Feria de Algeciras

Domingo por Sevillanas: el amanecer de la Feria de día

  • La feria Real vive su jornada más festiva durante el domingo rociero. Los trajes de luces y los paseos a caballo dan un coloridoe special a la fiesta

La Feria de Algeciras a la calurosa luz de junio toma adeptos por año que pasa. Tradicionalmente el alma de esta fiesta en la ciudad era nocturna pero poco a poco va madrugando y la afluencia se divide entre aquellos que prefieren la juventud de la noche y los que se decantan por vivirla de día.

La tradición del Domingo Rociero o Domingo por Sevillanas –como prefieren denominarla algunos– empezó hace unos 25 años. Aproximadamente en esa época comenzó a apostarse por la Feria durante el día con la apertura de algunas casetas y con la llegada de algunos feriantes que iban a comer alReal. Es un cambio que sigue produciéndose de forma gradual. Antes no se estilaba aquello de desafiar al calor con trajes de gitana y jarras de rebujito en mano.

Es un domingo especial al ser la primera jornada que los algecireños pueden disfrutar de su Feria durante el día.

A finales de los noventa, el Consistorio instalaba una carpa a los pies de la escalinata de la plaza de toros. Allí varios grupos rocieros animaban el ambiente. Pero posteriormente se decidió dejar el protagonismo a las casetas, donde se concentran y abarrotan miles de visitantes. El Ayuntamiento de Algeciras se aparta así de realizar algún tipo de actividad para ese día. Es de la opinión de que tiene que ser una fiesta improvisada, a la que no le hace falta más aliciente que el que ofrecen las casetas y los amigos, y a la que no hay que darle nada especial porque ya lo tiene. Eso sí, desde hace algunos años ayuda a refrescar el ambiente del domingo de feria la instalación de los famosos microclimas por las principales calles del ferial. Esos sí volverán a aparecer este año. Esta práctica también se está extendiendo cada vez más a algunas de las casetas. La evolución de los ventiladores de siempre.

Los más madrugadores comienzan a llegar sobre las doce de la mañana, siempre que la paliza del primer sábado lo permita. Es una jornada para comer fuera, las casetas comienzan a oler a comida aunque también se benefician de esta costumbre los bares de toda la ciudad, alternativa a las abarrotadas barras. A la hora de almorzar el recinto ferial ya comienza a estar al cien por cien pero será durante las siguientes horas cuando se abarroten las casetas y calles. Alcanza sobre las tres el grado máximo de calor y colorido con los trajes de corto y de flamencas, el tradicional paseo de caballos y las típicas rumbas y sevillanas.

Para la mayoría será una jornada festiva pero hay quien lo vive de una forma diferente:trabajando. Los cuerpos y fuerzas de seguridad, los camareros, cocineros y trabajadores de la limpieza, entre otros, hacen posible el disfrute de toda una ciudad. Cada vez más.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios