25 años de normalidad en la Verja

Hoy 5 de febrero se cumplen 25 años de la reapertura definitiva de la Verja, que había sido cerrada por el dictador Franco el 8 de junio de 1969 como represalia por la aprobación de la Constitución de Gibraltar.

No obstante, hay que recordar que el paso fronterizo para personas había sido restablecido casi tres años antes, en concreto el 14 de diciembre de 1982, tras la llegada a la presidencia del Gobierno español de Felipe González, poniendo así fin a trece años de separación física entre familiares y amigos y de mensajes a través de la Verja.

La apertura definitiva para personas, vehículos y mercancías, que tuvo lugar apenas dos meses después de la firma de la Declaración de Bruselas, marco de las negociaciones bilaterales entre España y el Reino Unido sobre la soberanía, fue recogida en sus páginas por el Diario de Cádiz en la edición del 5 de febrero de 1985.

A las 17:30 del día 4 habían sido sustraídos los candados, seis horas y media antes de que el gobernador civil de Cádiz, Mariano Baquedano, hiciera los honores "no sin grandes dificultades -tal y como decía el diario-, ya que por su nerviosismo no acertaba a introducir la llave". El candado utilizado para esta ceremonia había sido instalado sólo momentos antes. La apertura fue recibida con aplausos y algunos cohetes en ambos lados, aunque unos desaprensivos enturbiaron la celebración al quemar, casi en el mismo instante, cuatro vehículos -dos gibraltareños y dos ingleses- frente a la piscina municipal de La Línea.

Si Carmen Warr había sido la gran protagonista en 1982 al ser la segunda persona en cruzar la Verja a pie desde Gibraltar y atender a los medios mientras gritaba su nombre -el primero fue un hombre que pasó casi desapercibido, el linense Francisco Romo-, en esta ocasión el privilegio recayó, en el lado español, en el motorista Jesús Malagón, que conducía una Vespa. En el Peñón, el primer vehículo que atravesó la Verja en dirección a España fue un Austin Maestro que ocupaban una suiza, una francesa y dos norteamericanos.

En sus páginas interiores, el Diario de Cádiz dedicó una hoja completa a esta noticia. Junto a la crónica principal, iniciada en la portada del periódico, aparecían otras informaciones relacionadas con el asunto, como el inicio ese mismo día en Ginebra de las hoy congeladas conversaciones del Proceso de Bruselas entre el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, y su homólogo británico, Geoffrey Howe, y una encuesta del diario Panorama en la que sólo un 4% de los gibraltareños sondeados deseaba que se discutiera sobre la soberanía de la colonia inglesa.

Esta normalización, tan necesaria y deseada por todas las partes, trajo consigo sin embargo un nuevo problema para los ciudadanos que, aunque ha sido mitigado desde la constitución del Foro de Diálogo sobre Gibraltar -el primer proceso que incluye a las autoridades del Peñón como interlocutoras junto a España y el Reino Unido- no ha sido aún resuelto del todo: las retenciones o colas de vehículos.

Además, en este medio cuarto de siglo, las autoridades de uno y otro lado de la Verja han utilizado en ocasiones el enorme tránsito de coches -especialmente palpable los días festivos y en horas punta al inicio y al término de la jornada laboral- como medida de presión en respuesta a tensiones concretas, intensificando los controles y, en consecuencia, ralentizando el tráfico para desesperación de los conductores, muchos de ellos españoles que trabajan en Gibraltar.

Dejando a un lado las medidas de presión, el Foro de Diálogo, consciente de la necesidad de mejorar la vida cotidiana de campogibraltareños y gibraltareños, cerró en 2006 y dentro de los acuerdos de Córdoba la aplicación de un régimen de doble carril en ambas direcciones y la adopción del sistema de canales rojos y verdes. Aún así, las colas siguen suscitando más de un problema a ambas poblaciones.