Joaquín Aurioles
Los políticos no son necesariamente buenas personas
Madrid/La banca española se mostró capaz de cumplir las nuevas exigencias de capital impuestas por la Unión Europea (UE) en su cumbre de Bruselas sin tener que recurrir para ello a ayudas públicas. Las cinco principales entidades españolas -Santander, BBVA, Bankia, CaixaBank y Popular- deberán aumentar su capital básico hasta junio de 2012 en más de 26.000 millones de euros, cerca de una cuarta parte del total de 106.000 millones exigidos por la UE a los bancos del conjunto de Europa para atenuar los efectos de un posible impago de Grecia y su contagio a otros países del continente.
No obstante, los bancos indicaron que las necesidades de recapitalización serán menores, si se contemplan sus bonos convertibles en acciones como capital de primera calidad. Los bancos españoles suman 9.000 millones de euros en dichos instrumentos, por lo que la suma a recapitalizar se reduciría a 17.000 millones. Ya en la noche del miércoles, tras participar en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó su "pleno convencimiento" de que los bancos afectados podrán cumplir con los requerimientos de capital dentro del plazo previsto.
El Banco de España estimó por su parte que las entidades podrán "alcanzar razonablemente" la tasa del nueve por ciento de capital principal que la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) exige a los bancos para finales de junio próximo. El organismo público dirigido por Miguel Ángel Fernández Ordoñez afirmó que la ampliación de capital por 26.161 millones de euros que la EBA exige a los cinco principales bancos españoles es una cifra "provisional" y que los cálculos definitivos llegarán a mediados del mes que viene. No obstante, en un comunicado emitido en Madrid, el Banco de España destacó que "de la información ofrecida por las entidades se desprende que aspiran a cumplir los requisitos marcados mediante su propia capacidad de generación de capital, y que entienden que no es necesario que el sector público entre en su accionariado".
También la vicepresidenta del gobierno español y ministra de Economía, Elena Salgado, dijo esperar que los mercados financieros reaccionen positivamente a los acuerdos de la UE y se mostró convencida de que los grandes bancos españoles no necesitarán recurrir a ayudas estatales para ampliar su capital. "Lo razonable es que como son bancos que tienen beneficios, entendemos que pueden obtener esos fondos por sí mismos y no necesitar ayudas públicas, pero las ayudas públicas están ahí. Nuestra percepción es que no las van a necesitar", declaró la ministra a Radio Nacional de España.
En estimaciones emitidas pocas horas después del final de la cumbre, el mayor banco privado español, el Santander, afirmó que sus necesidades de recapitalización, cifradas por Europa en 14.981 millones de euros, podrían reducirse hasta los 5.300 millones, teniendo en cuenta sus obligaciones convertibles en acciones y el crecimiento en los resultados previsto para los próximos trimestres. El instituto dijo además, junto al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), que aspira a alcanzar en junio una tasa de capital básico del 10 por ciento, un punto más de lo exigido. El BBVA cifró en 7.087 millones de euros sus necesidades de capital, frente a los 2.362 del Popular, 1.140 millones de Bankia y los 602 millones de CaixaBank.
La Bolsa de Madrid reaccionó con euforia a las medidas y su selectivo Ibex registró durante la jornada subidas de hasta el cinco por ciento, mientras que la prima de riesgo de España caía hasta los 314 puntos básicos, pese a que los bancos españoles son los más afectados por las exigencias de capital después de los de Grecia.
Pese al optimismo de las entidades de que serán capaces de cumplir las exigencias de capital, la patronal de la banca española, la AEB, estimó que las medidas acordadas debilitan la estabilidad financiera al "minar la confianza" en la deuda de países solventes. En un comunicado, la Asociación Española de Banca (AEB) destacó que esas exigencias "son arbitrariamente altas, se apartan de las normas establecidas, generan incertidumbre y restan credibilidad a los distintos ejercicios de resistencia llevados a cabo y a los parámetros utilizados en ellos".
Por su parte, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, consideró "preocupante" que a España se le pida "más recursos adicionales" cuando "no tiene un problema de deuda griega", y estimó que las medidas afectarán a la financiación de la economía, ya que los bancos dispondrán de menos dinero para conceder créditos. El coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, opinó mientras tanto que con el plan de la UE se inicia "la segunda fase de destrucción del Estado de Bienestar en España". "Vuelven las mismas recetas que nos han llevado a la crisis", dijo.
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