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Una joya histórica del Peñón

El Convento, residencia del gobernador, es un enclave lleno de misterio que repasa los últimos cinco siglos · Es el edificio más emblemático de Gibraltar y el acceso al público es restringido

Vista desde el balcón de la capilla del Rey, con las banderolas de los regimientos británicos en las paredes.
Ignacio Iglesias Triay / Gibraltar

02 de agosto 2009 - 01:00

Acceder a El Convento (The Convent) es adentrarse en la historia más profunda de los ingleses en Gibraltar. Siglos de historia emanan de sus paredes y esquinas en forma de lienzos, esculturas y todo tipo de reliquias. Un legado histórico que la Corona británica ha querido reservar para un edificio -el más emblemático del Peñón- que hoy, es el palacio de una importante figura de la política anglosajona: el gobernador, representante en Gibraltar de la reina Isabel II de Inglaterra.

En sus orígenes, el edificio albergaba un convento de frailes franciscanos que llegaron a Gibraltar durante el reinado de Carlos I de España, y que siguieron afincados aquí incluso después de la guerra e invasión por parte de las tropas anglo-holandesas.

La responsable de comunicación de El Convento, Allison MacMillan, aparece en el vestíbulo -como no podía ser de otro modo- con exquisita puntualidad inglesa. El acceso a El Convento está totalmente restringido y junto a ella es la única manera de acceder a las distintas habitaciones, patios y jardines que componen la residencia.

El edificio está ubicado en Main Street y, según cuenta Allison, ha sido objeto de diversas modificaciones y ampliaciones con el paso de los años, hasta adquirir su estado actual. Su construcción comenzó a principios del siglo XVI. "Se trata del Palacio de Buckingham de Gibraltar", explica Allison.

El hall es todo de madera, está moquetado en color burdeos y de él nace una escalera desdoblada por las que se accede a una segunda planta de oficinas. Antes de llegar a la segunda planta, en el rellano, dos lanzas y una armadura reposan sobre la pared, en la que Allison abre una puerta secreta por la que se accede a un balcón interior de una iglesia. Se trata de la capilla del Rey, un edificio adyacente a El Convento construido en 1560 y uno de los rincones más relevantes del complejo.

La capilla del Rey es hoy, junto a la Sagrada Trinidad, uno de los lugares de culto más destacados de la comunidad protestante en Gibraltar. Posee una acceso desde Main Street, por donde los fieles acceden a oír misas todos los domingos, junto con el gobernador, Sir Robert Fulton. En uno de sus laterales luce un gran órgano y sus paredes están repletas de banderolas que son los emblemas de los distintos regimientos británicos, que se completan con dos grandes banderas del Reino Unido y Gibraltar que cuelgan de la fachada trasera de la capilla.

El suelo de la capilla del Rey, explica MacMillan, acoge otra de las costumbres ancestrales de El Convento y es que bajo sus paredes se encuentran los restos de muchos de los gobernadores que han residido aquí, junto con los de sus mujeres. De hecho, una de las fachadas de la iglesia cercana al altar está repleta de multitud de lápidas, entre las cuales descansan gobernadores como Charles O´Hara o Sir Colin Campbell.

Otro de los grandes atractivos con los que cuenta El Convento son, sin duda, sus jardines. Un espacio natural con alrededor de 2.000 metros cuadrados que acoge importantes banquetes y celebraciones como por ejemplo el cumpleaños de la reina en la segunda semana de junio, a la que acuden personalidades importantes de la vida política y social del Peñón. El jardín cuenta con una rica diversidad de especies botánicas nativas y exóticas entre las que destaca la drago de Canarias (Dracaena Draco).

Esta especie es la protagonista de una curiosa tradición en El Convento. Y es que cada una de las celebridades que por aquí pasa planta un drago canario al que ponen una placa con el nombre de la persona, fecha y motivo de la plantación.

Al adentrarnos en los jardines, la jefa de prensa de El Convento se apresura en mostrar uno de los grandes tesoros botánicos de Gibraltar. Un drago canario plantado por los propios frailes franciscanos en 1484, que es considerado el espécimen más viejo de Gibraltar e incluso de toda Europa. Allison enseña también con orgullo otros ejemplares de este árbol, como el que plantó la reina Alexandra durante su reinado en 1905 o el que sembraron Diana de Gales y Carlos de Inglaterra para conmemorar su boda en agosto de 1981.

Pequeños detalles que pertenecen ya a la historia, como lo son también la estatua del general Sir George Eliott, ubicada en la plaza del Claustro, también en la planta baja. Eliott fue un gran héroe para los ingleses y determinante en la guerra que las tropas británicas mantuvieron contra los españoles. Estas guerras quedan también plasmadas en dos grandes murales, uno a cada lado del patio, en cuyos pasillos reposan pequeños cañones que en su día fueron utilizados para los combates más sangrientos. "El Convento es hoy, aparte de la residencia del gobernador, un rico museo en donde se reflejan más de 500 años de historia", finaliza Allison.

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