Habemus debate en el Algeciras CF. Las derrotas lo remueven todo y más cuando se trata de un club tan especial como el del Nuevo Mirador. Los dos primeros patinazos de Emilio Fajardo al frente de la nave albirroja, Córdoba B y Ciudad de Lucena, han provocado una discusión en las gradas entre los que respaldan al actual entrenador y los que apoyaban al anterior, al algecireño Javier Viso, ahora flamante candidato a la Alcaldía por Adelante Algeciras.

Los dos reveses seguidos no solo han descabalgado al Algeciras de la lucha por la fase de ascenso a Segunda B, ahora a cinco puntos, también han quebrado el fino hilo de confianza que Fajardo se había labrado al coger las riendas de un equipo en plena crisis. Las diferencias entre muchos seguidores surgen principalmente porque unos entienden que Viso fue destituido “injustamente” y antes de que pudiera disponer de “los refuerzos prometidos” y otros consideran que Fajardo se encontró el barco “medio hundido” y “sin apenas margen de error”. Seguramente los dos bandos llevan su cuota de razón y ninguno posea la verdad absoluta.

¿Qué dicen los números? Las comparaciones, como casi siempre, son odiosas. Con la estadística en las manos, el Algeciras de Viso sumó 27 puntos en las 13 primeras jornadas ligueras, lo que se traduce en cinco más de los que llevan los albirrojos en las 13 partidos disputados de la segunda mitad de la temporada.

Las cifras dicen que Javier Viso acumuló ocho victorias, tres empates y dos derrotas en este mencionado periodo de trece encuentros (24 goles a favor y 11 en contra). El Algeciras marchaba tercero con 27 puntos a uno del liderato del Córdoba B. Aquella plantilla, aún sin los refuerzos, sacaba cuatro puntos al quinto, cinco al Cádiz B y seis al Ceuta y Los Barrios.

Las cifras dicen también que el Algeciras postViso lleva 22 puntos en trece jornadas de 2019, doce de ellas con Fajardo, fruto de seis triunfos, cuatro empates y tres derrotas (19 goles a favor y solo 8 en contra). En esta particular miniliga de la segunda vuelta, el Algeciras estaría a seis puntos del liderato del Utrera y a dos de la cuarta plaza del Córdoba B.

Evidentemente los guarismos no reflejan los estados de ánimo, las dinámicas, el agotamiento del plantel que tenía Viso, la presión que parece no soportar el vestuario que ahora tutela Fajardo, la crisis de Navidad, la paciencia desgastada de la afición y tantos otros factores.

Los partidarios de uno y otro se aferran a sus argumentos, pero la realidad es que tras aquel revés en el derbi en Los Barrios la directiva tomó una decisión difícil (compartida o no) y, tras la transición fallida en Écija con Mané y Berlanga, el club apostó por un nuevo técnico y un esfuerzo grande en los fichajes. Viso no dispuso de este plantillón y tampoco de la exigencia inicial de quedar campeón, al menos de manera pública. Fajardo tiene todos los mimbres, aunque llegaron poco a poco en enero, pero debe caminar sobre el alambre de ganar o ganar cada jornada sin una red debajo.