Fundación e idiosincrasia linense: la necesidad hace a la fuerza

CIUDAD AUTÓNOMA

El periódico 'El Sol' publicaba hace exactamente un siglo un artículo sobre La Línea que está plenamente vigente hoy día

"Aquí no existe el contrabando, propiamente dicho, ni hay contrabandistas. Eso es una fábula. Esta es una población puramente trabajadora y laboriosa", aseguraba este medio liberal

Página del periódico 'El Sol' dedicada a La Línea.
Página del periódico 'El Sol' dedicada a La Línea.
Sergio Fernández Uceda

30 de octubre 2022 - 01:00

Hace cien años, el periódico de ideología liberal y regeneracionista El Sol, que contaba con colaboradores como José Ortega y Gasset, recogía en sus páginas un discurso dado en las Cortes por el diputado José Luis de Torres -que fue nombrado hijo adoptivo de La Línea en 1911- defendiendo la concesión de la zona franca a La Línea de la Concepción.

En el artículo se repasan los datos e hitos del joven municipio que, por entonces, contaba con cincuenta años. Separado de San Roque en 1870, su núcleo poblacional lo formaban habitantes de pueblos adyacentes y extranjeros, especialmente de origen genovés. También se hace constar que colinda con otro país -en referencia a Gibraltar- y que es una condición única en España. Indica que, como hay tan poca distancia entre los territorios, “la vida es casi común entre ambas ciudades”.

La "losa de plomo" del sistema de régimen fiscal

El periódico enumera una serie de condiciones que hacen que La Línea tenga un gran potencial: un clima que hace vivir “constantemente en primavera”, una industria principal, la pesquera, fábricas de aserrar maderas, de pastas para sopas, de pinturas, de cemento, terrenos rústicos… Un largo etcétera de cualidades, pero con un freno en el ámbito comercial: "Su comercio es importantísimo, pero está circunscrito a las necesidades de la población, no pudiendo realizar ninguna clase de negocios de exportación, por impedirlo el sistema de régimen fiscal, que, como losa de plomo, mata todas las iniciativas".

"En varias ocasiones se ha pedido a los Poderes públicos la habilitación de la Aduana y la modificación del régimen fiscal, y siempre ha sido denegado, fundándose sus detractores en los temores que existen en la Dirección de Aduanas de que esa habilitación daría margen a grandes defraudaciones a la Hacienda. Razón que les favorece bastante poco, porque parece que dudan de la fidelidad de los funcionarios administrativos, cometiéndose la grave injusticia de privar a esta región de unos beneficios que a otras en iguales condiciones se les tiene otorgado”.

Fragmento de 'El País' de 1894 donde Galuzo reclama rehabilitar la aduana de La Línea.
Fragmento de 'El País' de 1894 donde Galuzo reclama rehabilitar la aduana de La Línea.

Esta condición especial ya fue reclamada por La Línea a fines del siglo XIX. En 1894, el periódico El País contaba que una Comisión de La Línea de la Concepción formada por los señores Aced del Olmo, alcalde, Ramírez Galuzo, representante del comercio, y Gonzalo Infante, director del Diario de La Línea se habían personado en Madrid para gestionar la rehabilitación de la aduana.

En el artículo de 1922 de El Sol se vuelve a mencionar al que fuera alcalde del municipio, Luis Ramírez Galuzo, un empresario local dedicado a las pastas de sopas, las bebidas gaseosas con la Earle Comp., la patata y la pintura. En el artículo, con motivo del cincuenta aniversario de la independencia de la localidad, se le dedica un busto “por suscripción popular [...] al hijo predilecto de la población D. Luis Ramírez Galuzo”. El año anterior, las autoridades británicas le habían concedido las insignias de comandante de la Orden del Imperio Británico “al pleclaro hijo de La Línea excelentísimo Sr. D. Luis Ramirez Galuzo, fundador superviviente de la ciudad”.

Dicho busto se encontraba frente al actual Museo Cruz Herrera, antigua Casa Consistorial linense. Una foto de la época ilustra que, en su presentación, acudieron el mencionado diputado José Luis de Torres y el ilustre pintor José Cruz Herrera.

Inauguración del busto de Luis Ramírez Galuzo en 1922
Inauguración del busto de Luis Ramírez Galuzo en 1922

La leyenda del contrabando

Como si de la actualidad se tratara, el artículo de 1922 también lucha contra la lacra del contrabando, una imagen tan asociada a la ciudad: “Los Gobiernos deben fijar su atención en La Línea, como ventana desde la que los extranjeros nos miran, prestarle su apoyo y atención, para dar la sensación a todos de ser un pueblo moderno, floreciente y sano, digna antesala de nuestro país".

"La leyenda del contrabando es otra de las cosas que me parecería natural que hubiese desaparecido, por lo absurda, y que aún persiste en el ánimo de mucha gente. Aquí no existe el contrabando, propiamente dicho, ni hay contrabandistas. Eso es una fábula. Esta es una población puramente trabajadora y laboriosa, que vive de sus trabajos en la vecina plaza de Gibraltar, de sus industrias, de su agricultura y de su comercio”.

El escrito continúa con un apartado especial sobre la fundación y la idiosincrasia linense, citando a Pitágoras: “Las caravanas de hambrientos llegadas a diario de los pueblos andaluces quedaban detenidas en un arenal, alfombra dorada extendida a los pies de histórico peñón de Gibraltar, que está acariciado por la bandera española, y tan cerca de la inglesa, izada en la cumbre de la roca, que cuando se unen sus flecos ignórase si se besan diplomáticamente o se abofetean, queriendo reparar antiguos agravios. Así se formó La Línea. La necesidad hace a la fuerza. Esos arenales que empolvan los pies del Monte Calpe se llaman hoy La Línea”.

La historia no se repite, pero sí se asemeja a hechos pasados: reivindicaciones fiscales con más de un siglo, mala fama -contrabando y narcotráfico- que sobresale a la realidad de un pueblo y un Gobierno que ha denegando la posibilidad de crear una ciudad autónoma.

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