La peor noche de Martín Palermo
El 4 de julio de 1999 el centrodelantero entró en el Guiness al fallar tres veces desde el punto fatídico
El 4 de julio de 1999 es un día señalado para el fútbol de toda latinoamerica. Y de todo el planeta. En esa fecha el centrodelantero Martín Palermo (ex de Alavés, Betis y Villarreal) incluyó su nombre en el record Guiness al malograr tres penaltis en el encuentro Colombia-Argentina, que concluyó con ventaja local por tres-cero.
El primero de los disparos se le fue al larguero; el segundo a las nubes y el tercero a las manos del portero. Fueron las tres acciones claves para que, el por aquel entonces delantero de Boca Juniors, fuera despedido al grito de "Palermo, Palermo..." desde las tribunas colombianas.
Rafael José Álvarez, en su crónica de El Mundo contaba de aquella contienda cosas como ésta: "De los cinco penaltis que se tiraron anoche, Martín Palermo, el astro argentino, falló tres. La histórica marca ayudó a que Colombia ganara a Argentina por 3-0, se metiera en cuartos de final, complicara la clasificación a su rival y reeditara las heridas que se produjeron seis años antes, cuando los centroamericanos ganaron 0-5 en el mismo corazón albiceleste de la Bombonera. Anoche muchos colombianos se acordaron de aquel día de 1993 y le hicieron un sitio al 4 de julio de 1999, una fecha que no olvidará nadie que ame el fútbol".
El partido tuvo de todo: un puñado de penaltis, un tanto anulado, dos golazos de Colombia, dos tarjetas rojas a Argentina y algunos trozos de fútbol.
El árbitro señaló cinco penaltis y los futbolistas que los lanzaron sólo aprovecharon uno, el que le dio el primer gol a Colombia. Un rato antes, en los primeros minutos del partido, Palermo inició la peor noche de su vida. Colocó el balón a 11 metros de la raya de gol y disparó. El balón se estrelló en el larguero y la cosa volvió a empezar. Marcó después Colombia, a la que ya en la segunda parte, le tocó tirar otro penalti. Esta vez Ricard se lo puso fácil al exagerado Germán Burgos, que paró el tirito sin problemas. Cuando la segunda parte estaba a medias, el árbitro señaló el tercer penalti de la noche, una mano involuntaria de Bolaño. Palermo cogió otra vez el balón y la hinchada argentina se frotó las manos ante la inminencia del empate. Pero el delantero de Boca mandó la pelota al cielo. Colombia amplió la cuenta poco después.
A la fiesta le quedaba un sainete más. A los 90 minutos, Palermo se tiró en el área y el árbitro picó. El punta argentino volvió a coger el balón, lo volvió a colocar en el punto de mira y lo volvió a golpear a la oscuridad. Tres penaltis, ni un gol.
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