Entre dudas y entre algodones
Contador sale del primer test montañoso inmerso en un océano de interrogantes
Alberto Contador marcó el ritmo de los primeros compases del Tour a base de contar sus caídas y problemas, y en cuanto ha llegado la alta montaña, cuando se esperaba su ataque, quedó relegado por los otros favoritos, lo que le coloca en un océano de dudas.
De Luz Ardiden Contador sale con más interrogantes de los que trajo. El estado de su rodilla derecha le aleja de su mejor nivel, le priva de su golpe de pedalada, arma mortal que han probado todos sus rivales en las grandes vueltas desde 2007. No ha perdido ni una.
Sin ese plus, Contador es menos fiero. Y eso se mostró en la primera llegada de alta montaña, en la cima al duro Luz Ardiden y sus temibles rampas, un terreno en el que el Contador de siempre se desenvuelve a la perfección.
El madrileño no ha ocultado que no está en las mejores condiciones para ganar un Tour al que llegó fatigado por el Giro y donde él mismo se borró de la nómina de favoritos. Pero casi nadie le creyó hasta que la carrera le fue poniendo obstáculos en forma de cortes, caídas, averías y silbidos del público galo.
Demasiadas pegas que desembocaron en un mar de especulaciones, la más sonada en el diario L'Equipe, que publicó que el de Pinto se planteaba abandonar la carrera a su paso por los Pirineos. El ciclista lo descartó con firmeza, pero siguió alimentando la especulación en torno al estado de su rodilla, que mostró, visiblemente hinchada, en las redes sociales.
¿Realidad o farol? Esa era la pregunta hasta que se repartieron en los Pirineos las cartas y Contador mostró que no muerde como suele. Las rampas de Luz Ardiden descubrieron sus problemas. Los hermanos Schleck quemaron a su equipo para endurecer la carrera, se lo jugaron todo a una baza, a que Contador estuviera realmente tocado. Si querían saber qué cartas guardaba el madrileño tenía que obligarle a mostrarlas. Y lo hicieron.
En el último puerto la familia luxemburguesa se repartió los papeles. Le tocó atacar a Frank, que hasta la tercera arrancada no le llegó el éxito de marcharse. El resto de la historia ya se conoce.
Mientras caía el telón de Luz Ardiden, se abría de nuevo el baile de las especulaciones sobre la figura del actual vencedor.
No hay comentarios