD Museo
Fútbol
Apasionado del fútbol fue directivo de la Balona y accionista del Valencia CF
Formó parte de la organización del Trofeo Ciudad de La Línea y fue socio añejo de la Unión Deportiva
Extrabajador de BBVA, deja viuda, cuatro hijos y una nieta
La Línea, pero muy especialmente el mundo del fútbol local, está de luto. A última hora de este martes falleció, a los 83 años, Juan Lorenzo Sánchez, que fuera, entre otras muchas cosas, directivo de la Real Balompédica y presidente del añorado CD Museo desde 1975 hasta 1991. El cuerpo sin vida de Juan Lorenzo será velado desde las 8:00 de este miércoles en el Tanatonio de Servisa, en la calle Cartagena 158 de La Línea, y mañana tras un responso en dichas instalaciones, será incinerado en un acto íntimo.
El entrañable Juan Lorenzo representaba lo que en cualquier pueblo se conoce como un hombre de fútbol. Su pasión por este deporte le llevó a presidir el CD Museo durante más de 15 años, un periodo en el que pasaron por esa emblemática entidad ahora desaparecida infinidad de jugadores y técnicos que hoy podrían ser profesionales. Una de esas plantillas logró el ascenso a la entonces denominada Regional Preferente, equiparable en el escalafón del balompié nacional a la Tercera RFEF de la actualidad.
Lorenzo, que desarrolló su vida laboral en el Banco de Vizcaya (posteriormente BBVA), fue, además, directivo de la Real Balompédica Linense bajo el mandato de hasta tres presidentes, Juan Sabán, Paco Granado y Manuel Monteagud.
El finado se felicitaba por haber presenciado in situ todos los ascensos del equipo de La Línea, desde los que alcanzó en el añorado San Bernardo hasta el que los que entrenaba Gabriel Navarro BabyBaby consumaron a la extinta Segunda B en Miranda del Ebro tras empatar a tres con el CD Mirandés.
La adhesión inquebrantable que mostraba siempre por la Balompédica no le impedía tener una relación muy especial con el Valencia CF, del que era incluso accionista.
No dudó en colaborar con la Federación Andaluza, siempre defendiendo los intereses de los clubes del Campo de Gibraltar, lo que le generó amistades duraderas con dirigentes de clubes de otros puntos de la comarca.
Juan Lorenzo, que era una persona muy implicada con la ciudad, también formó parte de varias comisiones gestoras del Trofeo Ciudad de La Línea y era de los socios más antiguos de la Unión Deportiva Linense, de la que era parroquiano militante en su sede de la Plaza Fariñas, hasta que hace unos tres meses su salud comenzó a empeorar.
El finado deja viuda, cuatro hijos y una nieta. Precisamente su padre, Amaro Lorenzo, del que heredó esa pasión por el balompié, estuvo vinculado a varios clubes de la ciudad y también ejerció como árbitro.
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