El retorno de Güiza

Dani Güiza vuelve a casa. El futbolista jerezano con mejor palmarés de la historia -fue campeón de Europa con España- aterriza de nuevo en la Liga de las Estrellas y regresa al club en el que empezó a hacerse un nombre en la Liga española tras muchos vaivenes, algunas frustraciones y un exceso de clubes a su espalda en los que no pudo brillar. Dani regresa al Getafe, como hizo hace seis años. Por entonces lo hacía procedente del Ciudad de Murcia, donde había pasado dos temporadas. Antes, había jugado en el filial del Barcelona, en el Recreativo de Huelva, el Mallorca (a donde también regresó a lo grande), su filial, el Dos Hermanas y el Xerez, de donde salió.

Capricho del destino, el primer equipo de Güiza se llamaba La Cantina, un equipo de fútbol sala de su barrio. Daniel González Güiza (Jerez, 17 agosto 1980) conoció a Kiko Narváez, otro artista jerezano del balón y quedó deslumbrado. Tanto es así que, desde entonces, le emula cada vez que marca, repitiendo la pose del arquero que Kiko popularizó en el Atlético para celebrar sus goles.

Güiza fue reclutado por el Liberación hasta que el Xerez pagó 150.000 pesetas para ficharlo y en edad juvenil ya jugaba en el filial de Preferente, la misma temporada que Buenaventura le dio la alternativa en el primer equipo, en Segunda B. Tenía 18 años y acabaría jugando 17 partidos y marcando un gol al Isla Cristina.

La ascensión parecía imparable: cedido la campaña 99-2000 al Dos Hermanas, tras marcar 9 goles en 18 partidos en Segunda B, dos de ellos al Xerez en Chapín, en enero de 2000 fue vendido al Mallorca por cien millones de pesetas, entonces récord en el Xerez. Güiza explotó en el Mallorca B de la mano del lebrijano Juan Ramón López Caro y debutó en Primera ante el Espanyol en Son Moix un 2 de abril de 2000 con 20 años. En la Liga 2001-2002 disputó cinco partidos en Primera, pero en la 02-03 comenzó el declive: sólo jugó un partido con el Mallorca.

Su prometedora carrera estuvo a punto de irse al traste. Lo extradeportivo pasaba factura y hasta llegó a quedarse dormido en sesiones de vídeo con Aragonés y Krauss. "Por las mañanas nos ponían el vídeo. Estaba todo apagado y además se veía una pantallita y estaba todo oscuro. Te entra la modorra y yo me quedé dormido, y dos veces, no una", reconocía en su día el jerezano.

En el mercado invernal recaló en el Recre, pero su estancia en el Colombino fue nefasta (0 goles en 4 partidos) y acabaría la temporada en el Barcelona B, jugando la liguilla de ascenso a Segunda A y marcando 5 goles en 15 partidos, pero en Can Barça no le quisieron. Entonces apareció Quique Pina, representante y dueño del Ciudad de Murcia, con el que anotó 37 goles en dos temporadas.

Ángel Torres, presidente del Getafe, pagó 800.000 euros por Dani. Y como siempre, el jerezano renació de sus cenizas. Despertó de su letargo con 16 goles entre Liga y Copa. Nadie en Getafe olvida la noche que brindó con dos tantos que noquearon al Barcelona en el histórico 4-0 de las semifinales de la Copa del Rey.

El Mallorca paga alrededor de cinco millones de euros por Güiza, que sienta la cabeza o se calma en las Islas y eso se trasluce en el terreno de juego, cuajando su mejor temporada como futbolista.

En Baleares sólo duró un año, pero qué año. Güiza fue Pichichi de la Liga BBVA con cifras de crack, marcando 27 tantos en 37 partidos. Con ello, logró la Bota de Plata como segundo máximo goleador del continente y, como premio a una temporada perfecta en lo personal, Luis Aragonés se lo llevó a Austria y Suiza para disputar una Eurocopa en la que fue de menos a más, marcó dos goles e incluso tuvo sus minutos en la gran final ante Alemania, donde sustituyó a Fernando Torres y peleó con todo por alcanzar el gol.

Con una estampa del Cristo de la Expiración y de la Virgen del Valle en cada una de sus espinilleras, Güiza se convirtió en uno de los delanteros más cotizados del mercado. Sin embargo, los clubes españoles no pujaron lo suficiente y tuvo que hacer las maletas rumbo a Turquía, ya que el Fenerbahçe pagó quince millones de euros por el jerezano. En estambul le esperaba Luis Aragonés, pero el Sabio de Hortaleza no duró mucho en el banquillo del Sükrü Saracoglu Stadyumu.

Con la vitola de ser el fichaje más caro de la historia en el país otomano, el jerezano debutó en la Champions League, donde incluso marcó, pero su protagonismo a lo largo de las tres temporadas fue perdiendo terreno pese a proclamarse campeón de Liga y Supercopa con los aurinegros.

Sus cifras en el campeonato turco no cumplieron todas las expectativas. En sus dos primeras campañas sumó once dianas en cada una de ellas. El mayor mazazo que sufrió Güiza en su exótica estancia turca fue, sobre todo, el no ir convocado al Mundial que posteriormente ganaría España.

Ya la pasada temporada, donde se cruzaron las lesiones en su camino, apenas disfrutó de tres partidos en competición doméstica. Logró un gol. Y la duda se cernió sobre su club, cuyo presidente fue encarcelado por presuntos amaños a la vez que el Fenerbahçe podría ser castigado con el descenso, sanciones que se han pospuesto a la espera que se aclaren las investigaciones.

Así que aprovechando esa circunstancia, Güiza se dejó querer por la Liga, deseoso de regresar. Sonaron con fuerza Granada y Betis, aunque ha sido el Getafe el que se ha hecho con el ariete de 31 años a coste cero por las tres próximas temporadas y será uno de los que más cobren en el equipo azulón, llegando a 1,4 millones de euros por temporada.

La vuelta de Dani es una realidad, y tras un año ensombrecido, buscará redimirse en el mismo club donde hace ya unos años encontró la estabilidad que tanto necesitaba. Bienvenido a casa. Güiza ya está más cerca de Jerez y del Xerez, equipo en el que ya ha dicho que le gustaría retirarse.

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