El futuro de la Coordinadora Despierta pende de un hilo. Las trabas burocráticas están provocando que haya pagos pendientes de la Junta de la Andalucía desde 2015 a 2018. Se trata de ayudas correspondientes a programas ya ejecutados y justificados, pero cuyo abono se retrasa y al mismo tiempo bloquea la consecución de nuevas ayudas y les pone al borde de la quiebra, confirmando que tendrán que cerrar el próximo 31 de agosto si no reciben algún pago de la Junta pronto. Desde la Administración confirmaban que procederían en las próximas semanas a hacer el pago correspondiente a las justificaciones del año 2015 que asciende a unos 7.700 euros

El alcalde de La Línea, Juan Franco, ha visitado este viernes las instalaciones de la asociación acompañado por la concejala y delegada de Asuntos Sociales, Zuleica Molina, con el objetivo de buscar alguna solución al momento tan delicado. Juan Franco califica la situación de “dramática”, ya que la deuda de la Administración asciende a más de 100.000 euros que no recibe la entidad a pesar de que los programas están justificados.

El alcalde ha confirmado que a nivel municipal se está intentando buscar alguna vía para poder paliar la circunstancia que está viviendo actualmente Despierta. Desde la Coordinadora afirman que la visita del alcalde ha sido “una bocanada de aire fresco” dentro del momento tan delicado que viven. “No sabemos si las soluciones aportadas acabarán llegado a buen termino, pero para nosotros es una alegría saber que contamos con el apoyo e interés del Consistorio Municipal”.

Por su parte, la concejala y delegada municipal de Asuntos Sociales ha recordado las visitas que ha realizado personalmente en las últimas semanas, confiando en encontrar alguna solución mediante la colaboración municipal que permita hacer frente a una facturación pendiente del año 2015.

La deuda que mantiene la Junta de Andalucía con la organización antidroga asciende a 116.000 euros. A principios de 2019 esperaban recibir el dinero correspondiente a la justificación del 2018 pero nunca llegó. Más de siete meses después se ven ahogados y trabajando bajo mínimos. Han logrado sobrevivir este tiempo ha sido gracias a las aportaciones de voluntarios y a que la junta directiva del programa es la que ha ido pagando los seguros sociales para poder seguir abiertos.