Giro inesperado en el caso de la patrullera de Gibraltar: el timonel admite ahora que la persecución mortal fue en aguas españolas

El piloto declaró que creía navegar en aguas junto al Peñón durante los 15 minutos de persecución, pero aceptó tras ver nuevas pruebas que todo ocurrió en la zona de La Atunara, en La Línea

El juicio no fija responsabilidades penales o civiles, aunque sus conclusiones podrían influir en futuros procedimientos

Gibraltar reabre el polémico caso de los dos vecinos de La Línea muertos bajo una patrullera de la RGP en 2020

La patrullera 'Sir John Chapple', que protagonizó el incidente mortal que ahora vuelve a investigarse en Gibraltar.
La patrullera 'Sir John Chapple', que protagonizó el incidente mortal que ahora vuelve a investigarse en Gibraltar. / RGP

La nueva fase del juicio que se celebra estos días en Gibraltar por la muerte de Mustafa Dris Mohamed, de 49 años, y Mohamed Abdeslam Ahmed, de 40, avanza entre revelaciones técnicas, contradicciones y un trasfondo que las familias de los fallecidos llevan casi seis años intentando esclarecer. Ambos ceutíes, pero residentes en La Línea de la Concepción, viajaban en una narcolancha dedicada al suministro de combustible —las llamadas petacas— a embarcaciones de traficantes que operan en alta mar, cuando fueron arrollados por la patrullera Sir John Chapple de la Royal Gibraltar Police (RGP) la madrugada del 8 de marzo de 2020.

En la embarcación viajaban otros dos petaqueros: Nordin D. L., sobrino de Mohamed, y el portugués Bruno M. G. S. Uno sufrió varias costillas rotas y el otro salió ileso. Mohamed murió en el acto; Mustafá falleció más tarde en el hospital. Uno murió en aguas españolas cercanas a La Línea y, sin embargo, ambos cadáveres acabaron trasladados al Peñón antes de ser enterrados en Ceuta, donde sus familias siguen sin recibir los certificados de defunción.

La colisión tuvo lugar a las 03.34, en un punto situado a 6,36 millas al este de la playa de Santa Bárbara, en La Línea de la Concepción, si bien buena parte de la persecución —unos 15 minutos a gran velocidad— se desarrolló en aguas que Gibraltar reclama como suyas.

El timonel, cinco horas en el estrado

Según relata el Gibraltar Chronicle, la declaración del timonel —concedida bajo anonimato— ha marcado la segunda sesión del juicio este martes. Aseguró que creía estar "en aguas británicas durante toda la persecución" y que "mantuvo en todo momento una distancia segura". Pero, al mostrarle nuevas pruebas cartográficas, admitió que la persecución tuvo lugar realmente en aguas reconocidas como españolas por Gibraltar, en concreto, en la zona de La Atunara.

“Nunca fue mi intención inmovilizar la otra embarcación [la de los petaqueros]; esperaba que parasen”, declaró. También afirmó haber pensado entonces que la lancha podía dedicar­se al contrabando, pese a que se ha confirmado que no transportaba mercancía ilícita.

Uno de los puntos más delicados es el uso —o ausencia— de los sistemas de navegación. El timonel confesó que no sabía que el AIS (Sistema de Identificación Automática, un sistema de navegación que permite a las embarcaciones intercambiar información de identidad y posición para evitar colisiones) estaba apagado durante la persecución. Dijo creer que se activaba automáticamente al encender la embarcación: “No apagué físicamente nada. Activé el breaker pensando que encendería el AIS”.

El chart plotter, que proporciona mapas y datos de posición, tampoco estaba activado. El timonel aseguró que dificultaba la visibilidad nocturna y que no existía obligación formal de conectarlo siempre, hasta el punto de que “se había convertido en costumbre” no usarlo de noche. Su atención, dijo, estaba centrada en el radar: “Puedes cubrir una milla en 30 segundos. Mi foco principal era lo que aparecía en la pantalla”.

Una patrullera con quilla dentada y un choque violento

Lo que siguió fue un impacto mortal. La Sir John Chapple llevaba instalada una quilla dentada —el llamado log defender— que actúa como defensa metálica para proteger los motores ante neumáticos, bidones o restos flotantes. Según el timonel, no se trata de un dispositivo de ariete, sino de un elemento de seguridad. La colisión se produjo en diagonal, “de atrás hacia delante”, sobre la RHIB de los petaqueros.

Los supervivientes declararon a la Guardia Civil que los agentes gibraltareños no prestaron auxilio inmediato a Mustafá y que la patrullera navegó de regreso al Peñón con los radares apagados para no emitir señal, encendiéndolos solo al aproximarse a las aguas junto a Gibraltar.

Tras el choque, la lancha siniestrada fue amarrada y remolcada a la colonia. El remolque duró unos 50 minutos debido a un fallo en uno de los motores. Durante este periodo no se emitió ninguna llamada de socorro (mayday).

Un caso bloqueado en España y reabierto en Gibraltar

La investigación española quedó provisionalmente archivada, después de que el Juzgado de Instrucción nº 4 de La Línea elevara órdenes europeas de investigación que fueron rechazadas por Gibraltar. La Fiscalía de Algeciras pidió el sobreseimiento al no poder avanzar en las pesquisas.

En 2021, un jurado gibraltareño concluyó que los dos agentes implicados podrían haber cometido un “homicidio doloso”. Ambos recurrieron y el Tribunal de Apelación ordenó repetir el juicio.

Este proceso, igual que el anterior, no determina responsabilidades penales o civiles, sino que busca reconstruir los hechos con precisión. Sus conclusiones, no obstante, podrían influir en futuros procedimientos o recomendaciones oficiales.

La actual vista está dirigida por el forense adjunto Karl Tonna y se prevé que dure dos semanas.

Los abogados de las familias, de los agentes y de la RGP seguirán interrogando testigos y examinando pruebas en los próximos días, incluido el vídeo de la persecución que, según el timonel, puede ofrecer interpretaciones erróneas por sus ángulos de cámara.

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