Las obras del proyecto Eastside avanzan en Gibraltar con la preparación del polémico rompeolas para proteger los rellenos

La constructora delimita con boyas el área en el que se construirán las defensas costeras que rechazan los vecinos de Catalan Bay

Los rellenos representan “una violación de la soberanía e integridad territorial de España”, según calificó el Ministerio de Exteriores

La zona de rellenos del Eastside de Gibraltar. A la izquierda, arriba, las torres del Hassan Centenary Terraces, construidas también en terrenos ganados al mar.
La zona de rellenos del Eastside de Gibraltar. A la izquierda, arriba, las torres del Hassan Centenary Terraces, construidas también en terrenos ganados al mar. / Erasmo Fenoy

El polémico proyecto del Eastside avanza en Gibraltar con los preparativos para la construcción de las defensas costeras que protegerán la ambiciosa estructura ganada al mar sobre la que se alzará una megaurbanización de lujo, que incluirá un hotel, viviendas, una zona comercial y un puerto deportivo para grandes yates. Su propósito principal es proteger la nueva infraestructura contra el oleaje y las mareas, además de permitir la expansión del puerto y la creación de espacios públicos y zonas recreativas. Esta fase incluye la instalación de una pared de rompeolas que servirá como barrera artificial para la zona de desarrollo.

Para su construcción, la empresa encargada ha instalado un sistema de boyas MeteoOcean (plataformas flotantes que recopilan datos sobre condiciones meteorológicas y oceánicas) para delimitar el área de trabajo final del proyecto. Como parte de las medidas de seguridad para los usuarios marítimos, la autoridad portuaria gibraltareña ha comunicado su ubicación mientras duren las obras.

En junio de 2024, TNG Realty Eastside Ltd -encargada del desarrollo del proyecto- adjudicó un contrato para las obras de protección costera a un consorcio formado por Roverpol y MacMillan. En marzo de 2025, la Comisión de Planificación y Desarrollo (DPC) aprobó la segunda fase, que incluye estas obras, la recuperación de terrenos y las estructuras de la marina aunque condicionado a una visita que se produjo en abril, porque el proyecto generó una enorme discusión en el Peñón desde su inicio. Miembros de la DPC, ministros, técnicos medioambientales y representantes de organizaciones civiles visitaron la playa de Catalan Bay (La Caleta) para comprobar de primera mano el impacto del rompeolas. Los asistentes expresaron una mezcla de inquietud y descontento ante lo que vieron. Además del ministro de Medio Ambiente, John Cortes, también participó Lesley Bruzon, ministro de Relaciones Industriales, Contingencias Civiles y Deportes, quien ya había manifestado su oposición frontal al proyecto. Janet Howitt, del Grupo de Seguridad Ambiental (ESG), recordó entonces que además del problema visual, la construcción tendrá consecuencias directas en la calidad del agua y el ecosistema marino. “Hay impactos evidentes”, insistió. “La erosión de la playa, la alteración de las corrientes y la turbidez del agua son problemas que afectarán a todos, residentes y visitantes”.

El pasado mes de agosto, el Comité de Mayores de Catalan Bay ha acusado al Gobierno de Gibraltar de incumplir "promesas clave e ignorar preocupaciones medioambientales y de salud pública" en relación con el proyecto. La entidad señala que el Ejecutivo llanito ahora afirma que "se proyecta un espigón de nueve metros", que, advierten, "bloqueará las vistas de la playa, acumulará contaminación y degradará la calidad del agua". Los vecinos han insistido en que la Comisión de Desarrollo y Planificación (DPC) erró al evaluar la verdadera magnitud de la estructura propuesta al tomar en consideración una embarcación de señalización que "minimiza" al proyecto real.

El Eastside Project no es una obra menor. Se trata de un desarrollo inmobiliario de lujo que, según denunció en su momento el Gobierno español, vulnera tanto la normativa española como la europea, y representa una “violación de la soberanía e integridad territorial de España”. Más allá del plano político, la obra avanza con materiales procedentes de canteras de la provincia de Málaga (Casares). En esta nueva fase se prevé la instalación de cajones de hormigón armado, construidos en los astilleros de GibDock y transportados por flotación hasta su ubicación final. También se utilizarán bloques de roca para proteger las nuevas infraestructuras y estabilizar el terreno antes de la siguiente etapa de construcción.

El GSD, partido de la oposición en Gibraltar, también expresó su preocupación por las consecuencias que el proyecto de desarrollo del Eastside pueda tener sobre las viviendas y la playa de Catalan Bay, advirtiendo que el Gobierno podrían incumplir los compromisos para proteger esta zona.

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