"¿Sabe lo que se siente al montarse en un ascensor que va rápido? Se te acelera el corazón y sientes un vuelco en el estómago. De eso se trata". La frase es uno de los muchos testimonios entusiastas que se oyen en Más allá del flamenco(Beyond Flamenco), el documental realizado por Javier Vila que retrata, tomando el décimo aniversario del Flamenco Festival y las funciones en el Sadler's Wells de Londres, la excelente valoración que tienen los intérpretes y coreógrafos de la actualidad en el extranjero.

"El proyecto surge de la curiosidad por ver qué se hace fuera de nuestras fronteras con el flamenco", asegura Vila, que en su película, proyectada ayer en el Lope de Vega, pone de manifiesto que este sector se ha ganado el respeto de la crítica y los espectadores. A lo largo de su historia, el Flamenco Festival se ha desarrollado en recintos míticos como el Carnegie Hall de Nueva York, la Opera House de Sydney, el Bunkamura de Tokio o el Sadler's Wells, "uno de los templos de la danza en Europa y el mundo". Y en esos espacios por los que pasan "las grandes compañías", los flamencos asombran por la vanguardia y la espectacularidad de sus creaciones. "A mí siempre me sorprende la reacción de un público anglosajón que no entiende nuestro idioma y sin embargo se pone de pie, grita", cuenta el director del Flamenco Festival, Miguel Marín, que señala que en esas actuaciones "a los críticos no les importa si el espectáculo es más o menos flamenco, lo importante es que esté trabajado, que el artista ponga el corazón en lo que hace".

Farruquito, Israel Galván, Rocío Molina, Eva Yerbabuena o José Valencia, el coreógrafo Akram Khan o el violinista Vladimir Dimitrenko son algunos de los protagonistas de este documental que ofrece, según Valencia, "una imagen más humana del artista, que sale en vaqueros y camiseta, no con una bata de cola. Está muy bien que haya un documental sobre flamenco y que muestre una parte más íntima, no sólo la bonita que siempre se enseña".