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El Comité designa por tercera vez consecutiva a Enrique Jesús Figueroa Vázquez, 'el árbitro del mangazo' para un Balompédica-Cádiz En 2008 inclinó la balanza del lado de los visitantes
El Comité Nacional de Árbitros parece decidido a caldear los duelos entre Real Balompédica y Cádiz. Por tercera vez consecutiva, el que se dilucidará el próximo domingo en el Municipal tendrá como juez a un trencilla que está bajo sospecha para la afición albinegra y precisamente como consecuencia de sus actuaciones en duelos entre balonos y cadistas en el Municipal. El sevillano Enrique Jesús Figueroa Vázquez, al que este periódico catalogó en su día como "el árbitro del mangazo" vuelve al lugar de los hechos.
El malestar de la afición albinegra con este árbitro (aunque su hermano Jorge, ahora en la Liga Adelante, también dejó una perla en un partido en Carranza) se generaron por la malintencionada actuación que protagonizó el 21 de diciembre de 2008 con los dos mismos contendientes del próximo domingo sobre el césped.
El choque acabó dos-dos, pero, entre otras lindezas, el trencilla hispalense dio validez al primer gol visitante, obra del exalgecirista Enrique, que llegó precedido de un clamoroso fuera de juego, y expulsó, sin motivo aparente, al albinegro Copi, por lo que los de casa jugaron en inferioridad numérica todo el segundo periodo.
El derbi provincial de la decimoctava jornada de la 2008-09 llegaba con la Balompédica de la que se acababa de hacer cargo Gabriel Navarro Baby como relevo de José Luis Burgueña anclada en la última posición y los de Carraza como líderes.
El partido no tuvo como protagonista ni a los futbolistas ni a unas gradas constituidas en una fiesta, sino al árbitro, Enrique Jesús Figueroa Vázquez. En la edición del 22 de diciembre de este periódico, en el apartado dedicado al árbitro, se puede leer: "Hizo todo lo que pudo para que la Balompédica no ganase; concedió el primer gol visitante en fuera de juego y expulsó sin motivo aparente a Copi en el 48''.
En el texto de la crónica se comenta: "En el 22' llegó la primera canallada de Enrique Jesús Figueroa Vázquez. Un árbitro que tiene toda la pinta de saber inclinarse ante la burguesía hasta donde haga falta. Es importante saber a quién se agrada. Fleurquin envió a la espalda de la retaguardia albinegra y Enrique, en clamoroso fuera de juego, levantó el balón sobre la dubitativa media salida de David Pérez. Más que una igualada, un atraco".
Más adelante, el texto afirma: "Nada más comenzar el segundo tiempo la mano sibilina de Figueroa Vázquez fraguólo que seguramente él entendió como el tiro de gracia; expulsó a Copi por, según él, dejarse caer [fuera del área por cierto] y dejó al colista por detrás en el marcador y con un hombre menos contra el líder".
"En el minuto 65 el árbitro detuvo el juego para tomar de las pistas de atletismo, en la zona de preferencia, una botella de plástico vacía que había sido lanzada desde la grada. Recorrió todo el campo para entregársela al delegado local, Joaquín Jiménez", deja reflejo el periódico.
"En el acta se lee: "Desde la zona de fondo, donde había numerosos espectadores con bufandas de la Balompédica Linense, lanzaron una botella de plástico de medio litro de refresco, medio llena y sin tapón, penetrando en el terreno de juego, pero no llegando a alcanza a nadie".
Lo que no explicó el trencilla fue desde qué fondo, ya que en ese partido, como ahora, ambos estaban desiertos, porque dichas gracias están cerradas por motivos de seguridad.
Aquella misma temporada, tres meses antes, en Roquetas, esta mismo árbitro ya se la jugó a los albinegros Fue en la quinta jornada, en un duelo disputado por los albinegros la noche del miércoles 24 de septiembre en Roquetas (Almería) que concluyó sin goles.
Figueroa decretó una pena máxima a favor de los de José Luis Burgueña por unas incontestables manos de Hornillo, que malogró David Miguélez -ahora jugador del Alcorcón- en el minuto 57. A renglón seguido se produjo otra pena máxima, que él decidió ignorar.
Con todos estos antecedentes, el Comité ya tuvo la osadía de designarlo para el duelo de la pasada campaña, en el que el Cádiz venció 0-2. A pesar de que el público la tomó con él, según este periódico "no tomó decisiones relevantes para el resultado, pero volvió a demostrar que es un pésimo árbitro. Cometió numerosos errores de apreciación".
El colegiado sevillano expulsó justamente al local Francis y al visitante Óscar Pérez, que se enzarzaron en una pelea de chiquillos, pero después se excedió al mandar al preparador local, Rafa Escobar, a la grada.
No fue hasta el quince de enero del pasado año cuando este colegiado vio ganar a la Balona. Fue en un escenario de Lujo, el campo de los Juegos del Mediterráneo, donde los de Escobar se impusieron 2-4 al Almería B. Expulsó al local Alberto (43') llevando el reglamento al límite, pero en una medida justa pero rigurosa. Ese día fueron los locales los que cogieron un monumental enfado con su trabajo. No sólo lo reflejó el técnico local, Francisco, sino el Diario de Almería, periódico del Grupo Joly, en el que se podía leer: "Le faltó abrazarse con los visitantes".
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